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PRIMER PERIODO INTERMEDIO

Introducción

Como ya dije hace algún tiempo en mi entrada acerca de las principales cronologías del Antiguo Egipto, los historiadores y egiptólogos dividen los grandes periodos de la Historia de esta civilización en «reinos», fases caracterizadas por una unidad política más o menos homogénea, y una realeza fuerte y poderosa. Sin embargo, entre medio de los tres grandes reinos del Antiguo Egipto se encuentran los llamados periodos intermedios, fases caracterizadas por la inestabilidad política, en que distintas gobiernos y dinastías locales luchan internamente por hacerse con el control total del Estado. Vamos a ver ahora el Primer Periodo Intermedio.

Mapa que muestra la disgregación política del Primer Periodo Intermedio

El origen del periodo

El primer periodo intermedio es ese primer periodo de inestabilidad política y luchas internas que se da entre el Reino Antiguo y el Reino Medio. Comienza tras el largo linaje de los reyes que habían reinado en Egipto desde Memphis a partir de la Dinastía III. Recordemos que los reyes gobernantes de la Dinastía I y II formaban el llamado periodo tinita porque venían de la ciudad de Tinis. Pues el primer periodo intermedio se inicia cuando cuando se finaliza la VIII dinastía. Tras ésta, el poder real de la dinastía IX-X fue ostentado por una serie de reyes venidos de la ciudad de Heracleópolis Magna, ubicada en el Bajo Egipto. Hay que aclarar, primero que todo, que el hecho de que la dinastía IX-X tenga dos números es debido a un error del propio Manetón en el transcurso de la transmisión de la lista real originaria. Así que el hecho principal que marca el origen del primer periodo intermedio, al final de la VIII dinastía, es el traslado de la residencia real de Memphis a la ciudad de Heracleópolis.

Ubicación en un mapa de la ciudad de Heracleopolis Magna

Dinastías del Primer Periodo Intermedio

Como hemos visto, el primer periodo intermedio (PPI, para abreviar) es un periodo de inestabilidad política que se caracteriza por la ausencia de la unidad real del Estado anterior. Por este motivo, cuando hablamos de que en el PPI gobernaron las dinastías IX-X y XI nos referimos a que son dinastías locales, y contemporáneas entre sí, y que luchan entre sí por hacerse con el poder. Mientras que la dinastía IX-X la forman reyes procedentes de la ciudad de Heracleópolis, los reyes de la dinastía XI son de la ciudad de Tebas. Además, hay un problema, un debate, en torno a la dinastía XI. Esta dinastía, la tebana, será la que gane los conflictos con Heracléopolis y se haga con el poder en todo Egipto, unificando el Estado de nuevo e inaugurando el periodo del Reino Medio. Sin embargo, hay que diferenciar dos periodos clave en esta dinastía, que abarca desde el 2125 hasta el 1985 a.C.: el periodo de dinastía XI en el que todavía son de poder local y siguen luchando por el poder contra Heracleópolis (del 2125 al 2055 a.C.), y el periodo en el que ya imponen su autoridad, y se erigen como la dinastía XI para todo Egipto (2055-1985 a.C.). En resumen, en lo referente a cronologías de los reyes, el PPI abarca desde la dinastía IX-X hasta mediados de la dinastía XI.

Maqueta cerámica de una casa del Primer periodo Intermedio egipcio

Sociedad y cultura

El PPI no es solo un periodo de inestabilidad a nivel político, también es un periodo de innovación y crisis de la sociedad y la cultura que definían el Estado egipcio. Esto se ve en gran medida en la ausencia arqueológica de los grandes complejos funerarios que podíamos ver para los reyes del Antiguo Egipto: la construcción de grandes complejos funerarios se interrumpe con Pepy II, y no se vuelve a hacer evidente hasta el reinado de Montuhotep II, el rey de la segunda mitad de la Dinastía XI que vence por fin a Heracleópolis e inaugura el Reino Medio. Esto se explica debido a que, como ya no hay estabilidad política ni social, pues no construyen grandes complejos, porque para hacer eso necesitan una economía, sociedad y política unificada.

Una estatua tipo Osiris del primer gobernante del Reino Medio, Montuhotep II

Pero esto no significa que la sociedad y la cultura egipcia se hundieran en picado. Cierto es que no se siguió los patrones culturales y sociales del periodo anterior, pero eso no significa que todo se haya desmoronado. En el PPI se pasó de una cultura y una sociedad centrada en la realeza y la cultura palaciega de la corte, a una sociedad y cultura donde los propios habitantes de las provincias egipcias toman mayor protagonismo. Antes, todas las actividades políticas, sociales, económicas, administrativas y culturales se centraban en torno a la capital y la residencia real o de la alta élite social, es decir, había una inmensa desigualdad en cuanto a nivel cultural y posición socioeconómica. Ahora que la realeza no es homogénea, son las propias provincias las que se encargan mayormente de todas estas cuestiones, es decir, que los ciudadanos egipcios pasan a ser dependientes de la provincia, no de la realeza.

Bajorrelieve de la dinastía IX-X que muestra a Iny y su familia

De este modo, la parte más rural de Egipto, es decir, la mayor parte de su población, que no vivía en grandes ciudades, adquiere un mayor nivel cultural y económico. Esto se puede saber gracias a las investigaciones arqueológicas en las tumbas ordinarias de individuos de entre mediados del Reino Antiguo y el PPI, ya que son de mayor tamaño, y con  un ajuar funerario mucho más rico. Además, los gobernadores provinciales se hacían enterrar con manifestaciones artísticas derivadas de la cultura palaciega funeraria. Por tanto, parece evidente pensar que el PPI favoreció la economía de estas provincias y la de sus gobernadores.

Parte de la decoración mural de la capilla de la tumba de Iti, datada del PPI, en la que se puede ver una escena de matanza del ganado.

Guerras durante el Primer Periodo Intermedio

Al margen de los conflictos bélicos que se dieron entre la dinastía heracleopolitana y la dinastía tebana, la inestabilidad política del PPI, sumado al mayor poder económico y político de las provincias, hizo que algunos gobernadores provinciales quisieran gobernar en más de una provincia sin  haber recibido ese poder de parte de la realeza. Por eso, encontramos que en el PPI también hubo conflictos, menos numerosos pero también importantes, entre algunos gobernadores provinciales que querían sumar más poder. Por este motivo, el uso de las tropas locales y la experiencia militar de los gobernadores provinciales se convirtieron en fuerzas decisivas en su lucha por la supremacía, o la supervivencia. Esto supone un gran cambio en la mentalidad de estos gobernadores. En el Reino Antiguo, el rey era la única autoridad que tenía el poder de hacer distribuciones de poderes a sus gobernadores provinciales, pero ahora, los gobernadores provinciales, por así decirlo, pueden campar más a sus anchas y perseguir sus propios objetivos políticos, sin tener que estar tan sumidos a la autoridad y las órdenes de la realeza.

Estela de un mercenario nubio hallada en su tumba, datada del periodo PPI
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