Icono del sitio HISTORIAE

EL REINO MEDIO ELAMITA

INTRODUCCIÓN

Como mencioné en mi segunda entrada sobre la Babilonia de la Dinastía casita, el reino de Elam fue determinante para la decadencia y crisis final de esta línea dinástica. Primero, el rey asirio Ashur-dan realiza una incursión victoriosa, y luego el rey elamita Shutruk-Nakhunte conquista y saquea las ciudades babilonias del este y el norte (Eshnunna, Sippar, Akkad, Dur-Kurigalzu…). Además, se lleva un rico botín a Susa, incluyendo el Código de Hammurabi y la estela de Naram-Sin, y deja a su hijo Kutir-Nakhunte reinando en el norte de la Baja Mesopotamia, mientras que en el sur queda un poder casita residual. Precisamente, sería este rey elamita el que acabaría dando el golpe de gracia a la dinastía casita, conquistando lo que quedaba de Babilonia y llevándose a Susa la prestigiosa estatua del dios Marduk.

Cronología mesopotámica durante la Edad del Bronce final

LA ETAPA OSCURA DE ELAM

El reino de Elam pasa por una relativa «etapa oscura» entre mediados del siglo XVI (fin de la dinastía de los famosos Sukkal-mah) y mediados del siglo XIV, pero no porque este reino pasara durante estos siglos por una fase de decadencia, sino porque desconocemos gran parte de este periodo, debido a la escasez de fuentes de conocimiento. Sin embargo, me gustaría destacar que en el Elam de estos siglos encontramos influencias casitas y hurritas, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta la cercanía geográfica y la potencia de la difusión cultural del reino babilonio de la dinastía casita y el reino medio asirio, aun incluso cuando no sabemos cómo se produjeron éstas. Tampoco conocemos con exactitud el proceso de propagación hacia el noroeste de la influencia política elamita, ni el estatus político de las tribus montañesas. Quizás podríamos decir que es posible que los repetidos enfrentamientos bélicos entre Asiria y Babilonia y Elam tuvieran como objetivo extender sus redes comerciales en la meseta iraní, además de por supuesto controlar la franja de piedemonte situada entre el río Tigris y los Montes Zagros.

Estatua elamita hallada en Susa

HACIA LA INDEPENDENCIA

Para empezar, la victoria del rey babilonio Kurigalzu II (aprox. 1332-1308 a.C.) sobre el rey elamita Khurba-tilla supone que el primero pueda extenderse hasta la capital elamita, Susa. Aunque esto no rompe la solidez de la confederación elamita, sí que la pondría en un estado subyugado a Babilonia. Sin embargo, poco tiempo después, cuando acaba este periodo de escasez documental y volvemos a tener unas fuentes medioelamitas consistentes, vemos como la situación política ha cambiado notablemente con respecto a la época de los Sukkal-mah: el centro político elamita por excelencia ya no es Susa, sino Anshan, en el interior del país, al otro lado de las montañas, la lengua oficial vuelve a ser el elamita, y no el babilonio, y la sucesión es ya patrilineal. Ahora, el reino elamita posee un carácter mucho más regional e independiente que durante el periodo de los Sukkal-mah, ya que no forman parte del complejo sistema cultural babilonio y conservan su originalidad y sus características particulares.

Vista desde el aire del yacimiento arqueológico de la ciudad de Susa

BALANCE GENERAL INTERNO E INTERESTATAL

De una manera que desconocemos, un tal Ike-Khalki funda una nueva dinastía elamita, y le suceden sus hijos Pakhir-ishshan, primero, y Attar-kittakh, después, siendo más o menos contemporáneos a los reinados en Babilonia de Nazi-Marutash (aprox. 1307-1282 a.C.) y Kadashman-Turgu (aprox. 1281-1264 a.C.). Posteriormente, la evolución del reino medio elamita bajo los reinados de Khumban-numena, Untash-Khumban, Unpatar-Khumban y Kidin-Khutran es paralela al crecimiento del reino medio asirio que se da entre Adad-nirari I y Tukulti-Ninurta I (aprox. 1305-1207 a.C.). Ya si nos metemos a nivel interno, el monarca medio elamita más importante es Untash-Khumban, fundador de la ciudad de Dur-Untash a mediados del siglo XIII a.C. (actualmente conocida como Choga Zanbil). Lo importante de esta ciudad es que no destaca como un gran centro urbano, sino que supone un centro religioso que nada tiene que envidiar a los babilonios, al contar con una imponente ziqqurat acompañada de un conjunto de templos y edificios públicos. Gracias a su buen estado de conservación en la actualidad, los monumentos de Dur-Untash son los mayores y más significativos restos de la cultura medioelamita, dándonos a entender pues que el reinado de Untash-Khumban fue el momento de mayor prosperidad y auge de la cultura palatina en Elam.

Estado actual de los restos del ziqqurat de Choga Zanbil

ELAM Y LA BABILONIA CASITA

Repasemos ahora brevemente el final de la Historia de la Babilonia casita que ya hemos visto desde la perspectiva del reino elamita. Las múltiples guerras entre Asiria y Babilonia estaban debilitando notablemente a la dinastía casita, lo que brindaba a Elam la oportunidad perfecta para realizar varias incursiones militares. De hecho, el propio rey Untash-Khumban emprende una campaña contra algunas ciudades babilonias, consiguiendo un importante botín. Sin embargo, lo que ya precipitaría las cosas sería la intervención de Tukulti-Ninurta contra el babilonio Kashtiliash IV: el elamita Kidin-Khutran (último tercio del siglo XIII a.C.) encabeza dos importantes expediciones, devastando, sobre todo, la zona situada al este del río Tigris y avanzando hasta Nippur y otras ciudades del núcleo central babilonio.

Mapa geográfico de Elam y las regiones vecinas

Como hemos visto en anteriores entradas, estas incursiones tienen efímeros resultados en lo que respecta al control sobre Babilonia, pero sí que podemos suponer que aun así siguen teniendo ganancias territoriales, como las tierras de Padan y Yalman (en el piedemonte de los Zagros) que antes eran casitas. Incluso más tarde, con el avance de Tukulti-Ninurta hasta el golfo Pérsico, no se altera demasiado la extensión de Elam a costa de Babilonia. Pero como ya he dicho, la caída de la Dinastía babilonia casita, en pleno siglo XII a.C., es en gran parte consecuencia de las posteriores invasiones elamitas durante los reinados de Shutruk-Nakhunte y Kutir-Nakhunte. Por último, me gustaría destacar que este periodo de culminación del poderío elamita se sitúa ya cronológicamente fuera de los límites de la Edad del Bronce Final, adentrándose ya de lleno en un mundo muy diferente, la Primera Edad del Hierro. Os invito a que estéis pendientes del blog en las siguientes semanas para descubrir las principales características y novedades de los últimos siglos de la Historia Antigua de Próximo Oriente.

Mapa aproximado de la extensión del imperio elamita
Salir de la versión móvil