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La Guerra de Sucesión Castellana

Artículo sobre la Guerra de Sucesión Castellana escrito por Inma Velarde López, graduada en Historia.

¿Qué fue la Guerra de Sucesión Castellana?

La Guerra de Sucesión Castellana (1475 – 1479) fue una serie de conflictos donde se enfrentan la futura reina Isabel I la Católica con su sobrina y heredera de la corona, la infanta Juana la Beltraneja. Pero antes, para marcar un punto de arranque de la historia de la dinastía y los monarcas de la Edad Moderna, me centraré en su dinastía. La Casa de Trastámara fue una dinastía de origen castellano que reinó en la Corona de Castilla (1369-1555), la Corona de Aragón (1412-1555), el Reino de Navarra (1425-1479) y el Reino de Nápoles (1458-1555). Es importante remarcar que la Casa de Trastámara a partir de 1412 con el Compromiso de Caspe pasó también a reinar en Aragón, ya que Martín I el Humano murió en 1410 sin dejar descendencia.

Así pues, vemos como la misma dinastía reinaba en Castilla y Aragón mucho antes de la unión matrimonial de los reyes Isabel y Fernando, conocidos como los Reyes Católicos. La última monarca de esta dinastía en gobernar fue la Reina Juana I, conocida como Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos, quien fue casada con Felipe el Hermoso. Como sabemos su hijo, Carlos, fue el primer rey hispánico de la Casa de los Austria, acabando así con la Casa de Trastámara.

Genealogía de la Casa de Trastámara. En amarillo los reyes de Castilla, en rojo los de la Corona de Aragón, en azul los de Navarra.

Antecedentes a la Guerra de Sucesión Castellana

El rey Enrique IV, hermanastro de Isabel I, reinó en Castilla entre 1454 y 1474. Casado en segundas nupcias con Juana de Avis, infanta de Portugal, no consiguió tener un heredero hasta 1462. Es aquí cuando nace la infanta Juana, mal llamada Juana la Beltraneja, ya que se rumoreaba que no era hija legitima de Enrique, sino que lo era de Beltrán de la Cueva, fiel consejero del monarca. Rumores aparte, el nacimiento de su hija y heredera de la corona de Castilla hizo que el rey buscara reforzar su figura como monarca e imponer su poder como soberano. Convocó Cortes en Madrid para que juraran como princesa de Asturias a su hija Juana, pero una parte de la nobleza se opuso a este intento de reforzar la institución de la monarquía.

Surge entonces toda una campaña de deslegitimación del monarca, haciendo correr el rumor cada vez más consolidado de que Juana no es la verdadera hija de Enrique IV, y que por tanto no puede ser la heredera. En septiembre de 1464, la oposición nobiliaria al monarca redacta un manifiesto donde se le exige al monarca que el infante Alfonso, hermano de la futura reina Isabel y al mismo tiempo hermanastro del propio rey Enrique IV sea el heredero legítimo. Como era de esperar Enrique no acepta estas medidas, aunque la presión es tal que no puede negarse a negociar con esta nobleza opositora.

Sello real de Enrique IV conservado en el Museo Arqueológico Nacional

Reyes títeres y herederas

En enero de 1465 se dicta la Sentencia Arbitral de Media del Campo, donde se incluyen medidas de gobierno tomadas por la nobleza como la organización de las Cortes, la justicia a aplicar a los nobles, el nombramiento de los cargos eclesiásticos, etc. El rey no acepta todas estas medidas, pero esta vez a la nobleza no le importa, y ocurre lo que se ha llamado la Farsa de Ávila en junio de ese mismo año. La Farsa de Ávila consiste en que una serie de nobles deponen en efigie a Enrique IV, representando teatralmente que el pueblo arrebata la legitimidad al rey, ya que no está siendo un rey justo, y reconocen a Alfonso, llamado el Inocente, como rey de Castilla. Así se va configurando un conflicto que va a durar algunos años.

Cuando en 1468 el infante Alfonso muere, es Isabel la que pasa a estar al frente de esta facción contraria a que Juana la Beltraneja sea la heredera. La nobleza intenta sacar partido alineándose con un bando u otro para poder obtener favores o privilegios. Sin embargo, en un primer momento Isabel no acepta situarse en esta contienda y decide firmar un pacto con su hermanastro el Rey Enrique IV, el llamado Pacto de los Toros de Guisando en 1468, que consistían en un acuerdo en el que a cambio de que Isabel no se atribuyera la herencia ficticia de su hermano Alfonso y no se dejara proclamar Reina de Castilla, Enrique IV se comprometía a nombrar heredera a Isabel del trono de Castilla, por delante de los derechos que tenía su hija Juana.

También le da al rey la potestad de decidir con quien se casaría Isabel. Esto es algo importante, ya que podía imposibilitar que Isabel se casara con alguien fuerte. Pese a este pacto, Enrique IV no está por la labor de ceder su corona a su hermanastra así que trata de casar a su hija con el rey de Portugal, Alfonso V de Avis, con la intención de tener un aliado fuerte para enfrentarse a la facción de Isabel. La respuesta de Isabel no se hace esperar y se casa con Fernando de Aragón, también de la dinastía Trastámara y un aliado fuerte para luchar por la corona de Castilla.

Retrato de Isabel la Católica, de autor anónimo (c. 1490)

Los bandos de la Guerra de Sucesión Castellana

En 1469 Isabel se casa, en Valladolid, con Fernando de Aragón, firmando las famosas Capitulaciones de Cervera donde se establece como se organizará ese matrimonio y que poderes tendrá cada uno en los territorios respectivos, algo de lo que hablaremos más adelante en otro post. En 1475 empieza propiamente la Guerra de Sucesión Castellana, que enfrenta a Isabel y su marido Fernando, con Juana la Beltraneja ya casada con Alfonso V de Portugal. A partir de la muerte del rey Enrique IV en 1474 ambas son proclamadas Reinas de Castilla por sus respectivos partidarios.

En estos años tanto a Castilla como a Portugal les interesa controlar las colonias en la zona de las Islas Canarias que poseen los Castellanos, y las rutas comerciales en el Atlántico. Alfonso V defiende a su mujer por acabar con ciertos conflictos con colonias portuguesas que Castilla intenta quedarse. Además, con esas colonias comercia con el centro de África de dónde saca beneficios, es una manera de eliminar la conflictividad con Castilla. Por el otro lado, si Castilla se unía con Aragón su proyección comercial sería no solo Atlántica si no Mediterránea.

Retrato de Fernando el Católico por Michel Sittow (hacia 1469-1525)

La Guerra de Sucesión Castellana va a ser bastante breve. El objetivo principal de la coalición de Juana va a ser buscar el apoyo de Francia, que choca con la corona de Aragón por dos espacios geográficos: el Reino de Navarra, el Rosellón y la Cerdaña. Por tanto, ante el intento de coordinar una invasión doble por Portugal y por Francia, la respuesta de Isabel y Fernando será frenar la invasión. En la ciudad de Toro van a ser frenados los portugueses por el ejército de Fernando, quien sitia Burgos y consigue conquistarla.

A partir de ahí las ansías de Portugal van a ir desapareciendo. Conquistada Burgos intentan desalojar a los Portugueses de Toro en 1476, y así finaliza el conflicto de la Guerra de Sucesión Castellana. Tras su victoria en la batalla de Toro y la tregua solicitada por Alfonso V, Isabel y Fernando quedaron sólidamente afianzados en el trono de Castilla. Los nobles del bando juanista tuvieron que aceptar la situación e irse sometiendo a los Reyes. La guerra quedó reducida a escaramuzas y algaradas a lo largo de la frontera portuguesa y, sobre todo, a la continuación de la guerra naval por el control del comercio atlántico.

Artículo escrito por Inma Velarde López, graduada en Historia.

Bibliografía

ÁLVAREZ PALENZUELA, V.: La guerra civil castellana y el enfrentamiento con Portugal (1475-1479). Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

VALDEÓN BARUQUE, J. (2001): Los Trastámaras. Madrid, Ediciones Temas de Hoy.


       Inma Velarde es músico profesional, concretamente, violinista, (2009-2013) y graduada en Historia por la Universidad de Valencia (2013-2017). Actualmente cursa un Máster de Patrimonio Cultural en la misma universidad en el que centra su investigación en lo referente al Patrimonio Bibliográfico y Documental de la Península Ibérica. Colabora en diferentes proyectos de divulgación histórica y creó el blog “Historia y otros monstruos” en 2013.

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