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La contabilidad comercial en la Edad Moderna

Artículo originalmente publicado por mí en QueAprendemosHoy

En esta entrada voy a presentar, grosso modo, las principales características que definen el mundo de la contabilidad y las finanzas en el comercio y las actividades comerciales de los primeros años de la Edad Moderna (mediados del siglo XV-principios del siglo XVI).

Sustitución del comercio itinerante por sedentario:

Después de la gran crisis europea del siglo XIV, tanto a nivel demográfico como económico y político, los primeros atisbos de larecuperación demográfica se vieron en el primer tercio del siglo XV. A mediados de este siglo, con la pacificación y neutralización de los conflictos bélicos que caracterizaban a Europa sobre todo en el siglo XIV, llegó también la recuperación económica.

Todo esto no solo se traduce en una re activación intensiva del tráfico mercantil, sino que también se traduce en un proceso de cambio organizativo y técnico en los métodos financieros y contables del comercio. Estos cambios organizativos hicieron que las transacciones comerciales fueran más eficaces, por lo que se que controlaban mejor  las operaciones financieras. Estos cambios organizativos y técnicos permitieron incrementar el volumen y la magnitud del tráfico mercantil, que se basaba en operaciones de muy largo recorrido, en las que el mercader negociaba con numerosos puertos y mercaderes, transportando mercancías de un lado a otro.

Cuadro que muestra en forma apocalíptica los estragos demográficos de la peste negra en el siglo XIV

Uno de los cambios más significativos es la progresiva sustitución del comercio de tipo itinerante por el comercio de tipo sedentario. Se pasa de unos mercaderes que se desplazan con sus mercancías, a unos mercaderes que llevan a cabo el establecimiento a larga distancia de su puesto comercial en un puerto o plaza comercial de manera permanente. Es decir, el mercader ya no viaja con sus mercancías, sino que crea una red de factores o agentes que son los que actúan por él en su beneficio. Para asegurarse de que todo sale como el mercader quiere, éstos mantienen un cruce continuado de cartas con las plazas mercantiles en las que sus empleados trabajan. De este modo, se pueden controlar las operaciones y estar al tanto de las últimas noticias del lugar y de las rutas.

El que se produzcan estos cambios implica una progresiva alfabetización de la clase social mercantil, puesto que el mercader necesita llevar un balance contable mucho más estricto, lo que no se puede hacer sin conocer técnicas de escritura bien asentadas.

Cuadro que muestra el aspecto que tendría la ciudad de Sevilla en el siglo XVI

Multiplicación del número de sociedades mercantiles

Proliferan las sociedades empresariales mercantiles, en las que diversos mercantiles comparten los riesgos y beneficios de las actividades comerciales. Son grupos de individuos, muchos de ellos con lazos familiares, que deciden unirse para compartir estas características innatas del comercio. Además, permite captar recursos de capital de otros grupos sociales de la ciudad, como puede ser captar los ahorros de la nobleza urbana, de los rentistas, o las corporaciones urbanas, como los gremios artesanales. Es decir, llegan a apostar grandes cantidades de capital si creen que una operación comercial tiene un éxito asegurado.

Extensión de las letras de cambio

Otro cambio organizativo importante fue la extensión de las letras de cambio, que empezó a ser utilizada como instrumento de crédito y cambio. En su origen, era básicamente un instrumento cambiario: un mercader libraba una cantidad contra mercaderes de otra plaza, realizando un depósito en la plaza de origen y retirando la cantidad equivalente en la plaza de destino, por lo que ambos deben tener el dinero.

Mapa de Europa en el siglo XVI

Extensión del uso de la numeración arábiga

En el siglo XV se extiende el uso de la numeración arábiga, ya que hasta entonces los números romanos eran el método más común para escribir números. Si bien es cierto que la numeración arábiga se introdujo en el siglo XIII, es en estos momentos cuando despega como elemento práctico en la economía contable. La introducción de la numeración arábiga supone numerosas mejoras desde el punto de vista técnico, ya que es mucho más fácil la aritmética con números normales, no con números romanos.

Lo que quiero decir con esto es que los errores a la hora de llevar a cabo sumas o restas se podían pillar a tiempo mucho más fácilmente con los números arábigos, por lo que los comerciantes extendieron su uso. Aun a pesar de esto, hasta el siglo XVIII era frecuente encontrar numeraciones mixtas en las contabilidades, expresando tanto con números romanos como con números arábigos.

Aparición de la contabilidad por partida doble

Otro de los grandes cambios es el de la aparición de la contabilidad por partida doble, es decir, la aparición en las cuentas contables del “debe” y el “haber”. Es un método de llevanza de cuentas por partida doble que organiza el libro de cuentas por cuentas corrientes, abriendo una página para el saldo positivo, y otra para el saldo negativo.

«El cambista y su mujer», de Marinus Van Reymerswale (Museo del Prado)

En conclusión, podemos deducir que el paso de la Historia Medieval a la Historia Moderna fue mucho más que el re descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón o la caída de la ciudad de Constantinopla. La Historia Moderna comenzó, por tanto, en el momento en el que las características económicas, políticas, sociales y religiosas que identificaban al Medievo se transformaron radicalmente, caminando hacia un modelo de organización de Estado.

Artículo originalmente publicado por mí en QueAprendemosHoy

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