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Asclepio, el dios de la medicina

Artículo escrito por Alejandro Barreda Beltran, graduado en Historia.

Introducción

Asclepio o Asklepio (Ἀσκληπιός) era en la mitología griega la divinidad vinculada a la medicina. Según el relato mítico, nació como un héroe de la unión de Apolo y una mortal, Corónide. Pero antes, su madre fue seducida por un mortal y fue castigada con la muerte. El dios rescató su vástago de la pira funeraria, lo llamó Asclepio y lo entregó al centauro Quirón, quien le educó y le instruyó en la medicina.

Asclepio, el dios médico

Con el tiempo, la maestría de Asclepio en el arte de la medicina llegó a tal punto que podía resucitar a los muertos, como se demostró cuando devolvió así la vida a Hipólito, el hijo de Teseo. Temeroso de las consecuencias, Zeus le fulminó con un rayo.  A pesar que este relato lo convierte no en un dios sino en un héroe, las formas de su culto lo identifican con un dios.

Estatua del dios Asclepio con el bastón y la serpiente

Prácticamente su única función era la salutífera, pero a pesar de ello la compartía con otras figuras. Podemos destacar, por una parte, a su padre Apolo, y por otra, a sus hijos, entre los que destaca Hygíeia. A la hora de darle una imagen, su iconografía fue la de un hombre maduro y barbado. Pero su principal atributo era el bastón con una serpiente enroscada. No debe extrañarnos conocer este símbolo, pues en la actualidad se ha rescatado como símbolo de la medicina y de los médicos. La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) lo incluyó en su emblema.

No podemos dejar pasar en este punto el Asclepio de Ampúrias. Ampurias o Empúries (Emprion), en la actual provincia de Gerona, fue, junto a la vecina Rosas (Rhode), la colonia griega más occidental y, por tanto, única en la Península Ibérica. Durante las excavaciones arqueológicas de 1909 se descubrió una estatua de mármol, y la cercanía de los fragmentos de una serpiente enroscada la relacionó muy pronto con Asclepio. Sin embargo, la historiografía de los últimos años ha planteado la duda de si realmente seria el dios Serapis. Este dios de origen egipcio, resultado del sincretismo entre Osiris y Júpiter, cumplía también una importante función salutífera convirtiéndose en competidor del propio Asclepio. Sea como sea, se trata de uno de los grandes tesoros arqueológicos de toda la Península.

Relieve de Éfeso con el bastón y la serpiente (izquierda) y logotipo de la OMS (derecha)

Curaciones milagrosas

Los santuarios de Asclepio no solo fueron centros importantes de culto religioso, sino que también constituían espacios sanitarios. Las festividades religiosas, protagonistas de la vida de otros santuarios antiguos, tenían un papel secundario y eran visitados diariamente por enfermos para ser curados tanto a través de tratamientos empíricos como a través de ritos religiosos y experiencias místicas.

Los pacientes entraban en contacto con Asclepio a través de sueños inducidos en el ritual de la incubatio. El dios se aparecía en estos sueños y, o bien prescribía al paciente un remedio, o bien lo curaba directamente. Si bien este ya estaría sugestionado por los relatos de curaciones milagrosas y la propia escenografía del santuario, no faltan sospechas de uso de sustancias alucinógenas. Posteriormente, los sueños eran interpretados por el personal del santuario y las curaciones se agradecían y se plasmaban en muchos casos a través de inscripciones.

Moneda acuñada del s. I a.C. con la representación del templo y la serpiente

Estos santuarios fueron bastante comunes, particularmente en época helenística y romana. Se conoce de su existencia, por ejemplo, en Cos, Atenas y Pérgamo, pero el más importante fue el santuario de Epidauro. Muchos de estos santuarios estaban integrados en paisajes naturales y, por ejemplo, algunos se ubicaban junto a fuentes termales o bosques especialmente exuberantes. Pero no por eso carecían de instalaciones propias de las ciudades como teatros (el magnífico caso de Epidauro es de sobra conocido).

Esculapio, el dios romano de la medicina

La introducción de Asclepio en Roma

El dios de la medicina no fue extraño en el mundo romano. Su nombre latino, derivado del griego, fue Esculapio (Aesculapius). Como el propio término, el dios romano procede del griego y, de hecho, la llegada de Asclepio a Roma desde Epidauro es un episodio recogido por numerosos autores como Tito Livio, Ovidio, Plutarco o Estrabon. Según estos, en el 293 a. C. Roma sufría una peste que se prolongaba durante años. A instancias del Senado, se consultaron los libros sibilinos y la respuesta fue que se debía llevar al dios Asclepio a Roma desde Epidauro.

Estatua del dios Esculapio hallada en Ampurias

Una delegación fue enviada al santuario heleno y después de pedir ayuda al dios, una serpiente vagabundeó por la ciudad hasta subirse a la embarcación de los delegados. Estos veneraron la serpiente y volvieron con ella a Roma. Una vez allí, la serpiente bajó de la nave y nadó a través del río Tíber hasta la ínsula Tiberina. A partir de entonces la peste que azotaba la ciudad terminó.

La verdad tras el relato

Este episodio tiene un claro precedente en la introducción en Roma del culto a Apolo Medicus desde Cumas, también para parar una epidemia, el 433 a. C. Ambos casos culminaron con la construcción de un templo, siempre fuera del pomerium como divinidades extranjeras. El de Asclepio se situaba en la ínsula Tiberina, un entorno relativamente despoblado con cierta dimensión religiosa y eventualmente junto otros templos como el de Júpiter Jurario. Aun no se conocen restos arqueológicos, ya que sobre su emplazamiento se ubica la iglesia de San Bartolomé de Roma. Detrás de este episodio de principios del siglo III a. C. seguramente se oculta la llegada de médicos y conocimientos griegos a Roma junto al propio dios.

Para terminar ya este artículo, cabe destacar que existieron también otros templos romanos dedicados a Esculapio. Por poner ejemplos hispanos, existen evidencias de su culto en la mencionada Emporion, Valentia y Carthago Nova.

Epígrafe votivo en griego agradeciendo a Asclepio e Hygíeia

Artículo escrito por Alejandro Barreda Beltran, graduado en Historia.

Bibliografía

BURKERT, W. (2007): Religión griega arcaica y clásica. Abada editores, Madrid.

LÓPEZ PÉREZ, M. (2016): “La decisión político-religiosa y el trasfondo socio-sanitario de la introducción del culto a Asclepio en Roma”. En BRAVO, G.; GONZÁLEZ SALINERO, R. (coord.): Crisis en Roma y soluciones desde el poder. Signifer Libros, Madrid, Salamanca, pp. 215-228.

MAR MEDINA, R. (2017): “Cultos y santuarios de sanación en las ciudades romanas: el ejemplo de Ampurias”. En ZARAGOZA GRAS, J. (coord.): Ars Medica: La medicina en l’època romana. URV, Tarragona, pp. 39-56.

ORTUÑO ARREGUI, M. (2015): “Asclepio o Esculapio en los textos greco-latinos”. En ArtyHum: Revista Digital de Artes y Humanidades, nº16, pp. 74-82.

Para saber más


       Alejandro Barreda Beltran es graduado en Historia en la Universitat de València y actualmente estudiante del Máster de Formación en el Mundo Occidental en la misma universidad. Sus principales intereses en materia de investigación histórica son la historia de las religiones y el mundo antiguo.

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