INTRODUCCIÓN
1) Cronología del Reino Nuevo
La cronología del periodo cubre tres dinastías, y recoge dos maneras de gobernar. La dinastía XVIII son los herederos de la dinastía XVII, y van desde el 1550 al 1295. Durante la dinastía XVIII, en el que los nombres más frecuentes son Amenhotep o Tutmosis, la capitalidad cambia mucho, desde Tebas, la gran ciudad ceremonial de fiestas religiosas, a Memphis un siglo después y a Amarna en torno a 1350 a.C., una ciudad nueva fundada que tendrá la capitalidad unos 30 años, cuando se traslada otra vez a Memphis. A partir de la dinastía XIX, el trono egipcio estará ocupado por jefes militares que destacan en el ejército. Su primera actividad fundamental fue la de ser el general del ejército. Esto también influye en que la documentación del periodo muchas veces sea militar. Siempre me gusta dejar claros los aspectos cronológicos, y es por eso por lo que empiezo mis entradas siempre igual, para ir familiarizándonos con estas cronologías.
2) La reina Hatshepsut:
Hatshepsut es un ejemplo de mujeres que tuvieron el poder real en el periodo del Reino Nuevo. La causa era la regencia. Si morían sus hermanos/maridos y sus hijos aun eran pequeños, la madre del futuro rey se convertía en una especie de protectora del reino, una regente, hasta que el legítimo heredero tuviera la edad suficiente para reinar por sí solo. En el caso de Hatshepsut, fue reina regente mientras crecía el futuro rey Tutmosis III (1479-1425 a.C.).
EL TEMPLO DE HATSHEPSUT DE DEIR EL BAHARI
Cuando pensaba en sobre qué escribiría mi nueva entrada, pensé que debía hablar de los Templos del Reino Nuevo. Sin embargo, pronto me di cuenta de que era un tema demasiado amplio como para plasmarlo en una sola entrada. Por eso, en vez de hablar de los templos de este periodo a nivel general, voy a explayarme explicando uno de los templos funerarios más famosos, no solo del Reino Nuevo, sino de la Historia de Egipto: el templo de Hatshepsut, contextualizado en el complejo de Deir El Bahari, conocido por ser el templo funerario de esta reina.
Como reina en la regencia de Egipto, Hatshepsut inauguró proyectos constructivos que sobrepasaban con mucho a los de sus predecesores. Sin embargo, el que es sin duda alguna el monumento más duradero que nos ha llegado de los tiempos de Hatshepsut es su templo funerario del complejo de Deir El Bahari. Este templo está construido con piedra caliza y diseñado con una serie de terrazas que están dispuestas dando la espalda a un acantilado. Además, hay que decir que el templo de Hatshepsut, técnicamente llamado «Sagrado de sagrados» (djeser djeseru), es la mejor fuente de la que disponemos para conocer su reinado.
1) Diseño y antecedentes del templo:
El diseño del edificio no guarda secretos para los historiadores, ya que sigue una forma arquitectónica conocida desde el Primer Período Intermedio, e inspirada sobre todo por el templo que tenía al lado desde siglos atrás, el templo de Montuhotep II (2055-2004 a.C.), de la XI Dinastía.
A pesar del gran esplendor del templo, sabemos que Hatshepsut tomó prestadas de sus predecesores regios la mayoría de las formas arquitectónicas desarrolladas en su templo funerario: por ejemplo, las colosales estatuas osirianas dispuestas delante de los pilares cuadrados de sus columnatas se parecen mucho a las estatuas de Senusret I (1956-1911 a.C.) o a los colosos osirianos de Tutmosis I en el templo de Karnak.
2) Escenas e inscripciones:
En el templo terminado se incluían escenas e inscripciones que caracterizaban cuidadosamente varios aspectos de la vida y el gobierno de Hatshepsut. En el extremo sur de la terraza media se construyó una capilla para la diosa del cementerio occidental, Hathor, delante de la cual había un patio con columnas cuyos capiteles tenían forma de emblemas de la diosa con cara de vaca. Incluso se representan escenas en la entrada de la propia capilla en la que se ve al rey alimentando a la vaca sagrada.
En la terraza superior hay una entrada central a un patio con peristilo, es decir, un patio rodeado de columnas, tras el cual se encuentra el principal santuario del templo. Además, hay que mencionar que el lado norte del patio está decorado con escenas de la Bella Fiesta del Valle, mientras que en el lado sur hay escenas de la fiesta Opet. En esta terraza también hay capillas para la propia Hatshepsut y para su padre, Tutmosis I. Una prueba de esto es que en esta parte hay una inscripción acompañada de una escena en la que sale el rey Tutmosis I proclamando el futuro reinado de su hija Hatshepsut.
3) Inscripciones de zonas privadas:
Otra característica muy definitoria del reinado de Hatshepsut la podemos saber a partir de una serie de inscripciones de las zonas privadas del templo, destinadas a comunicarse con aquellos pocos privilegiados que por aquel entonces, no solo supieran leer, sino que pudiesen tener acceso a estas zonas privadas del templo. Estas inscripciones aluden a la inusual naturaleza del reinado de Hatshepsut. En ellas se previene por dos veces a sus funcionarios: «Aquél que la honre vivirá, aquél que diga maldades y blasfeme contra su majestad morirá». Desde el punto de vista histórico, lo que nos dice esto es que Hatshepsut fue muy generosa con los que la apoyaban, y muy despiadada con los que la irritaban o traicionaban. Además, parece ser que Hatshepsut podría haber formado una relación simbiótica con sus nobles, de modo que los nobles eran tan imprescindibles para la reina como la reina para los nobles.