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HISTORIAE

CONSTRUCCIONES DE RAMSÉS II

 EL TEMPLO DE AMÓN EN LUXOR

Durante sus largos años de estancia en el trono de Egipto, Ramsés II llevó a cabo un gran programa constructivo. Se cree que uno de sus primeros proyectos fue el de añadirle un gran patio con peristilo y un pilono al templo de Amón en Luxor, construido originalmente por el rey Amenhotep III (el anterior a Akhenaton) y completado por los últimos reyes de la Dinastía XVIII.

Vista exterior del templo de Luxor, construido en gran medida por Amenhotep III y Ramsés II
Vista exterior del templo de Luxor, construido en gran medida por Amenhotep III y Ramsés II

EL RAMESSEUM

El famoso patio de columnas de Ramsés II en este templo se planeó con un curioso ángulo respecto al resto del templo, seguramente con el objetivo de crear una línea recta cruzando el río hasta la zona del complejo funerario del rey, el Ramesseum. Este complejo funerario era enorme, ya que en la actualidad se calcula que abarcaría unas diez hectáreas de terreno.

Planta del monumental complejo funerario de Ramsés II, el Ramesseum
Planta del monumental complejo funerario de Ramsés II, el Ramesseum

TEMPLO DE OSIRIS EN ABYDOS

Ramsés II también construyó un templo para Osiris en Abydos, más pequeño que el de su padre Seti I, pero igual de esplendoroso. Durante el resto de su reinado, poco a poco llenó el país con sus templos y estatuas, muchos de los cuales usurpó a soberanos anteriores. Y es que la verdad es que Ramsés II es un rey que puedes encontrártelo en todas partes, ya que apenas hay un lugar de Egipto donde sus cartuchos no aparezcan en los monumentos.

Plano que explica en inglés las distintas partes del templo de Osiris en Abydos de Ramsés II
Plano que explica en inglés las distintas partes del templo de Osiris en Abydos de Ramsés II

LOS TEMPLOS EN BAJA NUBIA Y ABU SIMBEL

Si ahora mismo tuviera que destacar alguno de los proyectos constructivos de Ramsés II, os llamaría la atención sin duda alguna sobre sus ocho templos excavados en los acantilados de la Baja Nubia, conjunto en el que están incluidos los dos templos de Abu Simbel. Estos ocho templos fueron mayormente construidos por trabajadores reunidos de entre los poblados nubios de las inmediaciones.

El exterior del templo de Abu Simbel, uno de los templos más visitados de Egipto
El exterior del templo de Abu Simbel, uno de los templos más visitados de Egipto, excavado en la roca

AMPLIACIÓN DE LA CIUDAD DE AVARIS

Ramsés II también fue el rey egipcio que amplió la ciudad de Avaris (la antigua capital hicsa en el Segundo Periodo Intermedio) y la convirtió en su gran Residencia del Delta. Se ve que a Ramsés le gustaba eso de dejar su marca en los edificios poniéndoles nombres originales. En este caso, a esta residencia en Avaris la llamó Pi-ramsés (que significa «casa de Ramsés»).

Zona de Avaris en la que se encuentran algunos de los restos de Piramsés, la residencia en el Delta de Ramsés II
Zona de Avaris en la que se encuentran algunos de los restos de Pi-ramsés, la residencia en el Delta de Ramsés II

Su emplazamiento exacto se ha debatido durante mucho tiempo, pero finalmente se ha establecido que debe estar entre los extensos restos del yacimiento de Tell el Daba y Qantir, en el Delta oriental. Una de las características de esta ciudad es que estaba estratégicamente situada cerca del camino que conducía a la fortaleza fronteriza de Sile y a las provincias de Palestina y Siria.

Plano que muestra la ubicación del yacimiento de Tell el-Daba
Plano que muestra la ubicación del yacimiento de Tell el-Daba

Como podréis adivinar, la influencia cultural asiática en esta zona siempre había sido fuerte, pero ahora muchas divinidades como extranjeras, de diversas culturas próximas orientales, como Baal, Reshep, Hauron,Anat y Astarté, eran adoradas en Pi-ramsés. Además, también es una ciudad muy orientalizada debido a que vivían allí muchos extranjeros, algunos de los cuales terminaron por convertirse en funcionarios de alto rango.

Representación en relieve que podría representar a la diosa Ishtar o Astarté
Representación en relieve que podría representar a la diosa Ishtar o Astarté

Otra de las razones por las que vivían muchos extranjeros en Pi-Ramsés es por consecuencia directa de la la paz con los hititas. Tras firmar la paz, los hititas enviaron grandes artesanos y orfebres a Egipto, para que trabajaran en los talleres de armas de Pi-ramsés, con el objetivo de enseñar a los egipcios los últimos avances de su tecnología armamentística. Es decir, que primero se matan durante años, y después colaboran codo con codo contándose secretos de su tecnología.

Plano que muestra en inglés las distintas partes de Pi-Ramsés, al lado de la ciudad de Avaris
Plano que muestra en inglés las distintas partes de Pi-Ramsés, al lado de la ciudad de Avaris

FIESTAS HEB-SED DE RAMSÉS II

Otro hecho curioso de Ramsés II es que fue el primer rey desde Amenhotep III (el anterior a Akhenaton) en celebrar más de una fiesta Heb-Sed. Por lo que sabemos, la primera de estas fiestas tuvo lugar en torno al año 30 de su reinado (~1249 a.C.) y a ésta le siguieron creemos que otras trece. En cuanto a estas trece otras fiestas Heb-Sed, sabemos que al principio las celebraba en intervalos más o menos regulares de unos tres años, pero, posteriormente, hacia el final de su larga vida, las celebraba de forma anual.

Relieve que muestra a Ramsés II en un momento de una de sus numerosas fiestas Heb Sed
Relieve que muestra a Ramsés II en un momento de una de sus numerosas fiestas Heb Sed

EL REY DIOS Y SUS ESTATUAS

Al principio, el rey Amenhotep III fue deificado durante sus tres primeros jubileos por ser el último rey antes del periodo amarniense. Pero la verdad es que sabemos que Ramsés II, ya en su octavo año de reinado, se hizo deificar en vida, construyendo para hacerlo notar una estatua colosal cuyo nombre se traduce como «Ramsés-el-dios». Asimismo, Ramsés II mandó que se erigieran estatuas colosales del rey con nombres similares delante de los pilonos y puertas de entrada de todos los grandes templos. Estas estatuas recibían culto regular, además de ser objeto de adoración pública por parte de los habitantes de las ciudades en las que se encontraban. Dentro de los templos, «Ramsés-el-dios» tenía su propia imagen de culto y su barca procesional.

Estatuas colosales de Ramsés II a la entrada del templo de Amón en Luxor del que hablé anteriormente
Estatuas colosales de Ramsés II a la entrada del templo de Amón en Luxor del que hablé anteriormente

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Comentarios (0)

Que interesane artículo. La egiptología es una de mis pasiones frustradas y te agradezco este recuerdo histórico. Felices Fiestas

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Muchas gracias, Maite, me alegro de que te haya gustado 😀 En esta vida, no digas que algo es una pasión frustrada, siempre estás a tiempo de hacer lo que siempre quisiste hacer, nunca se es demasiado mayor 😉 Felices fiestas y próspero año nuevo

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En el plano de Pi-Ramsé, yo veo un corazón al reves, vamos, a punto de ser pesado en la balanza.

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