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HISTORIAE

LA INDEPENDENCIA DE EGIPTO

INTRODUCCIÓN A LA BAJA ÉPOCA

Cronología y principales soberanos egipcios de la Baja Época
Cronología y principales soberanos egipcios de la Baja Época

CONCLUSIONES SOBRE LA INVASIÓN PERSA

En general, lo que podemos deducir de la primera invasión persa de Egipto a partir de las fuentes de conocimiento es que este régimen persa no fue muy opresivo, y que incluso hubo bastantes egipcios que consiguieron aceptarlo. Sin embargo, en la otra cara de la moneda también nos encontramos regiones en las que solía haber tensiones, que eran causadas por dos grandes motivos: la manifiesta xenofobia de los egipcios hacia los persas, lo que dificultaría su integración como una más de las provincias persas, y las ambiciones de distintas familias poderosas egipcias que aprovecharían cualquier momento de debilidad para intentar conseguir la independencia para Egipto.

Mapa que muestra la inmensidad del Imperio Persa a finales del reinado de Dario I
Mapa que muestra la inmensidad del Imperio Persa a finales del reinado de Dario I

(NOTA: Los mapas que han sido utilizados en esta entrada provienen de la página web de nuestros amigos de Geacron, la mejor página de mapas históricos interactivos de la red.)

INDEPENDENCIA Y CONTEXTO INTERNACIONAL

Como ya hemos visto en la entrada anterior, Egipto no era una provincia más de Persia. Como era previsible, Egipto aprovecha un momento de debilidad interna del imperio persa para rebelarse e independizarse durante casi medio siglo. El joven Amirtaio consigue encabezar con éxito una rebelión en el año 404 a.C. que consigue independizar a Egipto e inaugurar un nuevo periodo de varias dinastías y con reyes propiamente egipcios.

Mapa de Próximo Oriente, Egipto y Grecia en el 404 a.C., el año de la independencia egipcia
Mapa de Próximo Oriente, Egipto y Grecia en el 404 a.C., el año de la independencia egipcia

Miremos un poco el contexto internacional. En Grecia viven en pleno periodo clásico: han construido los grandes edificios de la Acrópolis ateniense, y justo ese año ha terminado la Guerra del Peloponeso, que llevaba desde el 431 a.C. y que termina con la rendición de la propia Atenas. Por otra parte, Cartago no deja de extender sus fronteras, y en apenas diez años controlan casi toda lo que hoy es Sicilia. En tercer lugar, tenemos en Roma que ya llevan aproximadamente un siglo con el sistema político de la República. Aun no ha empezado su gran expansión, para asistir a ésta hay que esperar al siglo III a.C.

Mapa que muestra la situación de los estados del Mediterráneo a finales del siglo V a.C.
Mapa que muestra la situación de los estados del Mediterráneo a finales del siglo V a.C.

FUENTES SOBRE EL MEDIO SIGLO DE INDEPENDENCIA

1) La dinastía XXVIII:

La mayor parte de la detallada documentación de la que disponemos actual sobre la historia política y económica de este medio siglo de independencia de Egipto procede de fuentes de conocimiento griegas, lo cual implica inevitablemente que son subjetivas, ya que reflejan el interés y el punto de vista de los griegos, que nunca se pondrían a favor de los persas. Sabemos que la dinastía XXVIII solo duró lo que duró Amirtaio, es decir, entre el 404 y el 399 a.C.

2) La dinastía XXIX:

A la muerte de Amirtaio, otra familia se hizo con el poder en Egipto entre el 399 y el 380 a.C. En esta dinastía se ve reflejada la gran inestabilidad política del periodo, ya que la documentación, a pesar de contar con muchas lagunas, demuestra de forma inequívoca que casi todos los reyes de esta dinastía tuvieron un reinado corto y que acabó con un asesinato o un destronamiento. La única excepción a esta regla sería el rey Hakor, que gobernaría trece años, entre el 393 y el 380 a.C.

Esfinge en el que se representaría al rey Hakor, último reinado de la Dinastía XXIX
Esfinge en el que se representaría al rey Hakor, último reinado de la Dinastía XXIX

3) La Dinastía XXX:

Y así empieza la Dinastía XXX, la última gran dinastía egipcia de la Historia Antigua de Egipto. Las fuentes de conocimiento griegas que tenemos para esta dinastía son muy reveladoras: para empezar, casi con seguridad que el rey fundador de esta dinastía, Nectanebo I (390-362 a.C.), llegó al trono como resultado de un golpe de Estado. Este rey se cree que era en principio un general miembro de una familia de militares. También por este motivo, Nectanebo quería asegurarse de que su familia siguiera estando en el poder a su muerte, así que cuando todavía estaba vivo nombró corregente al que después sería su sucesor, Teo (362-360 a.C.). Sin embargo, todo esto no sirvió al final de nada, porque Teo fue destronado por el último rey egipcio de Egipto: Nectanebo II.

Estatua en granito representante del rey egipcio Nectanebo I
Estatua en granito representante del rey egipcio Nectanebo I (390-362 a.C.)

Sabemos con certeza que el fundador de la dinastía, Nectanebo I (390-362 a.C.), extendió su programa constructivo por sitios como Damanhur, Sais, Filé, Karnak, Hermópolis, Edfu… Sabemos también que Nectanebo II construyó templos para el toro sagrado Buquis de Armant y para la diosa Isis.

POLÍTICA EXTERIOR DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO IV a.C.

En cuanto a la política exterior, la preocupación mayor de los egipcios, como es evidente, era Persia, la cual no iba a aceptar así por las buenas la pérdida de Egipto. Por fortuna para estos últimos reyes nativos, la relativa inestabilidad interna del imperio persa hizo que no se pudieran dedicar a reconquistar Egipto, ya que tenían asuntos internos que atender. Sin embargo, eso no significa que no se produjeran intentos fracasados de reconquista, como el que lleva a cabo el rey persa Artajerjes II en el 374-373 a.C.

Fachada de entrada a la tumba del rey persa Atajerjes II
Fachada de entrada a la tumba del rey persa Atajerjes II

Esto no nos debe extrañar si tenemos en cuenta los problemas a los que se tenía que enfrentar Persia en esos momentos: intentos de otros territorios de independizarse, rivalidad con Esparta. En esta época, los recursos militares egipcios estaban formados por tres elementos principales. En primer lugar, podemos decir que el ejército egipcio estaba formado con muchos mercenarios griegos. Esto es debido a que los reyes egipcios creían que se llevaba a cabo una mejor defensa del territorio cuando pagabas a los que luchaban por llevar a cabo esa defensa. Sin embargo, a la hora de la verdad, cuando Persia volvió a invadir Egipto en el 343 a.C., poco pudieron hacer los mercenarios griegos. En segundo lugar, tendríamos que hablar de lo que los egipcios llamaban machimoi, que era como una especie de milicias formada por egipcios y que era militarmente inferior a los mercenarios griegos. A pesar de esto, lo cierto es que tuvieron éxito al repeler el intento de invasión del que hemos hablado anteriormente, el de Artajerjes II en el 374-373 a.C.

Vista más general sobre el contexto geográfico de la tumba de Artajerjes II en Persépolis
Vista más general sobre el contexto geográfico de la tumba de Artajerjes II en Persépolis

El tercer elemento del que tendríamos que hablar para definir el ejército egipcio de este periodo es de las tropas que suministraban los estados aliados de Egipto: un almirante persa rebelde que ayudaba a Egipto, los espartanos (por la simple regla del enemigo de mi enemigo es mi amigo), los fenicios…

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Comentarios (0)

Creo que para comprender la tensión que creaba la dominación persa hay que mirar a la religión. La religión persa es monoteísta (el primer monoteísmo de la historia, puesto que lo de Ajenatón no fue tal), por lo que pese a su tolerancia con las religiones indígenas vienen a ser gobernados por «un pueblo impío que no cree en los dioses». Esto, en un contexto en que los dioses son considerados como los defensores del estado, es como considerar que los dioses están castigando a sus fieles por sus pecados. Esto también es el primer cuestionamiento de los dioses, de los mitos como explicación del mundo; y provocará el nacimiento de la filosofía, que de las ciudades griegas del imperio persa pasa a la Grecia propiamente dicha. Este dilema sólo se dirimirará, a favor de los dioses, con la conquista del imperio persa por Alejandro Magno que será recibido como un «liberador» tanto en Egipto como un muchas partes del mismo imperio persa, puesto que los liberaba del castigo de Dios (del dios particular que cada uno consideraba más apropiado adorar).

Saludos

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Grandes palabras y grandes verdades las que dices, amigo. Gracias por leerme y por comentar

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