ANTECEDENTES AL PROTODINÁSTICO
Antes de meternos de lleno en la religiosidad del periodo protodinástico, creo que vendría bien hablar brevemente de cómo fue ésta en periodos anteriores, para así tener un marco general y poder observar con mayor sencillez la evolución que se va produciendo a lo largo del tiempo. En tiempos del neolítico surgieron unas creencias religiosas centradas en dos aspectos fundamentales de un mismo tema: la fertilidad y reproducción humana, vegetal y animal. Esto se reflejaba, por poner un ejemplo, en las formas y decoración de la producción cerámica. Cuando se produjo la primera urbanización, esta religiosidad había avanzado hacia la creación de un panteón politeísta con divinidades que se especializaron en los distintos aspectos de la vida social y económica. En este caso, ya contamos con los primeros textos escritos de carácter religioso como fuente de conocimiento.
LA JUSTIFICACIÓN IDEOLÓGICA DEL PODER
Ya durante el periodo que estamos tratando ahora, el Protodinástico (también llamado Dinástico Antiguo), encontramos una consolidación de esta religiosidad vinculado a todo lo que hablamos en la entrada anterior sobre la importancia de los dioses en la política y el gobierno de las ciudades. La figura de estos dioses protectores de sus ciudades desempeñan unas funciones muy importantes en la centralización de los recursos y la justificación ideológica del poder.
A su vez, esta justificación ideológica del poder está vinculada a las ofrendas que se llevaban todos los días al templo, las cuales eran especialmente valiosas en las ocasiones en que se celebraba algún tipo de fiesta. Vamos a verlo más fácilmente: los campesinos, que están manteniendo con estas ofrendas a las capas privilegiadas de la ciudad, creen que están manteniendo a la divinidad, y que si no las hicieran la ciudad y sus habitantes caerían en desgracia. Es decir, se hacen ofrendas y sacrificios de bienes que se tienen en el presente para que sigan existiendo en abundancia en el futuro.
EL ORIGEN DEL MUNDO
Según las creencias religiosas de este periodo, la forma de vida que estaban viviendo en ese momento comenzó con la figura de un dios o héroe fundador que fue el que enseñó a sus sucesores la forma de vida que tenían que llevar. El origen de estos tiempos, la época en la que vivió ese gran héroe fundador o dios es siempre remoto, fuera del alcance de la memoria histórica. Es este dios inicial el que establece la creación y forma del mundo que ven, mientras que otros dioses menores se atribuyen diversas funciones: el dios del ganado, el dios de las cosechas, el dios de la escritura… Poco después irían apareciendo los primeros seres semidivinos o no divinos, los cuales son básicamente reyes muy muy antiguos cuyo rigor histórico es más bien dudable. Es a estos primeros reyes no divinos a los que se deberían algunas de las características de ese tiempo, como el nacimiento de las ciudades, correspondiendo a los reyes contemporáneos que están viviendo en ese momento aportar su granito de arena a la obra de sus antepasados, construyendo o creando cosas ellos también.
HÉROES Y DIOSES
Lo primero que querría tratar en esta temática es el desmantelamiento de un mito generalizado. Muchos consideran que todas las ideas de grandes héroes mesopotámicos fueron creados durante el periodo protodinástico porque en las fuentes de conocimiento así aparece reflejado. Sin embargo, y como es evidente, todas estas historias míticas fueron con el tiempo evolucionando, adaptándose a las necesidades ideológicas de justificación del poder de cada momento. Pongo un ejemplo sencillo: el mito de Gilgamesh, que plantea la cuestión de la inmortalidad del rey, aparece cuando aparece la costumbre de divinizar al rey, es decir, durante el periodo acadio que veremos en un futuro cercano. En cambio, el objetivo ideológico del mito de Adapa se remonta a los primeros tiempos del sistema redistributivo y el origen de las ofrendas a los templos, ya que trata de convencer a la población de que los sacerdotes no se comen el alimento divino que se deja en ofrenda para los dioses, y que, aunque viven en sus casas (los templos), los sacerdotes no son dioses.
Al menos durante este periodo, no observamos la existencia de una separación clara entre lo que son los dioses y los héroes. A nivel general, podemos decir que la separación más importante está en el hecho de sus funciones: los dioses crean la naturaleza en la que viven los humanos, mientras que los héroes crean las instituciones que rigen la vida humana. Sin embargo, no penséis que esto se debe a un pobre desarrollo ideológico, todo lo contrario, ya que esta posible confusión entre dioses y héroes es hecha a propósito, con el objetivo de dar ciertos rasgos divinos a estos héroes y primeros reyes, y justificar así el que tengan el poder de regir sobre la vida de los humanos.
A pesar de que estos mitos son muy poco creíbles a nivel histórico, pueden revelarnos si los analizamos detalladamente algunas de las características de la organización de la sociedad mesopotámica. Volviendo al ejemplo anterior: el poema épico de Gilgamesh nos sirve para conocer que se iba a países y territorios lejanos para obtener materias primas. Es difícil ubicar cronológicamente estos textos que nos han llegado por copias posteriores, pero en general, por ciertos detalles geográficos y ciertas menciones a complejos tecnológicos que aparecen en los textos podemos situarlos aproximadamente en su tiempo.