Historiografía de los arameos
Los arameos son un pueblo nómada que tuvo un ascenso político bastante repentino sobre todo en ciertas zonas de la mitad oeste del Oriente Próximo tras la crisis del siglo XII a.C. Debido a este gran crecimiento, la historiografía tradicional buscaba sus antecedentes en el II e incluso en el III milenio a.C. Según esta visión historiográfica, la llegada de los arameos se encuadraba dentro de las oleadas migratorias semíticas, siendo comparados con los amorritas de un milenio antes o los árabes de un milenio después. De este modo, la conclusión a la que llegaban es que los arameos llegaron a través de repetidos flujos migratorios desde el desierto hacia las tierras de cultivo. Sin embargo, en la actualidad no es válida esta explicación. Ahora se sabe que todos esos presuntos antecedentes de los arameos son inaceptables y no están fundamentado, ya que los arameos son un pueblo nuevo que aparece en el tablero del Oriente Próximo de la Edad del Hierro.
Los antecesores de los arameos
Una de las creencias más generalizadas es que los arameos son descendientes culturales de los cananeos. A pesar de que desde el punto de vista lingüístico los nombres usados en ambas culturas se asemejan bastante, arameos y cananeos son pueblos distintos, como veremos ahora. La principal diferencia entre los arameos, el nuevo pueblo, y los cananeos es de carácter social, no de «fecha de llegada a la región», ya que los arameos eran nómadas que ya estaba presentes en la región desde finales de la Edad del Bronce, manteniendo contacto directo con los sedentarios. Algunas fuentes asirias del siglo XI a.C. (reinado de Tiglat-pileser I) son bastante útiles para saber más, ya que narran, por ejemplo, cómo los arameos fueron supuestamente rechazados al otro lado del río Eúfrates hasta 28 veces en 14 años. Así pues, los antecesores directos de los arameos son las tribus que durante el Bronce Final se dedicaban al pastoreo semi nómada, como los suteos en Siria o los akhlamu en la Alta Mesopotamia.
De la tribu al Estado
Entre los suteos-akhlamu de los siglos XIV y XIII a.C. y los arameos de los siglos XI y X a.C. hay grandes diferencias, que se deben sobre todo a los cambios y novedades surgidas por la crisis del siglo XII a.C., y que desembocaron en un proceso que llevó a las tribus nómadas arameas a convertirse en Estados. Este proceso se sustenta en tres pilares. Desde el punto de vista demográfico, el vacío que se había creado durante el Bronce final en todas las zonas no adaptadas para la agricultura de regadío había sido ocupado por los pueblos pastorales, siendo éste el modelo de sedentarización seguido en parte por los arameos. Desde el punto de vista político, el vacío de poder local creado por la crisis de los palacios y el vacío general de poder creado por la caída de los grandes imperios regionales favorece el desarrollo político de los arameos, ya que se dan unas condiciones que hasta ese momento eran inimaginables. Por último, desde el punto de vista socioeconómico, la tribu aramea alcanza un gran desarrollo y protagonismo, debido a los cambios productivos de las aldeas agrícolas y el mayor interés por el comercio.
De este modo, ahora las ciudades-Estado arameas del interior de Siria van a encontrarse en el centro del sistema comercial de Oriente Próximo. Para que os hagáis un poco la idea acerca del territorio abarcado por las arameas, os diré que encontramos las siguientes ciudades-Estado de sur a norte: en torno al alto Jordán encontramos Bet Rehob, Ma´akah y Gheshur; luego Damasco, Soba y Hama en el curso medio del Orontes. Después Bit Agushi, con su capital Arpad en torno a la actual Aleppo, Bit Adini con su capital Til Barsip al sur de Karkemish (valle del Eúfrates), y Ya´udi con su centro Sam´al en las laderas de los montes Taurus. Yendo más al este, en la Alta Mesopotamia la situación es similar, con los Estados de Bit Bakhyani y su capital Guzana, y Bit Zamani en el alto Tigris. Por otro lado, en el centro y sur de Mesopotamia las condiciones son diferentes, ya que el poder político es más fuerte y ha sobrevivido, y la urbanización es más arraigada. Por este motivo, aquí los pueblos arameos no desarrollan ciudades-Estado, sino que subsisten las tribus no sedentarizadas: la tribu de Laqe en el medio Eúfrates, los utuayu en el medio Tigris, los puqudu, gambulu y otros grupos al este del bajo Tigris, y, sobre todo, los caldeos en la Baja Mesopotamia, tan importantes por su Historia en Babilonia.
El lenguaje arameo
A pesar de que el lenguaje cananeo tiene una continuidad onomástica y lingüística en el lenguaje arameo (ya que serían ambas lenguas semíticas), esto no va a ocurrir en las zonas en las que hay lenguajes completamente distintos. Quiero decir con esto que en las zonas en las que desde antes se utilizaba un lenguaje completamente distinto, el arameo no va a preponderar, sino que solo se va a yuxtaponer. Con esto me estoy refiriendo a poblaciones como los neohititas del norte de Siria, los asirios del medio Éufrates y el medio Tigris, y los babilonios del centro y sur de Mesopotamia. Por poner un ejemplo para que lo entendáis mejor, los Estados del norte de Siria como Hama usan el neohitita y el arameo para la escritura y la onomástica, y en la Baja Mesopotamia se utiliza tanto el babilonio como el caldeo. Después de esta introducción, en las próximas entradas sobre los arameos os hablaré más a fondo sobre estas dos mitades de los pueblos arameos (las ciudades-Estado del oeste y las tribus del este), o sobre la evolución y difusión del lenguaje arameo.
Bibliografía
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