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HISTORIAE

Crítica de «Masters of Rome»

Artículo sobre «Masters of Rome» escrita por Mario Marrero, graduado en Historia.

Crítica de «Master of Rome» de Colleen McCullough

Quedan unos tres meses. El 29 de enero se cumplirán dos años de la muerte de una gigantesca escritora, Colleen McCullough, la mujer que dirigió mis pasos hacia la profesión histórica y convirtió innumerables tardes de mi pubertad en un placentero paseo por la ciudad de las siete colinas. Sus libros sobre la Roma tardorrepublicana constituyeron no solo una fuente de inspiración y un encomiable aporte a la novela histórica, tan defenestrada en los últimos años, sino también una obra fundamental para adentrarse en el cosmos sociopolítico, económico y cultural de un periodo convulso, marcado por la pugna entre el modelo tradicional de funcionamiento de la República romana (asentada en el Mos Maiorum) y la irrupción de sectores sociales y facciones políticas que abogarán por la transformación de este modelo, en un contexto de adaptación a la nueva realidad emanada de la expansión por el Mediterráneo.

La saga de McCullough fue construida sobre una potente labor de estudio de las fuentes clásicas, a través de lecturas directas y trabajos históricos posteriores, que dotaron a sus novelas de un contenido serio y respetuoso con la historia. A través de su argumentación se transparentan pesos pesados como Theodor Mommsen, Ronald Syme o Edward Gibbon, quienes también supieron convertir a la historia antigua en objeto de interés para el gran público.

Cada ejemplar cuenta con ilustraciones y mapas realizados por la propia autora, siendo documentos fundamentales para comprender con mayor exactitud los hechos que en él se narran. Su incuestionable rigor histórico la hizo merecedora de un doctorado honoris causa en historia por la Universidad de Macquarie, pero la obra de McCullough es aún más brillante de lo que tales credenciales pueden siquiera sugerir. Estas novelas abarcan el periodo que va desde el año 110 a.C hasta el 27 a.C, afrontando todos los acontecimientos históricos de relevancia que tuvieron lugar desde el ascenso de Cayo Mario hasta Octaviano.

Fotografía de Colleen McCullough, autora de Masters of Rome
Fotografía de Colleen McCullough, autora de la saga «Masters of Rome»

Al final de los volúmenes aparece un detallado glosario de términos, quedando recogidas las referencias empleadas y explicados los elementos que generan una mayor controversia; la autora, mostrando su compromiso con la veracidad, explica cuáles han sido sus presupuestos a la hora de abordar hechos de los que no se ha podido demostrar su historicidad.

Sus libros no se limitan a abordar aspectos ligados a la alta política o el ejército romanos, si bien los desarrolla con brillantez, sino que abundan las referencias a la propia naturaleza del sistema político, definiendo con exactitud la estratificación social existente y el cosmos cultural y religioso del que participaban, en última instancia, todos los romanos. Y como no, también las romanas, siendo el caso de la multiplicidad de personajes femeninos que son rescatados hábilmente de las fuentes, adquiriendo un peso esencial en la trama. Y es que la trama y el desarrollo de los acontecimientos resulta, a su vez, esplendorosa.

Pero es quizás en el desarrollo de los personajes donde McCullough consigue su mayor éxito, al lograr empatizar con un Cayo Mario despreciado por los patricios, un Pompeyo ansioso por ganarse el favor de los optimates o un Julio César ávido de fama y gloria. Pues estos grandes hombres no están aislados del mundo que buscan dominar: son parte de él, y a través de ellos podemos conocerlo, comprenderlo y asumirlo en toda su complejidad.

McCullough consiguió aunar excelencia expositiva, rigor histórico y entretenimiento, convirtiendo en Best Seller un trabajo apabullante por su tamaño, por la inconmensurabilidad de posibilidades que ofrecía y por lo dificultoso de generar una novela que supiera recoger la esencia de la sociedad, la política y la cultura romanas de entonces. Todo ello se plasmó en 7 novelas, cada una de más de 500 páginas en letra pequeña, que deberían haber sido inasumibles para el gran público, y sin embargo fueron recibidas con el entusiasmo que merecían. En un momento en el que las disciplinas humanísticas están perdiendo la preeminencia que antaño poseían, el trabajo de McCullough constituye una tabla de salvación para la disciplina histórica y la que es (o debiera ser) una de sus funciones fundamentales: la difusión del conocimiento.

He aquí mi pequeño, minúsculo homenaje, a una mujer con la que he contraído una deuda impagable.

 

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Comentarios (4)

Un trabajo único muy valioso y entretenido.

Siempre te quedabas con ganas de más.

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Apasionante lo que escribió y comentas. Tendré que devorar esos libros.

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Yo leí toda la saga y al final quedas con la nostalgia de despedirte de los personajes, elaborados de forma tan precisa que sientes que lo que dicen y hacen fue real en su totalidad, olvidando que es una narración ficticia basada en hechos y personajes históricos. Como cuando leí una de sus primeras novelas: El pájaro espino.

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cuando me decidí a leer el primer libro de la saga, fue porque trataba de Mario, que no es uno de los temas habituales en la novela histórica basada en Roma. me espantaba un poco que fuera la autora de El pájaro Espino, porque me temía una novelita como tantas otras, aprovechando el auge de la novela histórica. He leído la saga completa cuatro veces y no descarto volver a hacerlo en el futuro. es una obra perfectamente documentada y su retrato de los personajes es decididamente magistral. Cuando no estás leyendo, esperas ver aparecer al mismísimo Julio Cesar por detrás de la puerta de la cocina de tu casa. Un millón de gracias, Coleen. STTL.

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