Fragmento de un artículo sobre la democracia en la antigua Atenas publicado por Juan Carlos Martínez en la web de Akrópolis Historia antigua el día 28 de abril de 2016.
Introducción
La ciudad-estado de Atenas destacó en siglo V a. C. de entre todas las demás polis rivales por su situación política y social, en gran parte debido a su modo de vida democrático, basado en los valores e ideales políticos de igualdad entre los ciudadanos, libertad y respeto a la ley y a la justicia. Una democracia que, aunque a priori comparte los valores actuales de nuestra democracia, poco tiene que ver con nuestro actual sistema de gobierno “democrático”. Vamos a proceder a desarrollar cómo surgió la idea del sistema democrático en la sociedad, y cómo este tuvo una especial emancipación y esplendor en la democracia en la antigua Atenas, especialmente gracias a las figuras de Solón (594 a. C.), Clístenes (509 a. C.), y Efialtes (462 a. C.), pero sobretodo, gracias a Pericles (495 a. C.), la gran figura de la Edad de Oro Ateniense. También veremos que esta idea política en la que todos pueden participar en la cosa pública, tuvo grandes detractores, como los conocidos Platón (427 a. C.) y Aristóteles (384 a. C.).
Origen de la democracia en la antigua Atenas
Es muy habitual que oigamos que la democracia surgió en la Antigua Grecia en los siglos VI y V antes de nuestra era. La postura general de los historiadores ha sido la de aceptar esta teoría, pero lo cierto es que ya en épocas de los fenicios e incluso en el Antiguo Egipto se desarrollaron instituciones e ideales clave con bases democráticas, que más tarde fueron desarrolladas en profundidad en Atenas.
Fue en el mundo griego, entre los años 800 y 500 a. C., donde se fueron desarrollando ciudades con los patrones de la civilización urbana. Estas pequeñas comunidades que se fueron formando por toda la costa griega, estuvieron gobernadas al principio por monarquías locales, pero tras una serie de conflictos, pasaron a estar gobernadas por jerarquías tribales. El comercio marítimo y el cultivo de tierras dio paso a la creación de élites económicas, que se convirtieron en los futuros gobernantes con una forma de gobierno que conocemos como los `regímenes tiránicos´. Estos tiranos o autócratas aparecieron en los siglos VI y V a. C., quebrando la continuidad política de las primeras ciudades-estado.
Sin embargo, el aumento de la población hizo crecer la presión sobre las élites gobernantes, que se vieron obligadas a ceder y dar concesiones a las clases inferiores. Estas concesiones se hicieron por todo el mundo griego, no sólo en Atenas. El estatus de las clases bajas mejoró, y quizás el punto más importante sea el relacionado con la reorganización de la estructura militar, convirtiendo a pequeños agricultores y campesinos en piezas fundamentales en la defensa de la ciudad. Esto es lo que más influiría en la futura estructura política de la ciudad (Held, 1987). Todo esto, sumado al desarrollo de una economía de esclavitud que contribuyó a establecer las fronteras entre los ciudadanos (atenienses varones mayores de veinte años) y los no ciudadanos (esclavos, mujeres y extranjeros) y también a las diferentes innovaciones en las primitivas “constituciones” de las ciudades estado establecieron definitivamente las bases de la democracia. Parece ser que el primer gobierno democrático se dio en Quíos, a mediados del siglo VI a. C.
Ideales y organización política
Los ideales de esta democracia antigua están expuestos en la oración fúnebre de Pericles. En ella, Pericles describe una comunidad en la que todos los ciudadanos tienen la posibilidad e incluso la obligación de participar en la dirección de la polis. De hecho, a aquel que no participaba en los asuntos públicos se le consideraba “inútil”. Igualdad entre los ciudadanos, libertad y respeto a la ley y a la justicia, son los principios básicos de este modelo político. La democracia ateniense se caracterizaba por un compromiso generalizado con el principio de virtud cívica. Al tener la condición de ciudadano, los hombres tomaban parte directamente de las funciones públicas. Destacan dos conceptos muy importantes en la democracia ateniense: la isegoría, es decir, el derecho de todos los ciudadanos a expresarse libremente y sin limitaciones dentro de la asamblea y la isonomía, es decir, el derecho de tener igualdad ante la ley.
Fragmento de un artículo publicado por Juan Carlos Martínez en la web de Akrópolis Historia antigua el día 28 de abril de 2016.