Introducción
Al igual que otros géneros artísticos, el arte griego clásico llegó a sus máximas cotas de desarrollo durante la Grecia clásica, sobre todo durante el siglo V a.C. Durante los años de las Guerras Médicas, la pentecontecia y la Guerra del Peloponeso, el arte griego clásico llevó los conceptos de armonía, equilibrio y proporción a su máxima expresión. Así se sentaron las bases del arte clásico que tan admirado e imitado sería en el mundo romano, y en el renacimiento, clasicismo y neoclasicismo.
Cambios en el arte griego clásico
El desarrollo de las Guerras Médicas no solo afectó a la política o la economía de las polis griegas, sino que también implicó notables cambios en las artes plásticas, principalmente pintura y escultura. Así, los artistas griegos de las generaciones siguientes van a separarse de los cánones artísticos del periodo arcaico. Uno de los cambios más notables fue el rechazo a las influencias orientales que hasta ahora siempre había tenido el arte griego, sobre todo la cerámica.
Precisamente, la cerámica seguirá siendo uno de los soportes más populares de la Grecia clásica para la expresión de la pintura. Cada una de estas piezas, de gran variedad de tamaños y formas, ofrecía al artista una oportunidad única para mostrar al mundo su habilidad y talento. En general, el arte de la pintura y la escultura griega clásica se caracteriza por su austeridad y la transmisión de la sensación de movimiento, en contraposición a las posiciones estáticas e hieráticas del arte arcaico.
El arte griego clásico: la escultura
Esculturas y relieves
Probablemente, la escultura de bulto redondo que mejor ejemplifica el canon artístico de sensación de movimiento del arte griego clásico es el Discóbolo (~460 a.C.), del escultor ateniense Mirón. Desgraciadamente, no nos ha llegado hasta la actualidad la pieza original de Mirón, sino las distintas copias romanas exactas que se hicieron posteriormente. A través de ellas se puede apreciar la maestría de Mirón, al reflejar en la escultura la energía reprimida que el atleta está a punto de liberar, adelantando el brazo e inclinándose para hacer el lanzamiento del disco.
Más allá de las piezas de bulto redondo, los relieves escultóricos que decoraban muchos templos griegos son más representativos de esta búsqueda del movimiento. En este campo, la temática favorito de los escultores era la mitología. En concreto, los mitos centrados en conflictos entre los dioses y los mortales, o los que cuentan con protagonistas fantásticos como centauros, son los más representados.
Relieves del templo de Zeus en Olimpia
Algunos de los relieves escultóricos más destacados de la Grecia clásica se encontraban asimismo en dos de los templos griegos más importantes del siglo V a.C., el Partenón de Atenas y el templo de Zeus en Olimpia. Este segundo fue construido entre el 470 y el 456 a.C., y fue descubierto por la arqueología en 1876. Desde el inicio de sus excavaciones se encontraron relieves escultóricos tallados en el frontón, ese gran espacio triangular situado por encima de las columnas en las fachadas de los templos.
Concretamente, cada frontón medía unos veinticuatro metros de izquierda a derecha y unos tres metros de altura. El frontón occidental celebraba el triunfo del orden y la civilización sobre la barbarie representada por los borrachos y derrotados centauros. Si vemos la obra con detalle, observaremos que en el centro se encuentra una figura que sostiene los principios de la civilización, identificada como el dios Apolo. Por otra parte, el frontón oriental representaba un episodio de la vida de Pélope, el abuelo de Agamenón. Éste habría obtenido la mano de su mujer, Hipodamía, en una carrera de carros amañada por su suegro, Enómao.
El arte griego clásico: la pintura
Temáticas de la pintura griega clásica
A diferencia de la escultura, la pintura no solo representaba hazañas épicas, sino además escenas cotidianas del día a día de los griegos. De esta manera, hay obras en las que se muestra a herreros, zapateros, labradores, tejedoras… Esto ha hecho que muchas veces nuestro conocimiento de la vida privada de los griegos se deba a las escenas que aparecen representadas en las piezas cerámicas que han llegado a nosotros. Desgraciadamente, tanto en la pintura como en la escultura a menudo desconocemos la identidad del artista que hizo esas obras. Cabe destacar que la cerámica es la fuente de conocimiento mayoritaria de la pintura de esta época, puesto que la pintura mural griega clásica conservada en la actualidad es una gran minoría.
Al igual que en la escultura, el interés fundamental de la pintura griega clásica es la representación de la figura humana en movimiento. Por ello, la mayoría de personajes que aparecen están haciendo alguna actividad, en vez de estar en actitud contemplativa, como si estuvieran posando para el pintor. Asimismo, animales y paisajes pueden aparecer representados, pero nunca siendo el centro de atención.
Mujeres y hombres en el arte griego clásico
La cerámica pintada representa mujeres de todos los grupos sociales. De hecho, las piezas utilizadas durante los banquetes masculinos para mezclar el vino o beberlo solían mostrar prostitutas, bailarinas, músicas y escenas pornográficas. Por el contrario, en las piezas usadas por las mujeres casadas se podían ver escenas de bodas, de labores domésticas o de reuniones femeninas.
Entre los pintores conocidos que trabajaron en Atenas durante la primera mitad del siglo V a.C. sobresale Micón el Joven. Probablemente bajo el patrocinio de Cimón de Atenas, fue el artista que representó la lucha del rey mítico Teseo contra las Amazonas en algunos de los frisos y metopas del Hefestión, el templo griego dórico situado en el norte del Ágora de Atenas. Gracias al autor Plinio el Viejo sabemos que tuvo una hija, Timarete, que es considerada la primera mujer pintora conocida de la Historia. Por lo que sabemos, llegó a ser la autora de uno de los murales del templo de la diosa Artemisa en Éfeso.
Bibliografía
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