Introducción
La Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.) acabó con la prosperidad de la civilización griega, una de las más extraordinarias de la Antigüedad. El desarrollo del mundo griego en el siglo V a.C. no solo se manifestó a nivel militar o político, sino que también influyó en el mundo de la literatura. En la Atenas de este siglo debieron trabajar cientos de escritores, aunque los más conocidos están en los géneros de la tragedia y la Historia. En el primer género solo se han conservado algunas de las obras de Esquilo, Sófocles y Eurípides. Por otro lado, en el género de la Historia se han conservado íntegras dos obras tan importantes como son los nueve libros de la Historia de Herodoto de Halicarnaso y la Historia de la Guerra del Peloponeso de Tucídides.
¿Quién fue Herodoto?
Herodoto nació en Halicarnaso, una ciudad en la región de Caria, al sur de Asia Menor (la costa oeste de la actual Turquía) en el 484 a.C. Como indiqué en la crítica literaria que le dediqué a su Libro II de Historia, la información que tenemos sobre su vida (484 – 425 a.C., aprox.), es muy escasa, y se reduce a un limitado número de fuentes antiguas y contemporáneas.
Las más importantes, por orden cronológico, son dos antiguas, una medieval y una actual. En primer lugar, el trabajo de una erudita romana de tiempos del emperador Nerón. En segundo lugar, la obra de un gramático romano de tiempos del emperador Adriano. En tercer lugar, el artículo presente en la Suda, una gran enciclopedia sobre el Mediterráneo antiguo hecha por eruditos bizantinos en el siglo X. Y en último lugar, la obra publicada por Michael Grant en 1995. Si queréis saber más acerca de la vida de Herodoto, podéis leeros el interesante artículo de los amigos de Anatomía de la Historia.
Los logógrafos jonios
Hasta que llegó Herodoto, lo más cerca que había existido a la investigación histórica eran las crónicas de los logógrafos jonios y los grandes poemas épicos sobre héroes y las crónicas de ciudades o pueblos que podemos ver en las obras de Homero. Los logógrafos jonios fueron una serie de escritores que escribieron crónicas, por lo general no muy veraces, sobre ciudades, pueblos, o viajes de exploración desde finales del siglo VI a.C.
Entre ellos podemos citar a Cadmo de Mileto (Fundación de Mileto), Dionisio de Mileto (Historias lidias), Helénico de Mitilena (Historia ática), Acusilao de Argos, Paníasis (Heraclea), Quérilo de Samos (Pérsicas), entre otros muchos. Todas estas obras eran una mezcla de datos etnográficos, geográficos, históricos, míticos y curiosos. Muchos comenzaban por la fundación míticas de la que hablaban y después continuaban con las principales guerras que habían tenido y la lista de sus reyes o gobernantes. Para redactar estas crónicas, los logógrafos jonios se basaban en toda clase de fuentes de conocimiento, mayoritariamente orales. Era la tradición oral griega transmitida por los ancianos, o las noticias traídas por viajeros, la principal forma de conocer lo sucedido en el pasado.
El origen de la Historia
El origen de la Historia se sitúa en Herodoto de Halicarnaso porque fue el primero que utilizó un método de investigación empírico y racional para el estudio del pasado. En otras palabras, fue el primero que trató de buscar una explicación realista a lo que las personas y los pueblos hacían y habían hecho. De ese modo, fruto del contexto en el que le tocó vivir su infancia y juventud, Herodoto se dedicó a investigar el origen y las causas de las Guerras Médicas.
Por eso se remontó medio siglo antes de la revuelta jónica que supuso una de las causas de las Guerras Médicas. Con ello el objetivo era doble: por un lado, estudiar la Historia del Imperio Persa para entender mejor su choque con el mundo griego; por otro lado, salvar del olvido de forma realista las hazañas de los de las generaciones griegas pasadas. De hecho, fue Herodoto el primero en utilizar el termino griego historía (literalmente, «investigación»), y de ahí quedó la palabra que utilizamos en la actualidad para definir la ciencia del estudio del pasado.
La obra de Herodoto de Halicarnaso
Herodoto fundó la ciencia histórica porque antes de él nadie había intentado contar los hechos de su generación y las del pasado de una forma racional y realista. Herodoto de Halicarnaso evita mayormente a los mitos y los dioses, dándole todo el protagonista a los hombres contemporáneos. Además, al tratar de explicar las Guerras Médicas en su contexto, no solo habla de griegos y persas, sino que también menciona a los egipcios, babilonios, lidios o escitas. Por ello, Herodoto está haciendo una Historia universal en los siglos VI y V a.C.
Como ciudadano griego de su tiempo, Herodoto no es objetivo ni neutral. A lo largo de toda la obra, Herodoto trata de demostrar la superioridad de la civilización griega sobre la persa. Alude, por ejemplo, al hecho de que los persas adoran como un dios a un poderoso rey autócrata, en contraposición a los griegos, que no tienen reyes y solo están dominados por el imperio de la ley.
No obstante, Herodoto consigue otro logro que hasta ahora nadie había alcanzado. En la sociedad griega existía el pensamiento generalizado de que todo lo que no perteneciera al mundo helénico era bárbaro, y por tanto, insignificante y carente de interés. Consciente de ello, Herodoto de Halicarnaso defiende siempre la civilización griega pero no se olvida de darles una lección de humildad al resaltar las grandes hazañas logradas por otras civilizaciones, como la egipcia. De ésta destaca su mayor antigüedad frente a la griega, la influencia de sus dioses frente a los griegos, o la proeza de construcciones tan sobresalientes como las pirámides.
Bibliografía
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