Artículo sobre Valentia edetanorum escrito por Alejandro Barreda, graduado en Historia.
Introducción
En un post anterior hablamos de la fundación de la ciudad de Valencia, la Valentia romana. A partir del 138 a.C. se desarrolló una nueva ciudad, la cual, a pesar de su modesto tamaño bajo los estándares romanos, fue uno de los centros estrictamente romanos más tempranos de la Península. El conocimiento de su desarrollo urbano proviene casi exclusivamente de la arqueología, particularmente del yacimiento de la Almoina.
El Centro Arqueológico de la Almoina es un yacimiento situado en pleno corazón de Valencia (junto a la catedral). Su nombre recuerda a la institución caritativa medieval homónima que tenía su sede en el mismo solar, ya que almoina significa limosna en valenciano. El viejo edificio fue derruido en 1875, pero finalmente no se construyó sobre él. Así, quedó abandonado hasta que el Ayuntamiento pactó la construcción de un jardín privado en 1985. No obstante, los buenos resultados de las excavaciones arqueológicas previas llevaron a modificar los planes. Los restos se remontan desde esta primera fundación de Valencia hasta los siglos anteriores de la conquista de Jaime I (1238). Después de dos décadas de excavaciones, la Almoina se ha convertido finalmente en un centro arqueológico visitable (dejamos su página web al final y recomendamos su visita).
El origen de Valentia
En el anterior post ya mencionamos que las fuentes literarias clásicas ofrecen información muy parca respecto al origen de Valentia edetanorum. A las que comentamos, hay que añadir la Ora Maritima de Avieno, un poeta latino tardío, que menciona un núcleo prerromano llamado Tyris (476-477). Pero la investigación lo ha descartado por ser una única mención y bastante tardía. Tampoco la arqueología ha encontrado ningún resto ibero en el lugar de Valentia. En los alrededores no hay ninguna evidencia da testimonio de núcleos habitados, aunque sí de actividad humana anterior a la ocupación romana.
La Almoina ha aportado en sus niveles inferiores diferentes restos de los primerísimos momentos de la nueva ciudad. En primer lugar, una serie de agujeros atestiguan la instalación de tiendas de campaña circulares, que debieron dar refugio antes de la construcción de edificios más perdurables. En segundo lugar, han aparecido diversos depósitos de cerámica y huesos, restos de sacrificios y banquetes inaugurales. Después de todo, la fundación de ciudades comportaba diferentes ritos. Por último, uno de los restos más significativos es uno de los contrapesos de una gromma, el instrumento que permitía trazar las calles y las parcelas agrícolas.
La ceca de Valentia
Uno de los hallazgos arqueológicos más icónicos del mundo urbano antiguo es la numismática. Su importancia radica en que condensan aspectos económicos, políticos y simbólicos de cada civitas. Las cecas de Valentia edetanorum produjeron sus monedas bajo estándares itálicos y, por supuesto, con alfabeto latino. Por tanto, estas resultaban bastante diferentes a las monedas iberas que aún se producían, por ejemplo, en las cecas saguntinas. Las de la Valentia edetanorum muestran en el reverso el símbolo de la ciudad: una cornucopia atravesada por rayos, junto a una divinidad guerrera (seguramente Roma) en el anverso.
El urbanismo de Valentia edetanorum
La organización urbanística
Por lo que respecta al urbanismo, el yacimiento de la Almoina ofrece solo una pequeña parte, pero aun así muy significativo. Coincide con el cruce del decumanus maximus con el paso de la vía Hercúlea y por el oeste limita con el lado oriental del foro.
Algunos rasgos del urbanismo original quedaron fosilizados en épocas posteriores y se mantienen grosso modo en el callejero actual. El antiguo foro tiene la misma ubicación que la actual plaça de la Verge. Al oeste de esta, el carrer dels Cavallers se sobrepone al antiguo decumanus maximus y luego el carrer de Quart seguiría una antigua vía que salía de la ciudad hacia el oeste. Hacia el norte de la Almoina, al paso de la vía Hercúlea transcurría por el pont de la Trinitat.
Otro rasgo importante del urbanismo era la muralla, las moenia. En la actualidad no se han documentado arqueológicamente, pero se conocen por descripciones literarias. La epigrafía nombra la existencia de una porta Sucronensis, que por la referencia al rio Júcar estaría seguramente al sur. También podríamos añadir que fuera del recinto urbano per se el territorio fue divido en diferentes parcelas agrícolas. Este proceso, denominado centuriación, ha dejado huellas aún apreciables en los campos periféricos de la ciudad.
Los espacios urbanos conocidos
Dentro de la Almoina se han podido identificar hasta tres ínsulas. Al norte, entre la vía Hercúlea y el foro había un horreum, un edificio de almacén de alimentos, sobretodo grano. Cruzando el decumanus maximus, se ha encontrado la única ínsula completa. De cara al foro esta tenia tabernae, espacios destinados al comercio, y hacia el otro lado unas pequeñas termas. A pesar de su humildad, se trata de toda una joya arqueológica, pues su conservación es notable y se conocen pocos ejemplos de esta antigüedad. Aún es fácilmente identificable el sistema de hipocaustum con el que se calentaba la bañera o alveus. Por último, al otro lado de la vía Hercúlea, un recinto albergaba una piscina y un pozo. A pesar que se conoce solo parcialmente, se ha interpretado como un templo a Asclepio o asclepeion.
Fuera de la Almoina, se ha podido excavar restos de un cementerio en la actual carrer de Quart, que se ha datado en esta época. La ofrenda de cabezas de cerdo en las tumbas se ha identificado con el sacrificio de cerdos y el ritual de la Porca Praesentanea, propio del culto a Ceres y de la región meridional de la Península Itálica.
Conclusiones
En conclusión, los pobladores romanos llevaron a este nuevo espacio relativamente virgen sus conocimientos técnicos, sus creencias religiosas, su organización urbanística y agraria, su economía, sus costumbres y, en definitiva, su cultura. Sin embargo, el devenir de Valentia edetanorum se vio truncado antes de cumplir un siglo de existencia. La ciudad el Turia pagaría el precio más alto de la crisis de la República y las guerras civiles del siglo I a.C.
Bibliografía
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RIBERA I LACOMBA, A. y JIMÉNEZ SALVADOR, J. L. (2013): “La imagen urbana de Valentia”. En Olcina Domènech, M. H. (coord.): Ciudades Romanas Valencianas. Alicante, MARQ.
Artículo escrito por Alejandro Barreda, graduado en Historia.
Para saber más
Alejandro Barreda Beltran es graduado en Historia en la Universitat de València y actualmente estudiante del Máster de Formación en el Mundo Occidental en la misma universidad. Sus principales intereses en materia de investigación histórica son la historia de las religiones y el mundo antiguo.