Artículo sobre el PSOE en la Transición española escrito por Mario Marrero Hernández, graduado en Historia.
Fragmento de uno publicado originalmente en la web de la Trova el día 30/04/2018. Puedes acceder a su versión original a través de este enlace.
Introducción
Hace un tiempo publicamos la primera parte de este artículo, en la cuál abordamos la evolución del PCE. En esta segunda parte nos centramos en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Este partido ha adoptado un papel fundamental a lo largo de toda la historia reciente de España, pues ha estado presente desde su fundación en 1879. A esta dilatada trayectoria se le suma la importancia adquirida durante la II República y el papel protagonista que ha adoptado en la democracia. El estudio de su evolución durante la Transición resulta un factor importante para comprender su estructura, naturaleza y aspiraciones actuales.
El PSOE en el primer franquismo
El PSOE no se había estructurado como una fuerza de oposición consistente durante los primeros años del franquismo. La cúpula socialista en el exilio, dirigida por Rodolfo Llopis, mostró una actitud distante hacia los focos de conflictividad obrera y estudiantil del interior. Además, se negó a seguir la estrategia “entrista” en las instituciones franquistas, por considerar que equivalía a legitimarlas. De esta manera, se produce un enfrentamiento ideológico con el PCE. La dirección del PSOE en el exilio miraba con desconfianza a las nuevas generaciones socialistas en el interior, y no intentó integrar al partido en la dinámica del movimiento social en el seno de la dictadura.
El vacío dejado por los socialistas fue ocupado por el PCE y una serie de organizaciones sociopolíticas atentas al desarrollo de las nuevas generaciones y a las aportaciones del socialismo europeo, como la Agrupación Socialista Universitaria. Ésta conformó a las nuevas vanguardias estudiantiles que pugnaron contra la dictadura a tenor de las movilizaciones de 1956. Otro movimiento de corte socialista fue el Frente de Liberación Popular, surgido del catolicismo progresista en su doble vertiente universitaria y obrera.
Felipe González y la renovación del PSOE
Los jóvenes del interior, con el apoyo de una parte importante de militantes en el exilio, logran arrebatar la dirección del partido al grupo de Llopis en el XII Congreso en el exilio, celebrado en 1972. Se aprobaron resoluciones más radicales en el plano ideológico y se conformó una ejecutiva con más miembros del interior, impulsándose la participación de sus militantes en los movimientos sociales y levantándose el veto a las relaciones con el PCE.
En 1974 se produce la elección de Felipe González como primer secretario del partido, quien destacó por su juventud y su identificación con las clases medias y populares, así como por su naturalidad y cercanía con los votantes. El apoyo de la Internacional Socialista al PSOE encabezado por González fue fundamental, pues lo legitimó frente al PSOE-histórico de Llopis y el Partido Socialista del Interior, liderado por Tierno Galván.
La línea política del PSOE consistió en presionar al gobierno para que facilitara el establecimiento de una democracia aceptable, intentando que el partido ocupara la mejor posición posible en el nuevo sistema. Frente a un PCE que alentaba las movilizaciones, el PSOE defenderá públicamente la ruptura, al tiempo que adecuará su estrategia a las pautas reformistas que se estaban abriendo paso. Así, se situó en una cómoda situación política para participar del nuevo contexto de apertura controlada del régimen.
El PSOE en la Transición: las elecciones de 1977
Los resultado de las elecciones de 1977 constituyeron un éxito incontestable para el PSOE; con el 29% de los sufragios, pasó de la marginalidad política a erigirse como la segunda fuerza política, fundamental para la redacción del texto constitucional. Esta situación tiene explicaciones múltiples: el importante apoyo internacional, el carisma personal del propio González, el respaldo de muchos medios de comunicación o las eficientes técnicas electorales del partido son algunas de ellas.
Debe incidirse en la persistencia de una importante tradición socialista española, que seguía estando presente en una sociedad que se había guardado para sí sus inquietudes políticas durante el franquismo. Es muy cierto también que el discurso del PSOE permitió atraer el voto de los sectores moderadamente progresistas que deseaban una democracia de contenido social, pero recelaban de las otras opciones izquierdistas. La nueva posición del partido favorece la fagotización de las opciones socialistas dispersas, y la mayor disposición de recursos económicos permite instaurar un potente aparato burocrático de partido, aumentar la afiliación e ir allanando el camino hacia una posición política más moderada.
Bibliografía
ANDRADE BLANCO, J.A (2007): «Del socialismo autogestionario a la OTAN: notas sobre el cambio ideológico del PSOE durante la transición a la democracia». En Historia Actual Online, núm. 14.
ANDRADE BLANCO, J.A. (2012): El PCE y el PSOE en (la) transición. Ed: siglo XXI. Madrid.
FUSI, J.P; SANTOS, J; JIMÉNEZ, J.C; GARCÍA DELGADO, J.L. (2007): La España del siglo XX. Ed: Marcial Pons, Ediciones de Historia. Madrid.
SOTELO, I. (1988): «El PSOE en la transición». En Cuenta y Razón del Pensamiento Actual, (41).
POWELL, C. (2001): España en democracia. Ed: Plaza&Janes.
Fragmento de uno publicado originalmente en la web de la Trova el día 30/04/2018. Puedes acceder a su versión original a través de este enlace.
Para saber más
Mario Marrero Hernández es graduado en Historia por la ULL. Codirector, fundador y editor de La Trova, colaboro habitualmente en La Trova Podcast. Entre mis aficiones se encuentran la literatura y la poesía, escribiendo mis versos bajo el pseudónimo de Gasusa. También la música, participando como guitarrista en proyectos musicales varios y grupos como Demo o Momento Beat. Actualmente soy guitarrista, cantante y letrista de la banda de rock Garimba.