Datos técnicos
Título: «La premonición de Safeyce. El último tesoro de la prehistoria»
Autora: María Rosario Mondéjar Martín
Editorial: autoedición
Año de edición: 2017
Número de páginas: 425 páginas
Crítica de «La premonición de Safeyce»
Cuando a cualquier persona se le pide que diga los primeros títulos de novelas históricas que se le vengan a la cabeza sin pensarlo detenidamente, seguro que muchos de esos títulos se repiten. Todos hemos oído hablar, o nos suenan al menos, obras como «Los pilares de la Tierra«, «El niño con el pijama de rayas«, «Masters of Rome«, «El médico«, «Quo vadis?«, «El nombre de la rosa«, «Sinuhe el egipcio«, «Yo, Claudio«, «La catedral del mar«, «Guerra y Paz«… Hay una cosa que tienen en común todos estos bestsellers de la novela histórica de las últimas décadas: no están ambientados en la prehistoria.
Debido a la gran dificultad para conocer el contexto antropológico y sociológico de esos tiempos, las novelas históricas famosas ambientadas en la prehistoria pasan por la saga de «Los hijos de la tierra» de la autora Jean M. Auel y poco más. Afortunadamente para nosotros, «La premonición de Safeyce. El último tesoro de la prehistoria» de la autora María Rosario Mondéjar Martín, viene a cubrir este vacío. Después de haber leído la obra creo que hay numerosos motivos por los que cualquier persona debería hacerlo también, ya sea en formato físico o digital. Para empezar, por su originalidad. Si ya es escaso encontrar novelas históricas ambientadas en la prehistoria, mucho más escaso es que se ubiquen en la prehistoria de la península Ibérica. Ambientada en la Edad del Bronce (s. XIII a.C.), en el yacimiento arqueológico de Cabezo Redondo, la novela tiene como hilo conductor uno de los mayores tesoros prehistóricos de España, el tesoro de Villena.
Partiendo de esta premisa, que ya de por sí sola es merecedora de un gran aplauso, Mondéjar construye una novela entretenida, ágil y atractiva, gracias al interesante uso que hace de la línea temporal (desde el s. XVII hasta el s. XII a.C.), la evolución de unos personajes bien definidos (Silmaad, Safeyce, Japtun, Buyucu, Tamiz, Acán, y un largo etcétera) y las aventuras que éstos viven por múltiples lugares de la geografía española (con otros nombres, por supuesto, empezando por el del propio pueblo de Cabezo Redondo, Beyaz Dünya en la novela).
Otro de los puntos fuertes de esta novela es que está maravillosamente bien documentada a nivel histórico. Esto se debe no solo a los propios conocimientos de la autora, sino a su estrecha colaboración con Alicia Perea, arqueóloga del CSIC de Madrid, y con el personal del Museo Arqueológico Municipal José Mª Soler de Villena a lo largo de cuatro años. Todos han contribuido para que Mondéjar construyera un relato, tan fiel como podría ser cualquier otro, que intenta traer la vida de nuevo a aquel poblado de la transición entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro del que ahora solo conservamos los restos de sus estructuras y sus incalculables tesoros materiales.
Tampoco podía olvidarme a la hora de hacer esta breve reseña de las notables ilustraciones que aparecen al final de cada capítulo. Estas pequeñas obras de arte, realizadas por Alejandro Paz Poveda e Irene Cabria Mondéjar, ayudan a sumergirnos aun más en una obra que desata nuestra fascinación por esta época tan olvidada. En su conjunto, «La premonición de Safeyce» es una historia de secretos, magia, viajes y amor que estoy seguro que hará las delicias de todos los que aun disfrutamos del placer de la lectura de una buena novela histórica.
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