Artículo creado por Álvaro Comes Cervera, graduado en Historia
Introducción
Los faraones en el Antiguo Egipto esculpieron en los muros de sus templos imágenes en las que podíamos verlos como líderes victoriosos aplastando a sus enemigos. Sobre todo en el Reino Nuevo (1550- 1069 a.C.), momento en el que Egipto alcanza su momento álgido, vamos a poder ver numerosas inscripciones relativas a sitios conquistados, crónicas de batallas y expediciones exitosas. En este sentido, si hubo un rey que destacó en el mundo militar fue Tutmosis III, que reinó entre los años 1479-1425 a.C., de los cuales reinó en solitario a partir del 1458 a.C. (Hatshepsut gobernó en su lugar los años previos).
Tutmosis III fue criado dentro del estamento militar, por lo que recibió una educación muy esmerada en el arte de la guerra y la dirección de un ejército. Este aprendizaje lo terminó por convertir, como veremos a continuación, en el faraón que llevó a Egipto a su máxima extensión territorial.
Antecedentes en la política exterior egipcia
Antes de hablar sobre las campañas de Tutmosis III cabe hacer un breve repaso por la historia de la política exterior en el reino nuevo egipcio. Este periodo dorado surgió tras una serie de campañas militares que hicieron que los egipcios se liberaran del dominio de los Hicsos, quienes habían controlado el norte de Egipto durante un siglo.
Una vez conseguido esto, Ahmose y Amenhotep I (1550-1504 a.C. sumando ambos reinados) pusieron como objetivo la expansión hacia el sur. Primero se reorganizaron las regiones más sureñas del Alto Egipto, afectadas por posibles rebeliones, y luego asaltaron Nubia para obtener su tan preciado oro.
Tutmosis I (1504-1492 a.C.) prosiguió con estas campañas y consiguió un logro inédito en la historia egipcia: consiguió extender sus fronteras hasta la cuarta catarata del Nilo. Ese fue el golpe que hizo desaparecer a la civilización nubia de Kerma y consolidar la ocupación egipcia en los siglos venideros.
Por otra parte, parece que este faraón fue el primero que lanzó campañas hacia Asia, aunque no se puede confirmar el alcance de las mismas; para algunos pudo llegar hasta el río Éufrates y para otros no llegó tan siquiera al río Orontes. Aun así, había sentado un precedente para que en el futuro se convirtiera en la región que los faraones buscaran controlar.
Tras el efímero reinado de su hijo, Tutmosis II, del que se desconoce cuánto tiempo reinó, pero se presume muy corto, llegó al poder su hermana Hatshepsut (1479-1458 a.C.). Esta reina se dedicó a mantener lo conseguido en Nubia y no pareció interesarle lo más mínimo extenderse hacia el Levante mediterráneo.
Es muy probable que Egipto en este momento no tuviera la capacidad militar suficiente para entrar en esta zona del continente asiático. Más concretamente, en este periodo la zona estaba bajo influencia de Mitanni, la primera potencia en estas tierras, y los egipcios no deseaban un enfrentamiento directo con ellos.
Las campañas de Tutmosis III
Cuando muere Hatshepsut (1458 a.C.), Tutmosis III pudo iniciar su reinado en solitario y con una edad bastante joven. Había recibido como herencia de su tía un Egipto muy próspero económicamente y estable a nivel interno, lo que le permitió enfocarse en su mayor especialidad: el ejército.
Los egipcios habían comenzado a adoptar técnicas y armamento que habían heredado de los hicsos, como podía ser el arco compuesto o el carro de combate. Estas innovaciones venidas de Oriente Próximo van a proporcionar a Egipto, sumado a su potencial económico, la creación de un poderoso ejército.
Tutmosis III no pareció estar muy interesado en expandirse en Nubia, aunque se aseguró de mantener el control y la estabilidad heredada; de hecho, solo se reporta una campaña importante a finales de su reinado.
Es posible que esto se deba a que tenía como objetivo principal la expansión egipcia en todo el Levante mediterráneo para controlar regiones comerciales importantes y obtener el éxito donde ningún otro faraón lo hizo.
El primer gran enfrentamiento de Tutmosis III fue en la famosa batalla de Megido, contra una coalición de ciudades-estado lideradas por el príncipe de Qadesh. Además, por primera vez en la historia, podemos conocer con relativa aproximación cómo era una guerra debido a que las campañas de Tutmosis III fueron registradas en sus anales.
Tutmosis III, el faraón guerrero e ingenioso
Los beneficios de su primera campaña, tanto por el botín como por el prestigio, hicieron que este faraón se adentrara en una campaña meteórica por el control de la región frente a Mitanni. De una de ellas surgió un relato, posiblemente legendario, que inspiró seguramente al caballo de Troya homérico: la toma de Joppa.
Ante la imposibilidad de tomar la ciudad por asedio, el general Dyehuty ordenó ofrecer 200 cestas con regalos, en señal de rendición, a los habitantes de la ciudad. El engaño era que esos cestos, en realidad, contenían soldados dentro que abrieron las puertas y permitieron la entrada del ejército egipcio. No se sabe hasta que punto es cierto porque el relato se encontró en un papiro varios siglos posterior, aunque Dyehuty existió.
En total, Tutmosis III realizó un total de catorce campañas registradas, pudiéndose extender esta cifra a diecisiete. Tras la primera de ellas (la de Megido), entre los años 25 y 29 de su reinado (contando los años de regencia de Hatshepsut), lanzó un total de cuatro campañas para hacerse con el control de la actual franja siropalestina, además de consolidar las posiciones anteriormente ganadas.
Entre los años 30 y 33 de su gobierno nos encontramos con las campañas más importantes debido a que consiguió cruzar el río Éufrates y alcanzar tierras de Mitanni. Egipto llegaba de esta manera a su momento de mayor extensión territorial.
Las últimas campañas militares de Tutmosis III fueron entre los años 34 y 42 de su reinado. En ellas se centró en defenderse de las contraofensivas de Mitanni y en conquistar definitivamente Qadesh. Aunque la tensión entre ambos imperios se mantuvo, el resto del reinado de Tutmosis III fue pacífico y, en el futuro, sus sucesores establecieron las fronteras actuales de Egipto como legítimas.
El gobierno imperial del faraón Tutmosis III
Egipto, como hemos dicho antes, se había extendido como nunca antes lo había hecho, por lo que era necesario establecer una administración para los diferentes territorios que había conquistado. Para el caso de Nubia, que ya había sido ocupada en gran medida en épocas previas, se mantuvo una ocupación militar y el establecimiento de un gobernador que dirigiera la región en nombre del faraón. Aparte, se intervino para proteger el lucrativo comercio del oro nubio, el metal más preciado por los egipcios.
En cambio, el Levante mediterráneo presentaba mayores dificultades para mantener su control. Mientras que los nubios tenían un mayor vínculo con los egipcios y ya habían sido controlados previamente, los sirios o cananeos no lo habían sido nunca. Además, aunque se sabe que en torno al 3.000 a.C. los egipcios habían ocupado militarmente la zona, para esta época ya era algo muy complicado; una enorme red de ciudades-estado que dificultaba una ocupación militar debido a que implicaba un gran despliegue que los egipcios no podían ejecutar.
Por esto mismo se estableció una política de derrocamiento de gobernantes locales para poner a líderes afines a los intereses egipcios. Asimismo, sus hijos serían criados en la corte egipcia para poder alinearlos en su órbita y reducir las posibilidades de que se rebelasen. Este fue un sistema que estuvo en vigor prácticamente durante todo el Reino Nuevo con buenos resultados.
Artículo creado por Álvaro Comes Cervera, graduado en Historia
Bibliografía
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Shaw, I. (2010). Historia del antiguo Egipto. La esfera de los libros.
VVAA. (2007). Egipto. H.F. Ullmann.
Álvaro Comes Cervera es graduado en Historia por la Universidad de Valencia (2013-2017). Es colaborador habitual en la sección de Historia del diario digital “EsDiario”. Sus intereses se centran en la Historia Antigua, Historia moderna de España y la Historia de la Ciencia en general. Es el autor del canal de Youtube “Proyecto historia”, centrado en la divulgación histórica a niveles generales.