Ficha técnica
Título: «Los caminos de la seda. La historia del encuentro entre Oriente y Occidente»
Autora: Eva Tobalina
Editorial: La esfera de los libros
Edición: Madrid, 2024, 1ª edición
Nº de páginas: 695 páginas
Conociendo Los caminos de la seda, de Eva Tobalina
No descubro la pólvora si digo que nuestra concepción de la historia, y por ende la divulgación, sigue siendo fundamentalmente eurocéntrica. Uno de los muchos motivos usados para justificarla estaría en el hecho de que lo sucedido en Asia, por ejemplo, queda muy lejos y está desconectado de la historia europea.
Sin embargo, a lo largo de los siglos se han sucedido acontecimientos y procesos que desmontan esta supuesta desconexión entre lo occidental y lo oriental. Uno de ellos es la conocida actualmente como ruta de la seda, que ahora podemos descubrir en detalle gracias al nuevo libro de Eva Tobalina publicado en la editorial La esfera de los libros: Los caminos de la seda. La historia del encuentro entre Oriente y Occidente.
En él, este doctora en historia antigua nos guía en un viaje de miles de kilómetros por tres continentes diferentes para que aprendamos qué fue eso que desde el siglo XIX se ha venido a llamar la ruta de la seda.
En este sentido, lo primero que nos hace comprender la autora es que jamás hubo un camino fijo, materializado en infraestructuras similares a las calzadas romanas, que conectara Oriente y Occidente, y que la seda no fue la única de las mercancías que se transportaron.
Más bien, la ruta de la seda era una compleja red de recorridos, terrestres y marítimos, que conectaba el Extremo Oriente con el Mediterráneo. Asimismo, su trazado concreto cambió con frecuencia a lo largo de los siglos debido a las circunstancias meteorológicas, políticas o religiosas del momento.
Partiendo de esta base, Los caminos de la seda se estructura en cuatro partes. La primera, la más corta de extensión, desvela el nacimiento de la ruta de la seda. La segunda analiza las diferentes etapas geográficas que existían de este a oeste, desde el río Amarillo hasta los grandes puertos del Mediterráneo. La tercera describe las otras rutas, como la del incienso o la de las estepas. Por último, la cuarta parte, la más larga, detalla la historia de la ruta de la seda, desde el siglo I a.C. hasta el siglo XV.
Más allá de esto, otro aspecto muy interesante de Los caminos de la seda es que muestra cómo esta red de recorridos no solo servía para el comercio, sino también para los intercambios culturales, tecnológicos, artísticos y religiosos. Así, cualquier persona podrá leer cómo el papel o la pólvora llegaron a Europa procedentes de Asia central, cómo el arte grecorromano impregnó el valle del Indo o cómo los diseños chinos para la porcelana se llegaron a copiar en Europa Occidental.
Por si todo esto no fuera suficiente, Los caminos de la seda cuenta con multitud de imágenes y mapas históricos, muy útiles para ubicar los lugares por los que viajaremos.
Por estos y otros motivos, creo que cualquier persona que quiera comprender hasta qué punto Oriente y Occidente están conectados desde hace milenios debería tener un ejemplar en su casa de Los caminos de la seda, de Eva Tobalina. Sapere aude.