Introducción
El inicio de la fase del predinástico egipcio se suele situar entre el 5300 y el 5100 a.C., coincidiendo así con el final del neolítico medio e inicios del neolítico final. Como hemos visto anteriormente, el periodo que va entre el inicio del predinástico y el inicio del calcolítico (es decir, entre el 5300/5100 y el 4000 a.C.) está protagonizado por complejos culturales ya estudiados como el del Fayum A o el Badariense de la región de El-Badari, así que voy a empezar a explicar directamente desde el inicio del calcolítico.
El predinástico egipcio: Naqada I
A nivel cronológico, se suele considerar que el final de la cultura badariense (aproximadamente en el 4000 a.C.) coincidía contemporáneamente con el inicio del desarrollo de la fase histórica del calcolítico, la última gran fase cronológica antes del inicio de las dinastías egipcias tradicionales. Vamos a ver algunas de las características más notables de este periodo.
La primera fase del predinástico egipcio, dentro del calcolítico, es conocida como Naqada I (4000-3700 a.C.). Aquí encontramos unas cabañas de materiales endebles, cimentación de piedras y postes de madera, que hacen pensar que ya usaban estas cabañas para vivir en ellas de forma permanente durante todo el año.
La cerámica se reconoce por un tipo de recipiente en el que la superficie bruñida es monocromática, y con temas más fantasiosos. Otros recipientes cerámicos no tienen bruñido, sino un pintado en rojo y con decoraciones en blanco. Estos recipiente, durante el desarrollo de Naqada I (4000-3700 a.C.), se depositan en tumbas que no manifiestan ningún tipo de diferencias sociales entre ellas.
En general, éstos son recipientes de menor calidad que los hechos durante el neolítico. En Naqada I se siguen conservando la cocción oxigenada que da los dos colores, pero también aparecen la cerámica pulida y la cerámica pintada. En cuanto a las temáticas decorativas, solo hay un número limitado de ellas: escenas de humanos solos, escenas de humanos interactuando con animales, o escenas de animales, como las de hipopótamos.
Entre la producción cerámica no solamente encontramos vasos cerámicos contenedores. También encontramos paletas romboidales, que son unas placas de piedra de esquisto, presentadas en la naturaleza en forma de laminas, y que en este contexto nos las encontramos en formas romboides o rectangulares. Se usaban junto a ciertos minerales y grasas para proteger el ojo humano del sol abrasador propio de Egipto. Algunas de estas paletas romboidales presentan algún tipo de decoración, como figuras de escorpiones, por ejemplo.
Además de estas dos cosas, también hay que destacar las representaciones cerámicas de humanos, en las que podemos entender que hay un trasfondo religioso. Si hemos visto que para el neolítico encontramos figuras femeninas casi exclusivamente, ahora aparecen figuras cerámicas masculinas a partir del predinástico del calcolítico, con presencia de barbas puntiagudas, dominando la verticalidad. Se hacen con diversos materiales: en marfil, colmillos de elefantes o hipopótamos…
El predinástico egipcio: la cultura de Maadi Buto
Mientras en el sur asistimos a la diversificación de la producción cerámica y artesanal de la que he hablado anteriormente, con todas las implicaciones sociales y económicas que eso significa, la cultura de Maadi Buto se desarrolla en el calcolítico del norte, en el Delta de Egipto, entre el 4000 y el 3200 a.C. El primer aspecto que llama la atención es la tipología y morfología de las casas de la cultura de Maadi Buto: las casas son subterráneas, sí, subterráneas. En vez de enfrentarse al reto de elevar las viviendas sobre el suelo, las viviendas se hacen bajo tierra, lo que permite una mejor organización y amplitud.
Para evitar el desmoronamiento de las paredes del subsuelo, cubren las paredes de piedra, con postes que son la base de un entramado de vigas que permiten cubrir el espacio doméstico. Pero sigue siendo un espacio poco habitable debido a las condiciones de pluviosidad y humedad, lo que podía generar que entraran charcos en las viviendas. Para evitar este problema, hacen más anchos los muros de las casas y los levantan unos centímetros, lo que frena la entrada de agua, pero no evita que sean casas húmedas. En cuanto a la producción cerámica, basta con decir que es muy pobre y sencilla.
El predinástico egipcio: Naqada II
En el periodo predinástico de Naqada II (3700-3300 a.C.), las necrópolis empiezan a presentar diferencias sociales entre los individuos. Hay tumbas normales que presentan los huesos todos juntos, y hay tumbas en los que se separan y se colocan por separado los tipos de huesos, lo que podría implicar algún tipo de ritual post mortem de descarnación. Sin embargo, aunque sean individuos que pasan por un ritual funerario diferente a los demás, eso no tiene que significar que sean individuos con riqueza económica.
La cerámica de la fase Naqada II denota un aceleramiento de la cultura tecnológica, ya que es Naqada II cuando se forman los primeros estados egipcios. Si en la primera fase tenemos especializados artesanos, ahora en la segunda tenemos artesanos que se dedican a la artesanía a tiempo completo, como demuestra su variedad y morfología.
Naqada II es un periodo en el que la cerámica estabiliza unas formas normalizadas y estereotipadas. Hay personas que fijaron estas formas, y hay formas que las repiten, lo que indica que debe haber unos talleres específicos donde se fabricaba la cerámica. La decoración hace motivos geométricos imitando las vetas de las piedras, o haciendo patrones naturalistas como humanos viendo o dominando a los animales. En pocas ocasiones encontramos la representación de barcos, que se usaban para el transporte de mercancías o con finalidades más importantes, con un buen tamaño. La cerámica está hecha con un tipo de arcillas, las margas, que no están junto al río Nilo, sino adentrándose en el desierto, lo que implicaba que los artesanos tenían que ir a buscarlas al desierto.
Aparecen los primeros recipientes de piedra, con formas que van desde los más simples hasta los más complejos. Debido a las finas paredes de las que están hechos, se puede intuir que estos recipientes se debían de romper con finalidad. Para fabricar estos recipientes, se requiere toda una serie de instrumentos especializados, como una especie de berbiquí moderno.
También encontramos los cuchillos de sílex más complejos fabricados en todo el mundo antiguo, junto con los fabricados por las sociedades humanas mesoamericanas. Las paletas romboidales que vimos en Naqada I ahora también tienen formas de animales, como peces.
Las primeras jefaturas políticas durante el periodo de Naqada II se forman en las ciudades de Thinis, Abydos, Nekhen y Naqada. Compitieron entre ellas en diversos conflictos bélicos en torno al 3400-3300 a.C., y lo más probable es que la primera de ellas en caer derrotada y desaparecer fuera Naqada, por la pobreza que se puede observar en su necrópolis y la cerámica que se observa a partir de este momento. La cultura material aparece en tumbas ubicadas en la zona del Delta, construidas con adobe y con unas características que hacen pensar que eran colonias donde residían personas del Alto egipcio y que se han trasladado al Delta por alguna razón.
El predinástico egipcio: Naqada III
En los comienzos de Naqada III (3300-3100 a.C.) empiezan a aparecer determinados signos en los recipientes cerámicos, los que conocemos como serekh, que recogen los nombres de reyes egipcios, en forma de dejar constancia de que esa pieza cerámica pertenecía a ese rey. Esto implica la invención de la escritura egipcia, que ya se ve en los momentos finales de Naqada II. Al principio, los reyes tenían una interpretación como los representantes de los dioses en la tierra. Más tarde es cuando ya tenemos los serekh con nombres de reyes, que simboliza que sus nombres importan, más allá de su simple figura.
Bibliografía
SHAW, I. (2014): Historia del Antiguo Egipto. La esfera de Libros, Madrid.
AUTORES, VARIOS (2013): Egipto. National Geographic. Editorial RBA, Barcelona