INTRODUCCIÓN
La III Dinastía de Ur es un periodo de la Historia de la Baja Mesopotamia que ocupa aproximadamente 120 años, entre el 2120 y el 2000 a.C. Hay que destacar que es el último periodo cultural en el que se divide el Bronce Antiguo, siendo un momento de renacimiento del poder sumerio del sur tras el dominio primero de los acadios que vinieron del norte y después de los Guti que vinieron de las montañas.
A lo largo de todo el periodo de la III Dinastía de Ur, pero, sobre todo, durante el reinado de Shulgi, se llevó a cabo la creación de un nutrido cuerpo de escribas y administradores, encargados de poner en práctica la obsesión por el control y la racionalización económica del imperio neosumerio. Pero los escribas, como ya veremos, no solo se dedican a tareas administrativas, sino que realizan, principalmente, dos actividades colaterales: enseñar a los futuros escribas y llevar a cabo las obras literarias.
EL APRENDIZAJE DE UN ESCRIBA
El aprendizaje de las funciones básicas que desempeñaba un escriba tenía lugar en la edubba, una especie de escuela. En ese sitio, unos escribas expertos enseñaban a unos alumnos de varios niveles de experiencia a gestionar el difícil control del repertorio de todos los signos que hacían falta para escribir en escritura cuneiforme, además de enseñarles todo el léxico, y el uso y estilo de las fórmulas administrativas y jurídicas. Institucionalmente hablando, estas escuela edubba estaban anexas al templo, acudiendo a ellas jóvenes de los grupos sociales dirigentes (hijos de los ensi y altos funcionarios, por ejemplo). No sabemos exactamente cómo debía ser la vida en la edubba, pero algunas composiciones literarias que nos han llegado hasta hoy hablan del gran esfuerzo, sacrificio y entrega que hacen los aprendices de escriba, de las relaciones entre maestros y alumnos, o de las perspectivas que tienen los alumnos en cuanto a remuneración y ascenso social.
Toda esta cultura de los escribas y su aprendizaje ya existía en los periodos cronológicos anteriores en los que ya existía la escritura, pero con formas menos evolucionados, porque, como ya he mencionado, las necesidades administrativas del Estado ahora eran mucho mayores. Consecuencia de esto, también encontramos dos hechos: una homogeneización de los productos de escritura (tanto del instrumento como del soporte) y un aumento de calidad del propio texto.
LA PRODUCCIÓN LITERARIA
1) Escribir para transmitir:
Lo primero que tienes que saber acerca de las composiciones literarias de esta cultura de los escribas es que no hacían literatura siendo conscientes de que la hacían, es decir, que sus textos ahora los consideramos literarios, pero en su momento no, ya que desempeñaban funciones religiosas, políticas o pedagógicas. Y precisamente por esto es por lo que la colección de materiales «literarios» neosumerios que conservamos en la actualidad es tan importante para ayudarnos a comprender este periodo.
2) Los textos pedagógicos:
Un ejemplo paradigmático es el de las llamadas «Geórgicas sumerias» o «Almanaque agrícola». En este texto con funciones pedagógicas, un padre intenta enseñar a su hijo todas las operaciones que debe llevar a cabo en la tierra a lo largo del calendario agrícola, mostrándole cómo y cuándo debe realizarlas. Como comprenderéis, ésta es una fuente de conocimiento muy valiosa para ayudarnos a comprender algo como la agricultura neosumeria, por ejemplo. Otro prototipo de texto neosumerio con fines pedagógicos es el «debate»: dos personajes (normalmente un pastor y un labrador) o dos elementos físicos personificados (como el cobre y la plata, por ejemplo) discuten y compiten entre sí ensalzando sus propias virtudes y menospreciando las del otro. Al final, llegan a la conclusión de que ambos tienen sus virtudes y sus defectos. La lectura sociológica que podemos extraer de este tipo de composiciones es que estamos ante una sociedad cada vez más jerarquizada y competitiva que aspira a conseguir la paz y la cohesión social.
3) Los textos religiosos:
Es evidente que de los textos religiosos no nos podemos fiar como fuente de conocimiento histórico. Sin embargo, hay muchas lecturas que podemos sacar leyendo, por así decirlo, entre líneas. Por ejemplo, en este periodo se difunde el himno real como prototipo de texto de alabanza del rey y de la divinidad. Estos himnos reales suelen estar redactados en primera persona, y son exaltadas autoalabanzas a la gloria y hazañas de un rey o divinidad. Si miramos un poco atrás, esta nueva forma de propaganda de la realeza es complementaria a la que ya usaban los reyes acadios con las inscripciones monumentales que construían. Mientras que en estas inscripciones acadias lo que más se destacaba eran sus actividades militares y constructivas, en estos himnos reales lo más importantes es destacar las virtudes del rey, que pueden o no estar ejemplificadas con un hecho. ¿Y por qué se ha producido este cambio? Pues porque el público al que va dirigido ha cambiado. Las inscripciones monumentales de los reyes acadios iban dirigidas a un público más amplio y extranjero, ya que sirven de propaganda frente al pueblo u otras potencias vecinas, mientras que los himnos reales neosumerios van dirigidos a un público mucho menor, más selecto, como es el de los funcionarios que están en contacto con el rey.
4) Los textos mitológicos:
Durante el periodo de la III Dinastía de Ur prosigue la elaboración de la mitología mesopotámica, pero se nota que ya están en una fase descendente , más decadente que en el periodo de Akkad, por ejemplo. Muchas veces, en el bagaje mitológico neosumerio encontramos alusiones a las principales problemáticas de la política neosumeria, como sus relaciones exteriores a nivel militar (hurritas y amorritas) y comercial o la organización y administración de la economía agrícola de Mesopotamia.