Introducción
Lo primero es aclarar conceptos. El término «micénico» (no confundir con minoico) se usa para referirse a todo el mundo griego, la civilización micénica, correspondiente al Bronce Reciente, a la fase arqueológica del Heládico reciente (aprox. 1580-1150 a.C.). Antes de la aparición en la Grecia continental de un sistema sociopolítico jerarquizado y con una economía centralizada ya se habían cumplido una serie de condicionantes previos: aumento de la población, incremento de la productividad, expansión del comer exterior, y fortalecimiento del poder económico y político de las autoridades.
La civilización micénica y la minoica
Teniendo en cuenta la proximidad de una civilización que ya estaba desarrollándose desde hace siglos, la minoica, es normal que los micénicos tomaran ejemplo de los cretenses en su modelo de estado y en su plena participación en el comercio del Mediterráneo oriental. Los contactos entre la Grecia continental y la Creta minoica habrían empezado en torno al 2000 a.C., incrementándose progresivamente a partir de ese momento.
Una curiosidad con respecto a esto es que estas pruebas eran tan evidentes que Sir Arthur Evans, el descubridor de Cnossos, estaba totalmente convencido de que los palacios micénicos de los siglos XIV y XIII habían sido ocupados por reyes cretenses, que habían conquistado Grecia. Como ya os he mencionado en artículos anteriores, lo que ocurrió de verdad fue justamente lo contrario de lo pensado por Evans, es decir, que los micénicos conquistaron Creta. Tras derrotar a las fuerzas cretenses, saquear algunas ciudades y palacios, y matar a sus mandatarios, los griegos continentales se hicieron con Cnossos y otros centros administrativos para asumir el gobierno de la isla de Creta.
En cuanto a la cronología de esta conquista micénica, lo más probable es que se produjera en la primera mitad del siglo XV a.C., tal como muestran dos grandes pruebas: por un lado, la destrucción de muchos grandes centros minoicos de la época, y por otro lado, el gran decrecimiento de las exportaciones minoicas a distintos lugares del Egeo al mismo tiempo que las micénicas aumentaban.
No obstante, si bien afectó a la política, la sociedad y la cultura minoica no se vio demasiado alterada por la invasión. Para la inmensa mayoría de la población, la vida siguió igual, lo único que cambiaba era el destinatario de los tributos que tenían que hacer. Con el paso del tiempo, las dos civilizaciones, micénica y minoica, se fueron fundiendo en una sola cultura, posteriormente enriquecida por las continuas influencias provenientes del Oriente Próximo y Egipto.
Durante la dominación de la civilización micénica, lo más probable es que Cnossos controlara buena parte de la mitad occidental de la isla gracias a haber incorporado los territorios de otros centros palaciales que hasta aquel momento habían sido independientes. Sin embargo, esta época de dominio de Cnossos duraría bien poco, ya que hacia el 1375 a.C. fue incendiada y saqueada. Aunque el palacio en ruinas siguió siendo ocupado, la importancia de la Creta micénica decayó, cediendo todo el protagonismo a Micenas y el mundo de la Grecia continental. No se sabe a ciencia cierta quien pudo destruir Cnossos, aunque lo más probable es que fueran los micénicos del continente, tentados por la riqueza de los palacios cretenses y deseosos de eliminar a sus máximos oponentes en el comercio del Mediterráneo.
La escritura lineal A y B
Aproximadamente a partir del 1900 a.C., los minoicos desarrollaron un sistema de escritura pictográfica para llevar el inventario de su economía. Los pictogramas eran grabados normalmente en pequeñas piedras usadas como sellos para etiquetas o marcas de propiedad. Esta escritura pictórica, que no permitía plasmar mucha información, pronto fue reemplazada por un sistema silábico grabado sobre pequeñas tablillas de arcilla y utilizado aproximadamente a partir del 1800 a.C., el lineal A. A partir de los hallazgos iniciales de Sir Arthur Evans en Cnossos, posteriormente se han encontrado pequeñas cantidades de tablillas en Festo, Maliá y otros lugares de Creta y las islas Cícladas, lo que es una prueba del éxito de este sistema de escritura entre el siglo XVIII y XV a.C.
En su estrato arqueológico más reciente, Evans también descubrió en Cnossos una gran cantidad de tablillas de arcilla escritas en una versión más elaborada y compleja. Hasta comienzos de los años cincuenta del siglo XX no se realizaron los primeros significativos avances en el proceso de su desciframiento. El responsable fue Michael Ventris, un joven británico que, partiendo de la hipótesis de que los signos eran sílabas y no letras, y de que la lengua que representaban podría ser el griego, logró obtener los valores fonéticos de algunos signos.
Tras descubrir esto, Ventris y su colaborador, John Chadwick, publicaron sus descubrimientos en 1953, cambiando para siempre nuestra concepción de la Edad del Bronce en el Egeo. A día de hoy, gracias a las más de cinco mil tablillas conservadas, se han podido descifrar casi en su totalidad todos los secretos de la escritura lineal B. Por el contrario, la escritura lineal A todavía sigue siendo desconocida y no descifrada, a la espera de algún nuevo Michael Ventris que pueda quizás revolucionar lo que hasta ahora creíamos conocer del mundo minoico.
Bibliografía
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