Introducción a la tragedia griega
La Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.) acabó con la prosperidad de la civilización griega, una de las más extraordinarias de la Antigüedad. El desarrollo del mundo griego en el siglo V a.C. no solo se manifestó a nivel militar o político, sino que también influyó en el mundo de la literatura. En la Atenas de este siglo debieron trabajar cientos de escritores, aunque los más conocidos están en los géneros de la tragedia griega y la Historia. En el primer género solo se han conservado algunas de las obras de Esquilo, Sófocles y Eurípides. Por otro lado, en el género de la Historia se han conservado íntegras dos obras tan importantes como son los nueve libros de la Historia de Herodoto de Halicarnaso y la Historia de la Guerra del Peloponeso de Tucídides.
El teatro occidental nació en Atenas poco antes del siglo V a.C. Todas las obras de la tragedia griega que conservamos en la actualidad fueron compuestas y representadas desde el 472 a.C. hasta el 401 a.C. Esto incluye por tanto las siete obras conservadas de Sófocles y Esquilo, y las diecinueve conservadas de Eurípides. Estas treinta y tres piezas teatrales nos han llegado gracias a su transmisión por manuscritos medievales y por sus posteriores ediciones impresas en la Edad Moderna.
Vida y obra de Esquilo
Esquilo, el más antiguo de los tres autores de la tragedia griega clásica, nació en torno al año 525 a.C. en la ciudad de Eleusis, donde se llevaban a cabo los famosos misterios. Si nos fiamos de las fuentes, Esquilo pertenecía a una familia noble de dramaturgos, por lo que desde joven se dedicó a la poesía. No obstante, no habría conseguido su primer éxito hasta el año 484 a.C., cuando tenía cerca de cuarenta años. Solo cuatro años después participaría como soldado en la batalla de Salamina, y en el 490 a.C. también había participado en la batalla de Maratón. Aunque solo nos han llegado siete hasta la actualidad, se calcula que Esquilo habría escrito unas ochenta obras, que fueron un gran éxito no solo en vida del dramaturgo, sino mucho después de su muerte. De estas siete, las más famosas son Los Persas (472 a.C.), una tragedia ambientada en el triunfo griego en la Batalla de Salamina y el lamento persa por la derrota, y Orestíada (458 a.C.), una trilogía conformada por Agamenón, Las coéforas y Las euménides.
Un aspecto que tienen en común estos tres dramaturgos de la tragedia griega es la particularidad de su supuesta forma de muerte. La leyenda dice que Esquilo murió en un viaje a Sicilia a consecuencia del golpe en la cabeza de una tortuga que había caído del aire al soltarla un águila. Sea cierto o no, Esquilo murió en la ciudad siciliana de Gela en el 456 a.C.
Vida y obra de Sófocles
De Sófocles no se sabe a ciencia cierta la fecha de su nacimiento en Colono, una aldea próxima a Atenas, pero se estima que tuvo que ser entre el 497 y el 494 a.C. Gracias a su adinerada familia, tuvo la mejor educación posible, y pronto empezó a sobresalir en música, danza y poesía. Como gran intelectual que era, Sófocles se movía en los círculos más selectos de Atenas, por lo que fue gran amigo del político Cimón, de Arquelao, el maestro de Sócrates, y del historiador Herodoto de Halicarnaso. Después de una larguísima vida, Sófocles murió en el 406/405 a.C., con unos noventa años de edad. De este modo, vivió en primera persona los acontecimientos más importantes de la Grecia Clásica: tanto la grandeza de las victorias griegas en las Guerras Médicas y el esplendor cultural de la Pentecontecia como la decadencia y la miseria de la Guerra del Peloponeso.
Desde antes de los 30 años se consagró como gran autor dramático, venciendo en concursos incluso a su coetáneo Esquilo. A lo largo de su fructífera carrera de más de medio siglo, Sófocles llegó a escribir unas ciento treinta obras, de las cuales solo nos han llegado completas siete. Como otros autores, se dedicó a rehacer las historias de la mitología griega, destacando sobre todo las desgracias familiares. Gracias a Sófocles llegan dos grandes innovaciones a la tragedia griega: el desarrollo del diálogo a expensas del coro, y el añadido de un tercer acto a los dos ya utilizados por Esquilo.
Estas características se ven perfectamente en su obra más importante, Edipo rey, que en su momento fue la tragedia más célebre de la Historia griega. Forma parte de una trilogía formada por las obras Edipo Rey, Edipo en Colono y Antígona. En ella, Sófocles nos presenta a la familia de Edipo, el legendario y desgraciado rey de Tebas condenado por el destino a matar a su padre y a casarse con su madre.
Vida y obra de Eurípides
El tercero de los grandes poetas de la tragedia griega clásica, Eurípides, nació en Flía, una pequeña aldea del Ática, en el 485 a.C. Al igual que Sófocles, tuvo una gran educación en música, poesía y gimnasia gracias a la posición pudiente de su familia. Sin embargo, a diferencia de éste, Eurípides nunca se interesó por la política, sino que encajaba más bien en el prototipo de erudito ajeno al mundo exterior y ensimismado en sus propias reflexiones. Antes de dedicarse a la poesía, el joven Eurípides dedicó sus esfuerzos a la pintura, influenciado por el gran pintor ateniense Polignoto. También es destacable su estrecha amistad con algunos de los filósofos griegos más importantes, como Anaxágoras, Sócrates o los sofistas.
Otra gran diferencia entre Eurípides y Sófocles fue el triunfo que tuvieron en su momento con sus dramas. Eurípides sentía que su obra no era comprendida y apreciada debidamente por el público ateniense, influenciado también por las constantes burlas y sarcasmos que de él hacía el comediógrafo Aristófanes. Esto llevó a Eurípides a pasar sus últimos años de vida en la corte del rey Arquelao de Macedonia, donde murió en el año 406 a.C.
De las noventa y dos obras que se cree que llegó a escribir a lo largo de su carrera, han sobrevivido hasta la actualidad unas diecinueve. De las conservadas, las más famosas son Medea (431 a.C.), Las bacantes (406 a.C., obra póstuma), o Las troyanas (415 a.C.), entre otras muchas. La causa de tal poca aceptación quizás se encontrara en las reflexiones planteadas en sus obras. A diferencia de otros autores, Eurípides incluía en la construcción de sus personajes críticas incisivas a los valores griegos. En Medea, por ejemplo, este autor cuestionaba todas las ideas convencionales que se tenían sobre cómo debía ser un héroe, además de enumerar las limitaciones que tenía que soportar la mujer en Grecia.
Bibliografía
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CÁNFORA, L. (2003): Aproximación a la historia griega. Alianza, Madrid.
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