Datos técnicos
Título: «El último emperador de México»
Autor: Edward Shawcross
Editorial: Ático de los libros
Edición: Barcelona, 1ª edición, 2023
Nº de páginas: 334 páginas
Crítica de El último emperador de México, de Edward Shawcross
Hace poco tuve la oportunidad de grabar un podcast sobre la vida de Mao Zedong. Mientras el doctor en historia Carlos González narraba la sorprendente vida y los colosales horrores cometidos por esta persona, yo solo podía pensar en el eurocentrismo que sigue imperando en la sociedad por no hacer más esfuerzo para conocer y divulgar estos hechos tan importantes.
Este eurocentrismo no solo barre del mapa a la historia de Asia, sino en general a todo tipo de historias que no tengan lugar en Europa Occidental, incluso cuando estén relacionadas con ella. Una prueba de ello está en el gran desconocimiento generalizado (yo el primero, lo admito) de la rocambolesca historia de Maximiliano de Habsburgo, que pasó de ser archiduque de Austria a ser emperador de México durante tres intensos años (1864-1867).
Afortunadamente para nosotros, esto es precisamente lo que cuenta El último emperador de México, la obra debut del historiador Edward Shawcross que en España ha sido publicada por la editorial Ático de los Libros.
En ella, este doctor en historia contemporánea de América Latina hace un repaso por ese tercer cuarto del siglo XIX en México para descubrir cómo un aristócrata ambicioso venido a menos fue utilizado como un títere por el emperador francés Napoleón III para tratar de imponer su voluntad en un país que se había independizado de España hacía menos de cincuenta años.
Partiendo de esta base, el breve episodio del reinado de Maximiliano divulgado en El último emperador de México nos permite acercarnos de forma magistral a la situación general de las relaciones internacionales en la América de mediados del siglo XIX: Estados Unidos había arrebatado gran parte de su territorio a México y ahora estaba al final de su guerra civil, México también había sufrido una guerra civil entre liberales y conservadores recientemente, y la Europa dinástica quería reafirmar su papel en la América republicana tras las independencias del primer tercio de siglo. Cabe señalar que los que entregaron unilateralmente la corona a Maximiliano fueron los conservadores mexicanos, que perdieron frente a los liberales.
Como no podía ser de otra manera, el libro acaba con el final del reinado de Maximiliano, que fue tan curioso e intrigante como su inicio: tras perder el apoyo francés, y debido a la presión de los Estados Unidos de la doctrina Monroe, el archiduque de Austria fue derrotado en batalla, capturado, juzgado por una corte marcial y ejecutado.
En definitiva, lo transmitido en El último emperador de México es una muestra más de lo complejo e irregular que puede ser el camino seguido por la evolución histórica de un país.
Por si todo esto no fuera suficiente, El último emperador de México cuenta con un índice onomástico y una docena de ilustraciones sobre los personajes y algunos de los momentos clave de esta historia. Por estos y otros motivos, creo que cualquier apasionado de la historia contemporánea en general, o de la decimonónica en particular, debería clicar en el enlace de abajo para comprar El último emperador de México en Amazon. Sapere aude.