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Herodes el Grande

herodes el grande y la matanza de los inocentes

Introducción

Durante siglos, la imagen que nos llegó de Herodes el Grande a través de la Biblia y la historiografía es la de un tirano sanguinario, impío y criminal que masacraba a sus familiares y a sus súbditos (la matanza de los inocentes, para empezar). Sin embargo, la realidad histórica del rey más famoso de Judea es muy distinta a la que nos cuentan los Evangelios. Por ello, en este artículo vamos a hacer un breve resumen de la biografía de Herodes el Grande para comprender los tres aspectos fundamentales de su vida: su dependencia política del mundo romano, su relación con el judaísmo y los judíos y su tormentosa vida familiar.

Bajorrelieve hecho por Dionigi Bussola en el siglo XVII que representa la Masacre de los inocentes (Fuente: Wikimedia Commons)

Nacimiento y juventud de Herodes el Grande

Herodes nació en el año 73 a.C. en el seno de una importante familia de Edom/Idumea, un territorio situado al sur de Judea, en la zona siropalestina. Su padre fue Antípatro, gobernador de la región, y su madre fue Cipro, una princesa de la casa real de los nabateos.

El padre de Herodes siempre fue fiel a los intereses de Roma en aquellas tierras, por lo que a lo largo de los años no dudó en colaborar militarmente con el general romano de turno, ya fuera Pompeyo Magno, Aulo Gabinio o Julio César. Este último, como recompensa por su ayuda en la segunda guerra civil romana, otorgó la ciudadanía romana a Antípatro y sus hijos.

Criado en un entorno judío pero de tradición helénica, Herodes el Grande se interesó desde joven en la filosofía, la historia y la retórica griega, de manera que hablaba griego y estaba familiarizado con su literatura y cultura. En el futuro, ese filohelenismo se traduciría, por ejemplo, en sus generosas donaciones para la celebración de los Juegos Olímpicos.

Mapa del reino de Herodes el Grande en el que se ven sus principales ciudades y su evolución territorial a lo largo del tiempo (Fuente: Golvin, 2018)

Herodes y los romanos

Político diplomático y habilidoso desde el principio, Herodes el Grande supo estar siempre en el bando vencedor a medida que avanzaba la historia romana. Primero se ganó el favor de Julio César por su valía en los encargos militares que le llegaban, luego fue amigo personal de uno de sus asesinos, Cayo Casio Longino, y se alineó de inmediato con el Segundo Triunvirato tras la batalla de Filipos.

En esos años, asmoneos y partos invadieron el reino aprovechando la inestabilidad de la guerra civil, por lo que Herodes tuvo que huir. Después de pasar por Egipto, Rodas y Roma, en otoño del 40 a.C. fue nombrado por el Senado rey de Judea y recibió los apoyos necesarios para reconquistar la región. No obstante, la empresa no fue un camino de rosas, pues le llevaría dos años. Poco a poco, las legiones romanas se hicieron con Galilea, Edom, Jericó, Samaria y Judea. Finalmente, con la conquista de Jerusalén en el verano del 37 a.C., el reinado de Herodes pudo comenzar.

A pesar de ser aupado al trono por Marco Antonio, Herodes dio otra vez muestras de su capacidad de supervivencia política cuando logró mantenerse en el poder tras la victoria de Octaviano en la cuarta guerra civil romana. Incluso se le perdonó que hubiera enviado un pequeño grupo de tropas en apoyo de Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio. Más concretamente, para resarcirse de aquello, Herodes proporcionó suministros y financió el ejército que Octaviano usaría para la invasión de Egipto.

Reconstrucción digital de la fortaleza de Masada, una de las más importantes de Herodes el Grande (Fuente: Jean Claude Golvin)

Herodes el Grande y el emperador Augusto

En los comienzos del principado de Augusto, Herodes era una rara avis dentro de la política imperial. Ostentaba todas las insignias de la realeza y disfrutaba de una sorprendente libertad de acción, pero su poder dependía totalmente de lo bien que le cayera al emperador. Consciente de ello, Herodes el Grande fue hasta su muerte uno de los aliados más fieles y fiables de Roma, y Augusto supo recompensarle ampliando su reino en el 30 a.C. y en el 20 a.C., así como posicionándose a su favor en los conflictos internos que sufrió a lo largo del tiempo.

Entre otras muchas obligaciones, Herodes debía poner sus tropas a disposición de Roma cuando esta se lo exigiera. Así sucedió, por ejemplo, durante la expedición del general Elio Galo a Arabia en el 26 a.C. o durante la campaña que Marco Agripa comandó en el Bósforo en el 14 a.C. Precisamente, la buena amistad que tenía Herodes con Agripa fue uno de los factores centrales de la buena relación con Augusto. De hecho, cuando Agripa murió en el 12 a.C. las relaciones bilaterales se enfriaron al no contar con ese nexo de unión.

La lealtad continua de Herodes también se materializó en sus políticas internas. Bautizó un gran número de fundaciones reales con el nombre del emperador o el de algún otro miembro de su familia, fue uno de los principales impulsores de la propaganda imperial y promovió fuertemente el culto imperial en las regiones no judías e incluso en su propio reino al construir templos consagrados al efecto.

Árbol genealógico de Herodes el Grande en el que aparecen sus esposas y los hijos que tuvo con estas (Fuente: Golvin, 2018)

Las construcciones de Herodes el Grande

Con la excepción de Augusto y Agripa, es probable que Herodes el Grande fuera el más prolífico de los constructores de la época. Fundó ciudades enteras en homenaje a Augusto, de corte helenístico y fortalezas, reconstruyó o reformó otras y financió multitud de monumentos tanto en las provincias adyacentes como en sus propios territorios.

Esta política de obras pública proveyó de trabajo a una gran parte de las masas populares, lo que hizo que fuera un soberano muy popular y querido por el pueblo llano. En Jerusalén, por poner un caso concreto, construyó un teatro y un hipódromo para las carreras de caballos y carros, y se cree que también pudo levantar un anfiteatro.

A lo largo de los años, las excavaciones arqueológicas en los palacios de Herodes el Grande han revelado coloridos frescos a la última moda romana, termas calefactadas e incluso almacenes que albergaban el vino de Italia importado que se consumía en los banquetes.

Sin embargo, si hay un proyecto ligado al mundo romano famoso dentro de la actividad constructiva de Herodes ese es Cesarea Marítima. Esta ciudad, que pretendía convertirse en su capital, fue fundada en la costa mediterránea siguiendo el modelo de la urbe helenística por excelencia, Alejandría. Lo más impresionante del enclave era su puerto artificial, cuya creación requirió el uso de toneladas de hormigón impermeable para formar unos bloques que luego se hundían en el lecho marino para formar el dique.

Reconstrucción digital del aspecto de la ciudad de Cesarea Marítima (Fuente: Golvin, 2018)

El nuevo puerto, con su amplia zona de atraque y almacenaje, pronto atrajo una gran cantidad de comercio, facilitando el acceso de Herodes a los bienes de lujo y proporcionándole unos suculentos ingresos. Además, en el lugar se alzaba un fastuoso templo consagrado al princeps que albergaba una estatua colosal a la imagen y semejanza del Zeus de Olimpia.

El linaje de Herodes el Grande

Aunque Herodes fuera un gobernante habilidoso y diplomático que hizo prosperar su reino como ninguno antes, su mala fama deriva de su compleja relación con sus súbditos judíos y con su familia. No en vano, estamos hablando de un rey que hizo ejecutar al abuelo de su esposa, a su suegra, a su cuñado, a dos de sus yernos, a su tío, a una de sus mujeres y a tres de sus hijos, y ello en apenas treinta años.

Todo esto se explica por el obsesivo y paranoico miedo que tenía a que una conspiración liderada por uno de sus más allegados pudiera arrebatarle del poder o asesinarle, a pesar de contar con el favor del emperador. Con esta excusa, en el 35 a.C. se deshizo de su cuñado Aristóbulo III, en el 30 a.C. ejecutó al abuelo de éste, Hircano II, en el 29 a.C. mató a su esposa Mariamma I, en el 28 a.C. a la madre de esta, Alejandra I, y así sucesivamente con los demás.

El asesinato de Aristóbulo III, obra coloreada de Matthäus Merian hecha en el siglo XVII (Fuente: Golvin, 2018)

Los episodios de asesinato de sus hijos (en el 7 a.C. y 4 a.C.) fueron especialmente conocidos en Roma. Al fin y al cabo, al menos dos de estos jóvenes habían vivido en Roma desde niños para recibir una educación romana y habían pasado mucho tiempo con la familia imperial.

En el 13 a.C., padre e hijos se presentaron en Roma ante el princeps para acusarse mutuamente de traición. Augusto intentó durante mucho tiempo y en diversas ocasiones reconciliar a ambos bandos, pero en el 7 a.C. el rey volvió a acusarlos de conjurar contra él. Esta vez el emperador ordenó que un tribunal romano especial se reuniera para juzgar el caso. Con las nuevas pruebas presentadas, los hijos de Herodes el Grande fueron encontrados culpables y ejecutados rápidamente. Tres años después, y solo cinco días antes de que él mismo muriera, Herodes mandó ejecutar a Antípatro, su primogénito, al enterarse de que estaba implicado en un complot para matarlo.

Herodes el Grande, rey de los judíos

El gusto de Herodes por la cultura griega y su absoluta dependencia política del apoyo romano hizo que fuera muy poco apreciado por la mayoría de representantes de la nobleza y la aristocracia religiosa. Curiosamente, Herodes siempre intentó jugar a dos bandas, en el sentido de que hacía lo posible por mostrarse como un buen judío devoto de Dios mientras ansiaba ser considerado como un hombre influyente en el mundo helenístico y romano.

Reconstrucción digital del Templo de Salomón reconstruido por Herodes (Fuente: Golvin, 2018)

Sus esposas, sus hijos y su entorno más próximo eran de tradición griega, pero sus principales generales y gobernadores eran judíos. En sus palabras se presentaba continuamente como el mejor heredero del rey David y como un soberano elegido por Dios, quien lo había protegido, lo había salvado en las situaciones difíciles y le había otorgado la victoria sobre sus enemigos.

Respecto a los judíos, el mayor éxito propagandístico de Herodes el Grande fue la reconstrucción del templo de Salomón, emprendida entre el 23 a.C. y el 11 a.C. Las obras fueron confiadas a un millar de sacerdotes que habían sido instruidos como albañiles y carpintero y que, a su vez, estaban al frente de unos 10.000 obreros que realizaban todo tipo de tareas.

El destino final del reino

Herodes el Grande murió en el 4 a.C. cuando tenía cerca de 70 años. Acto seguido, el emperador Augusto creó una comisión que decidió repartir el reino entre tres de sus hijos supervivientes: Arquelao, Herodes Antipas y Filipo. Arquelao fue aclamado en Jericó por el ejército antes de que en Jerusalén lo proclamaran rey. Fue él quien dirigió el espléndido funeral de su padre y quien encabezó el cortejo fúnebre hasta el Herodión, donde quedó emplazada la tumba de Herodes. Asimismo, Herodes Antipas recibió Galilea y Perea y Filipo se encargó de Traconítide, Auranítide, Batanea y Gaulanítide.

Reconstrucción digital del Herodión, la tumba de Herodes el Grande (Fuente: Golvin, 2018)

Unos años después, en el 6 d.C., Augusto destituiría a Arquelao, lo enviaría a un destierro dorado en la Galia y se anexionaría formalmente Judea como nueva provincia romana. Esta, al igual que Retia, Nórico o Egipto, sería una de las llamadas provincias procuratoriales, de modo que sería gobernada por un prefecto ecuestre.

Con el paso de las décadas, el resentimiento judío contra Herodes y sus sucesores se transformó en resentimiento contra el gobierno romano. Así se producirían importantes rebeliones bajo los reinados de los emperadores Nerón, Trajano y Adriano. En definitiva, Herodes pudo ser salvaje en sus castigos contra cualquiera que percibiera como un peligro, pero durante sus más de treinta años de gobierno el reino disfrutó de una paz, un desarrollo económico y una prosperidad que nunca debería infravalorarse.

Bibliografía

GOLDSWORTHY, A. (2014): Augusto. De revolucionario a emperador. Madrid: La esfera de los libros.

GOLVIN, J.C.; RODDAZ, J.M. (2018): Herodes, el rey arquitecto. Madrid: Desperta Ferro.

LARA PEINADO, F. (1998): Diccionario biográfico del mundo antiguo. Egipto y Próximo Oriente. Madrid: Aldebarán.

OSGOOD, J. (2019): Roma. La creación del Estado mundo. Madrid: Desperta Ferro.

ROLDÁN HERVÁS, J.M. (2020): Historia de Roma II. El Imperio Romano. Barcelona: Cátedra.

Resumen
Nombre del artículo
Herodes el Grande, la vida real del más famoso rey de los judíos
Descripción
Resumen de la biografía de Herodes el Grande en el que se habla sobre su vida, sus esposas e hijos, sus construcciones y su relación con romanos y judíos
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