Cronología de la dinastía ptolemaica
Egipto en vida de Alejandro Magno
En esta entrada vamos a ver cómo fue la división del Imperio de Alejandro Magno, manifestado sobre todo en la llamada Guerra de los Sucesores. Pero retrocedamos antes un poco en el tiempo. Tras haber conquistado Egipto a los persas y haberse coronado como nuevo rey legítimo, Alejandro Magno se fue a la conquista de Persia, dejando a diversas personas a cargo del gobierno y la administración de Egipto. La administración del país se le confirió a un egipcio, Doloaspis; la recogida de impuestos fue confiada a Cleomenes, un griego residente en la ciudad egipcia de Náucratis; a la cabeza del ejército se situó a dos grandes oficiales, Peukestas y Balakros; mientras que la armada quedó bajo el mando de Pelomón. Sin embargo, aunque esta organización a priori pueda parecernos correcta, lo cierto es que poco después personajes como Cleomenes fueron nombrados gobernadores de Egipto, llevando a cabo su gobierno con grandes niveles de corrupción.
La división del imperio de Alejandro Magno
Tras la muerte de Alejandro Magno a mediados del 323 a.C., su imperio se desintegró en poco tiempo. Su medio hermano Arrideo, hijo bastardo de su padre Filipo II, fue declarado rey de Macedonia bajo la regencia auto proclamada de Perdicas, uno de los generales de Alejandro. Sin embargo, se estableció una cláusula, que decía que si el hijo de la esposa de Alejandro, Roxana, era un varón, entonces éste sería declarado rey. En este contexto, Perdicas se atribuyó la potestad para repartir los territorios de Alejandro entre sus mariscales y generales: en este reparto, a Ptolomeo, general y buen amigo de Alejandro, le tocó Egipto, Libia y los territorios árabes cercanos a Egipto.
La Guerra de los Sucesores
Primera fase de la Guerra de los Sucesores (321-301 a.C.)
Sin embargo, como era de esperar, estos acuerdos no se mantuvieron y pronto todo el gran imperio de Alejandro Magno se sumió en luchas internas por el poder y el control. A estas guerras que se sucedieron tras la muerte de Alejandro por el control y el gobierno de su imperio se las conoce como Guerra de los Sucesores.
Esta guerra se divide en dos fases: la primera, que abarca desde el 321 al 301 a.C., enfrentó a los «unitarios» y a los «separatistas». Los unitarios, como el propio Perdicas, Antígono el Tuerto y su hijo Demetrio el Asediador, intentaban preservar la unidad del imperio tras la muerte de Alejandro, mientras que los llamados separatistas, sobre todo Ptolomeo, Seleuco y Lisímaco, estaban más a favor de dividir el imperio para conseguir sus propios reinos. Poco después del inicio, en el año 317 a.C., se recrudeció esta guerra también en Macedonia por la muerte de Arrideo y su esposa Eurídice, mandados asesinar por la madre de Alejandro Magno, Olimpia.
Muy pronto, los intereses separatistas de Ptolomeo chocaron con los intereses unionistas de Perdicas y Antígono, lo que se tradujo en varios intentos de invasión de éstos al territorio egipcio. La primera fue realizada por Perdicas en el 321 a.C., solo dos años después de la muerte de Alejandro, y la segunda fue organizada por Antígono en el 306 a.C. La primera fase de esta guerra quedó resuelta en el 301 a.C. a favor de los separatistas gracias a la derrota y la muerte de Antígono en la batalla de Ipso.
Para ese entonces, los separatistas, Ptolomeo incluido, ya se habían adelantado al resultado proclamándose reyes. En el caso de Egipto, Ptolomeo se había autoproclamado rey de Egipto en el año 305 a.C. con la supuesta legitimidad que le daba el ser el guardián del cuerpo de Alejandro, custodiado en la ciudad de Memphis y luego en Alejandría.
Segunda fase de la Guerra de los Sucesores (303-280 a.C.)
La segunda fase de las Guerras de los Sucesores tuvo lugar entre el 301 y 280 a.C., y se caracterizó por las luchas entre los separatistas para crear, mantener o incrementar sus reinos. Terminó en el 281 a.C. con la muerte de Lisímaco y el posterior asesinato ese mismo año del que había conquistado el reino de Lisímaco, Seleuco.
Todo esto significó el nacimiento de tres grandes y poderosos reinos: en primer lugar, Macedonia, con su pretensión de gobernar sus Estados vecinos, cosa que en ocasiones consiguió y en otras no. En segundo lugar, el Imperio seléucida, asentado en Siria y Mesopotamia, y el mayor de todos en cuanto a extensión territorial. Y en tercer lugar, el Imperio de los Ptolomeos, cuyo núcleo eran Egipto y la Cirenaica. Estos tres reinos son los protagonistas que durante siglos van a estar luchando por la hegemonía del Levante y el Mediterráneo Oriental, concretamente desde que termina la Guerra de los Sucesores hasta que Egipto cae en manos de los romanos en el año 30 a.C.
Bibliografía
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