Introducción
La ciudad de Alejandría fue fundada por Alejandro Magno en el año 331 a. C., tras haber liberado a Egipto del sometimiento persa aqueménida. Ya en la época de los Ptolomeos, la ciudad se convirtió en la capital de Egipto y fue intensamente explotada desde el comienzo de esta época como el mejor escaparate de la riqueza y esplendor del Egipto ptolemaico. Por lo tanto, no es de extrañar que pronto se convirtiera, no solo en la ciudad más grande de Egipto, sino en la más espectacular del mundo helenístico y una de las capitales del mundo conocido, sin duda.
Visitando Alejandría
El Soma
Cerca de los más fastuosos palacios se encontraba el Soma, nombre que recibe el lugar de enterramiento de los reyes ptolemaicos, y que también contenía el cuerpo de Alejandro Magno, quien fue guardado originalmente en un sarcófago completamente de oro reemplazado después por otro de cristal. ¿Pero qué hacía Alejandro Magno descansando como un rey ptolemaico más en vez de estar en Macedonia? Pues bien, lo que pasó es que Ptolomeo I, uno de sus generales y fundador de la Dinastía, había secuestrado el cadáver cuando éste estaba siendo trasladado hacia Macedonia para ser enterrado en la necrópolis de Egas.
Para explicarlo de forma sencilla, podríamos decir que la posesión del cuerpo de este conquistador tan importante era en sí misma uno de los principales activos propagandísticos de los que disfrutaban los reyes ptolomeos. No sabemos concretamente cómo era la tumba de Alejandro ni por qué no se ha encontrado hasta el momento, pero se cree que tuvo que tomar inspiración e influencias del Mausoleo de Halicarnaso.
El Faro y la Biblioteca de Alejandría
Evidentemente, el más espectacular de todos los edificios de la ciudad de Alejandría era el inmenso faro situado en el extremo este de la isla de Faros, y que fue nombrado una de las maravillas del mundo antiguo. Otro elemento destacado de la ciudad era el Museion, espacio urbano en el que se incluía la mundialmente famosa Biblioteca de Alejandría. Esta institución fue fundada por Ptolomeo I como parte de sus medidas para convertir la ciudad de Alejandría en el centro total de la cultura griega. El Museion se modeló según las escuelas de pensamiento de Platón y Aristóteles en Atenas y, al igual que ellas, era un centro de investigación y enseñanza de conocimientos.
Como es evidente, para construir una de las mayores bibliotecas de la Antigüedas hacían falta muchos volúmenes, por lo que tanto el propio Ptolomeo como su principal agente, Demetrio de Falero, hicieron grandes esfuerzos para conseguir gran cantidad de volúmenes para la biblioteca. Concretamente, se sabe que Demetrio de Falero mandó a buscadores a todos los rincones del mundo griego para conseguir los textos necesarios para llenar la Biblioteca.
Se estima que al final del período ptolemaico la Biblioteca de Alejandría pudo contar con la ingente cantidad de 700.000 volúmenes, una cantidad superior a cualquier otra biblioteca del mundo, y una cantidad que hasta hace relativamente poco tiempo no volvió a ser alcanzada en ninguna otra biblioteca del mundo. Por este motivo, al ser la capital mundial de la cultura y el conocimiento, esta instalación era el marco perfecto para la erudición y la investigación científica. Solo durante la época ptolemaica, Alejandría albergó a figuras tan importantes como Eratóstenes de Cirene (c. 285-194 a.C.) en ciencias, Herófilo de Calcedonia (c. 330-260 a.C.) en medicina, Zenódoto de Éfeso (nacido c. 325 a.C.) y Aristarco de Samotracia (c. 217-145 a.C.) en erudición literaria, y Apolonio de Rodas y Calimaco de Cirene (ambos del siglo III a.C.) en escritura creativa.
Alejandría, sede de grandes fiestas
Debido al gran éxito de Alejandría como centro económico y cultural, también se eligió esta ciudad como sede de acontecimientos panhelénicos que atrajeran participantes de todo el mundo griego, quienes así podían maravillarse con la ciudad que se había convertido en la obra maestra de los ptolomeos. En este aspecto, sabemos que Ptolomeo II llegó incluso a crear una fiesta cuatrienal llamada «Ptolemaieia» (probablemente celebrada en torno al 279/278 a.C.), con la que pretendía honrar a su padre y, al mismo tiempo, a la dinastía que había fundado.
La organización de Alejandría
El gran desarrollo comercial de la ciudad de Alejandría se sustentaba en tres puertos marítimos principales: el profundo Gran Puerto, formado por el cabo Loquia y la isla de Faros, que estaba unida a tierra firme mediante el artificial Heptastadium (que a la vez era un acueducto), capaz de albergar a los barcos más grandes; el puerto Eunosto, al oeste; y el puerto del lago Mareotis, que recibía los cargamentos de tierra firme con los cuales se alimentaban las exportaciones. Por otra parte, las calles de la ciudad estaban diseñadas con un trazado ortogonal, con la calle principal (treinta metros de anchura) orientada de este a oeste desde la puerta Canóbica hasta la puerta de la Luna. Los barrios principales de la ciudad eran (de oeste a este): la Necrópolis (famosa por sus jardines), Rhakotis (la zona egipcia), el Barrio Real y el Barrio Judío.
Bibliografía
BORREGO GALLARDO, F. (2005): «El Egipto ptolemaico: un reino helenístico entre oriente y occidente». En Historia y vida, nº 448, 2005.
SHAW, I. (2014): Historia del Antiguo Egipto. Editorial La esfera de Libros, Madrid.
AUTORES, VARIOS (2013): Egipto. National Geographic. Editorial RBA, Barcelona.