Artículo sobre la salud en el antiguo Egipto escrito por María González Rodríguez
Introducción
¿Por qué los egipcios le daban tanta importancia a la higiene? ¿Hasta dónde se desarrolló la ciencia médica en el antiguo país del Nilo? ¿Qué medicamentos utilizaban los egipcios para curar sus enfermedades? Todas estas preguntas trataremos de responder en este artículo, para así conocer un poco mejor la vida cotidiana en Egipto.
Higiene y salud en el antiguo Egipto
En el Antiguo Egipto, higiene, medicina y magia estaban íntimamente relacionadas. La higiene corporal de las personas era muy importante, puesto que ayudaba a prevenir con mucha eficacia las plagas y las enfermedades. Un trabajador medio se daba un baño una vez al día, ya fuera en el Nilo, en canales o través de jarras con agua. Cierto es, que no se puede comparar la higiene de un trabajador, con la casa de un funcionario o las personas acomodadas donde se han encontrado baños e incluso, en Tell el-Amarna, se ha encontrado la separación mediante una pared del baño y del retrete.
La higiene estaba relacionada con la prevención de enfermedades, puesto que el aire estaba plagado de moscas, pulgas, piojos y otros insectos que portaban enfermedades, por lo que lavar la ropa regularmente y darse un baño ayudaba a mantener estas enfermedades a raya. Por motivos de higiene, y también de purificación, en el caso de los sacerdotes, los hombres se afeitaban, por lo que la barba es poco habitual, el faraón llevaba una, pero era una barba postiza como símbolo de realeza.
Como ya hemos visto en otros artículos los perfumes eran muy importantes tanto para los vivos como para los muertos, ya que se han encontrado vasijas con perfumes en tumbas como la de Tutankamón, y también en los grandes banquetes solían perfumar las salas con conos formados por grasa y perfume que las mujeres llevaban colocados bajo sus pelucas, ya que era habitual que tanto hombres como mujeres se afeitaran la cabeza. Estos conos se derretían a lo largo de la fiesta, despidiendo su aroma, de manera que el aire quedaba perfumado.
Los egipcios daban gran importancia a su imagen física, y tanto hombres como mujeres utilizaban cosméticos a diario. Uno de los más famosos es el Kohl, realizado con galena molida y otros ingredientes que se utilizaba para pintarse los parpados, ojos y cejas, algo que no solo favorecía el aspecto personal, sino que probablemente ayudaba a protegerse de enfermedades oculares causadas por la luz del sol.
Para maquillarse utilizaban objetos como espejos, cuencos donde contener los líquidos y paletas de pintura, una de las más famosas, y el testimonio más antiguo del uso de cosméticos en el Antiguo Egipto es la famosa Paleta de Narmer. También embellecían su cuerpo con joyas, muchas de ellas eran amuletos para protegerse de diferentes peligros, uno de los más famosos en el udjat, el “ojo de Horus” que lucían tanto vivos como muertos, ya que protegía todo lo que estaba detrás de él, puesto que los egipcios eran muy supersticiosos.
La superstición y la magia estaban muy relacionadas con la medicina. Al principio los médicos o soonoo como eran llamados, atribuían las enfermedades a agentes sobrenaturales, y usaban encantamientos para combatirlas, pero se descubrió que estos solo eran efectivos cuando iban acompañados con una poción o pomada… Con el tiempo se observó, que los remedios o medicamentos, eran útiles sin la necesidad de la fórmula mágica, aunque lo normal era que está se siguiera recitando, y muchos de los medicamentos incluían ingredientes que más bien se atribuyen a la magia, tales como orina de una virgen, excremento de mosca, lagarto frito… La verdad es, que los remedios que gozaban de más aceptación eran aquellos realizados con componentes vegetales como: la hoja de acacia, la adormidera… Aprendieron a utilizar estas drogas naturales a base de “prueba y error” y comprendieron las ventajas que suponían para la curación del enfermo junto con una buena higiene, reposo y una buena alimentación.
Cualquier médico egipcio podía identificar los síntomas de las dolencias más comunes, y debido a las campañas militares eran expertos en traumas, aunque también había dentistas, ginecólogos y médicos expertos en las curas de picaduras de escorpiones o serpientes. A pesar de la asociación entre magia y medicina, en Egipto se practicó una autentica ciencia de la medicina, como muestran textos como el Papiro del Médico de Ebers, en el que se dan instrucciones para casos quirúrgicos, y los fármacos ideales para cada ocasión o el Papiro Quirúrgico de Smith en el que se estudian lesiones orgánicas, su tratamiento y gravedad y las posibilidades de curación de cada una.
A pesar de que en temas como la higiene y salud en el antiguo Egipto los habitantes del Nilo fueron unos pioneros, aplicando ungüentos, pomadas y utilizando medicamentos, sus conocimientos sobre el cuerpo humano tenían algunos errores. Por ejemplo, creían que el corazón era el centro de la red de venas, por las que fluía no solo sangre, si no también agua y aire y que este estaba conectado al estómago donde estaba confinada la inteligencia. Cabría pensar, que el hecho de que pudieran estudiar los cadáveres a la hora de momificarlos, les dieran mayores conocimientos sobre la anatomía humana, pero en la mentalidad egipcia, un cuerpo muerto no se parecía a un cuerpo vivo, igual que tampoco un cuerpo sano se parecía a uno enfermo. Y aunque la esperanza de vida no llegó a sobrepasar en la mayoría de los casos los 35 años de edad, se han dado casos como el de Ramsés II que vivió más de 80.
En definitiva, la conclusión que podemos sacar de este artículo sobre la salud en el antiguo Egipto es que los egipcios lograron a través de la observación y la experiencia llegar a ser grandes conocedores de la medicina, y si bien esta nunca quedo desligada de la magia y la superstición, medicamentos e higiene eran de gran importancia en la vida de cualquier egipcio.
Artículo escrito por María González Rodríguez