Introducción
El Imperio acadio, también llamado Periodo de Akkad, es una fase del Bronce Antiguo en la Baja Mesopotamia que comprende aproximadamente entre el 2350 y el 2335 a.C. Cuenta con una única dinastía de origen acadio de la que hay que destacar principalmente a dos monarcas: Sargón de Akkad, primer rey de la dinastía (2335-2279 a.C.); y Naram Sin, cuarto rey de la dinastía (2254-2218 a.C.). En esta entrada vamos a ver uno de los pilares sobre los que se sustentó al principio el éxito del imperio acadio: las redes comerciales. Como vimos anteriormente, después de acabar una primera fase expansionista hacia el sur de Sargón de Akkad, hay una segunda fase en la que pretende establecer la organización de un comercio a larga distancia que abarca desde el Mediterráneo y la Península de Anatolia hasta el sur de la Península Arábiga y parte del Valle del Indo.
Diferencias entre el comercio protodinástico y acadio
Primero Sargón de Akkad y luego sus sucesores, sobre todo Naram Sin, su nieto, gestionaron y ampliaron los límites del territorio en el que se movían las ciudades de la Baja Mesopotamia, con lo que dieron lugar a la creación de conflictos bélicos que iban más allá de las simples rivalidades locales por cuestiones de la preponderancia de unos dioses u otros. Por tanto, al salir del universo bajomesopotámico también se salió y cambió el modelo de relaciones comerciales existente durante el periodo Protodinástico. Durante este periodo, el tráfico comercial se realizaba a través de muchos intermediarios que ayudaban a conseguir los productos deseados de zonas lejanas. Sin embargo, lo malo que tenía este sistema es que los costes y el tiempo que se tardaba en recibir esos productos era demasiado alto, precisamente por todos los intermediarios por los que tenían que pasar. Así las cosas, el proyecto de Sargón de Akkad y los otros reyes acadios era sencillo de entender: había que extenderse territorialmente para englobar en un solo Estado político toda la red de relaciones comerciales, para así eliminar los inconvenientes de los intermediarios sin eliminar también sus ventajas.
El final de los intermediarios y sus consecuencias
Pero claro, lo de extender el territorio tanto como se extendiera el comercio es algo fácil de decir con palabras, pero muy difícil de cumplir en la práctica, ya que para ello había que apoderarse de los territorios y redes comerciales de otras potencias, como Ebla al noroeste o Elam al este. Por eso, las expediciones militares de los reyes acadios fuera del entorno de la Baja Mesopotamia se dirigen fundamentalmente a estas zonas. Aunque Sargón solo consiguió en este objetivo con toda el Centro y la Baja Mesopotamia, sus sucesores, como Manishtusu y Naram Sin logran expandirse, apoderándose de las redes comerciales de Ebla, Elam, e incluso, aunque de una forma inestable, la zona de Magan, al sur de la Península Arábiga.
Aquí entra en el juego otro factor: ¿al invadir las redes comerciales de otro Estado no estamos destruyendo en sí misma esa red comercial? Ya que no tendría la misma naturaleza ni estructura, ya que no llegaría a su lugar destinado de siempre, sea Ebla o Elam. Pues sí. Los acadios no se daban cuenta de que no podían apropiarse de las relaciones comerciales eblaítas o elamitas sin provocar su propia destrucción. En otras palabras, los acadios pensaban que era tan sencillo como redirigir el tráfico comercial, de tal modo que en vez de tener como destino Elam o Ebla lo tuvieran en la Baja Mesopotamia. Como traté de explicar en mis entradas sobre la revolución urbana, estas redes comerciales se basaban en la construcción de una organización política y una economía estatal, por lo que si llegan los acadios y destruyen este sistema, pues se hace imposible que éstas puedan gestionar su propio comercio, por lo que éste desaparece. Para entender mejor todo esto, vamos a ver brevemente un ejemplo, el de cómo era el sistema comercial elamita, para así entender por qué se autodestruyó con la expansión acadia (aunque no teniendo ésta como único factor).
El sistema comercial de Elam
Breves características del comercio elamita
Lo primero que tienes que saber es que el sistema comercial de Elam no está bien estudiado, al igual que la propia civilización elamita, por un problema principal: la arqueología aun no ha encontrado el corazón de lo que fue Elam, es decir, la región de Awan. Sin embargo, a pesar de que no conocemos su región más importante, conocemos bien la ciudad de Susa y Anshan. En general, podemos hablar de Elam no como un estado centralista, sino como una confederación de distintas regiones que en conjunto se extendían por gran parte de lo que es hoy Irán. A través de relaciones con ciudades florecientes extranjeras, como Tepe Yahya o Shahr-i Sokhta, los elamitas articularon una red comercial a través de la cual conseguían estaño, lapislázulo, diorita, y otras piedras duras y semipreciosas.
Intervención del imperio acadio
Al principio, la intervención que hacen los acadios en Elam fue menos destructiva, ya que se limitó a la ciudad de Susa. Sin embargo, después se volvió todo más ambiguo, ya que las fuentes nos muestran dos panoramas contradictorios. Por una parte, las inscripciones reales acadias presentan un panorama muy duro para los elamitas debido a las muchas victorias militares que habrían obtenido los acadios. Sin embargo, este supuesto hundimiento de Elam no se refleja en la Historia que conocemos, ya que sabemos que la dinastía elamita de Awan seguirá reinando como antes, entrando en decadencia contemporáneamente al final del propio imperio acadio. Entonces es cuanto las ciudades pierden bastante poder y la circulación de mercancías se interrumpe.
Otros factores a tener en cuenta
Como todo en la Historia de la Humanidad, la involución de Elam no se explica exclusivamente por las expediciones militares acadias porque, como acabamos de ver, éstas no tuvieron tanta repercusión sobre la política elamita como se pensaba mirando las fuentes de conocimiento acadias. Por eso, hay que citar otros factores, como el mismo que significó el fin del imperio acadio: la invasión de los pueblos nómadas Guti provenientes de los Montes Zagros, la cual no solo afectó a la Baja Mesopotamia, sino también a Elam.
Bibliografía
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