Artículo sobre la cultura ibérica escrito por Rosa Mercado Guirado, graduada en Historia.
Introducción
La cultura ibérica es el nombre que reciben los diferentes pueblos con una serie de características comunes, como el arte o la lengua, que habitaron en la Península Ibérica durante la II Edad del Hierro. El término ibero fue acuñado por primera vez en los escritos griegos que describían nuestro territorio, siendo Estrabón y Heródoto algunos de los autores más conocidos. El mundo ibérico aun así está compuesto por diferentes pueblos como los edetanos, los cosetanos, los indiketas o los ilergetas entre otros, como se puede observar en el siguiente mapa. Siendo observada esta particularidad desde antiguo por los diferentes autores que trataron sobre el tema y que hicieron una primera diferenciación y localización de su territorio.
Este período se divide en tres fases: el ibérico antiguo (VII-V a.C.) que da su inicio con la introducción de la cerámica a torno y la extensión de la tecnología del hierro. El ibérico pleno (IV-III a.C.) en el que se da el máximo apogeo de la civilización y una proliferación de las ciudades. Por último el Ibérico tardío (final III- primera mitad del I a.C.) en el que la cultura convive con el mundo romano.
La economía ibérica
La economía ibérica se basa principalmente en la agricultura y la ganadería, con una fuerte incidencia del comercio. Motivado este último por los contactos con los pueblos colonizadores de la Península Ibérica como son los griegos, los fenicio-púnicos y posteriormente los romanos. La agricultura se desarrollara fuertemente en este período, gracias a las mejoras tecnológicas proporcionadas por el hierro y a la introducción del arado ibérico, generando como consecuencia el aumento demográfico. Los principales productos de cultivo serian el cereal, la vid y la olivera, siendo una agricultura principalmente de secano. Aunque en los distintos yacimientos vemos estos cultivos complementados por las legumbres y los frutos.
Por otro lado, encontramos la ganadería en la cual se da la cría de cerdos, cabras y ovejas, gracias a su utilización para la obtención de productos secundarios como lanas o quesos. Viéndose complementado con la cría de caballos que jugaran un papel importante como elemento de prestigio y que tendrán una fuerte utilidad en la guerra. La transformación de los productos obtenidos de la agricultura y ganadería se hacía de forma comunitaria en el caso de la vid y la oliva. Donde encontramos grandes molinos comunitarios para su prensión. Por otro lado, el hallazgo de molinos rotatorios o de vaivén dentro de las casas, nos hablaría de una manufactura domestica del cereal.
Dentro de la artesanía habría que destacar las producciones textiles, la cerámica y la metalurgia. El textil es uno de los elementos principales dentro del comercio ibérico según las fuentes antiguas. De estas producciones los restos materiales que han llegado a nuestros días son a partir de su representación pictográfica u escultórica, por la dificultad que supone la conservación de los restos orgánicos. Quedando restos de los elementos utilizados en su producción como los pondos o los fusayolas.
La cerámica a torno marca el inicio del periodo ibérico. Dentro de las producciones podemos encontrar las oxidadas (pastas de colores más rojizos) o las reducidas (de tonos más grisáceos), dependiendo de la entrada de oxígeno durante la cocción. Las funciones de ésta son varias, produciéndose desde vajilla, hasta grandes recipientes de almacenaje y ánforas. La cerámica ibérica se caracteriza por estar pintada, en la cual se da una decoración mediante compás, trazándose círculos, semicírculos y arcos. Estos elementos varían según la zona, encontrándose una decoración figurativa con iberos y elementos naturales en el sur y en la comunidad de Valencia. Mientras que en el norte se dará los elementos naturales y los geométricos.
Por último, dentro de la economía encontramos la metalurgia, encontramos que la generalización del hierro en el mundo productivo, a la vez, que la introducción de la cerámica a torno, dará inicio a la cultura ibérica. El hierro será usado para la fabricación de objetos cotidianos, dándose su producción, también, para fines armamentísticos. El bronce perdurara en el mundo ibérico, como elemento para la construcción de objetos defensivos y para otros enseres, en los que se incluiría la joyería. Por último, se daría la utilización del plomo como soporte de elementos escritos y para la fabricación de pesos y otros objetos que requiriesen de un gran peso.
La sociedad ibérica
Existen grandes problemas sobre el estudio de la sociedad ibérica a partir de las fuentes escritas, ya que, la mayor parte de los textos que han llegado sobre ellos corresponden a períodos de guerra y que nos hablan de su gran poder militar. Esto hace que para el estudio de las sociedades ibéricas se haya de recurrir, principalmente, a las fuentes arqueológicas. La sociedad ibérica es una sociedad jerarquizada, en la cual, se da una aristocracia militar, sobre la cual reina un rey (regulus, en las fuentes clásicas) o una asamblea, pudiéndose dar ambas cosas. Por encima de esta aristocracia militar, se encontrarían los hombres libres, dedicados a la agricultura y ganadería, pero que podían ser llamados a las armas. Por último, se encontrarían los esclavos, personas privadas de su libertad.
La figura de la mujer en este tipo de sociedades no es muy clara, aun así se conoce su relevancia social. La figura femenina era importancia a la hora de establecer alianzas con otros líderes o con los colonizadores (romanos y cartagineses), viendo como estos últimos contraían matrimonios con diferentes familias iberas para asegurar el compromiso a su causa (durante las II Guerras Púnicas). También se conoce de su importancia en el ambiente ritual, de las cuales nos han quedado muestras en las Damas, en la que destaca la de Elche, pero no se conoce su función en el ámbito ritual por la falta de conocimiento sobre ello.
La religión ibérica era politeísta, en la cual se dan santuarios urbanos, que proliferan durante el Ibérico Pleno. A nivel ritual, se dan algunas ceremonias asociadas a la muerte, debido a la creencia de un más allá. Dentro del mundo funerario se aprecia la jerarquización social, pues no todo el mundo tiene derecho a enterrarse y las tumbas varían en tamaño según el estatus. En el mundo ibérico se práctica la incineración como ritual funerario, las cenizas del difunto se depositan en una urna, ésta posteriormente se coloca en un túmulo. Aunque hay variaciones según el estatus del muerto que van desde en un simple agujero, hasta en tumbas principescas cubiertas por un monumento funerario, que suele ser una columna con una estatua en forma de animales o seres mitológicos.
Bibliografía
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Artículo escrito por Rosa Mercado Guirado, graduada en Historia.
Para saber más
Rosa Mercado se graduó en Historia por la Universidad de Lleida en el año 2016. Actualmente estudia el Máster en Arqueología Clásica por la Universidad Rovira y Virgil (ICAC-URV-UAB) de Tarragona. Su principal línea de investigación en el presente es el uso e importancia de los metales en las sociedades protohistóricas de la península Ibérica. Además, ha participado en excavaciones arqueológicas de la cultura Ibérica en Cataluña.