Fragmento de un artículo («El ostracismo de Cimón») publicado por el historiador Rafael Velis Ferre en Academia.edu. Puedes acceder su blog «Los Escondrijos» y al artículo completo a través de este enlace.
Introducción
Cimón de Atenas, hijo de Milciades el Joven, fue una de las principales figuras de la historia ateniense entre el 479 y el 450 a.C., año de su muerte. Pero no todo este período fue para Cimón un continuo de adulaciones por parte de sus compatriotas. Hubo de pasar varios años en el destierro tras sufrir ostracismo, y marcharse de su querida Atenas. Será esta etapa de su vida la que se tratará en este artículo.
La rebelión de los ilotas espartanos
Tras el terremoto del año 464/3 a.C., los espartanos se encontraban en una situación muy apurada. Al parecer, el desastre natural se hizo sentir de manera virulenta en el centro urbano. Aunque los daños fueron cuantiosos, los datos de destrucción y mortandad que ofrecen las fuentes son exagerados. No obstante los lacedemonios tuvieron que hacer frente a otro problema, el enfrentamiento contra los ilotas, tanto mesenios como laconios. Sin embargo, la rápida respuesta del rey Arquídamo II, quién organizó a los suyos de manera decidida, evitó una posible derrota lacedemonia ante sus antiguos siervos. Los ilotas decidieron entonces refugiarse en el monte Itome, donde se hicieron fuertes.
Ante estos acontecimientos, los espartanos pidieron ayuda a la Liga de Delos, entre ellos a los atenienses, que pasaban por ser los mejores en tomar plazas. Así, ante la llegada de la delegación espartana a Atenas pidiendo ayuda, fue Cimón de Atenas el encargado de convencer a la asamblea de ciudadanos atenienses de tomar parte en la expedición de ayuda. Esto se oponía a la postura defendida por Efialtes de Atenas, que abogaba por la no intervención. Finalmente Cimón convenció a los atenienses tras esgrimir el recurso del propio incremento del poder de Atenas antes que el auxilio a los espartanos. De esta manera Cimón partió a Esparta con 4.000 hoplitas.
La caída de Cimón de Atenas
Las operaciones de asedio para tomar el monte Itome se alargaron sin que se consiguieran resultados favorables por parte de los sitiadores. Ante esto, los espartanos decidieron tomar una resolución que tendría gran repercusión en el Ática: despedir de entre todos los aliados allí presentes solo a los atenienses. La Atenas que habían dejado Cimón y sus 4.000 hoplitas no era la misma con la que se encontraron a la vuelta en el otoño del 462 a.C. La ausencia del carismático aristócrata había sido aprovechada por sus rivales políticos, entre los que destacaba Efialtes, para sacar adelante la reforma del Areópago.
No sabemos si Cimón decidió esperar su momento más adelante, o de lo contrario, se opuso de forma explícita a las nuevas reformas de Efialtes, aunque todo parece indicar que no hizo esto último. Lo que es cierto es que su popularidad se encontraba muy baja en Atenas tras el vergonzoso retorno de Itome. Es este último motivo, el enfado de los atenienses con todos los laconizantes por lo ocurrido en Mesenia, y no su oposición a las reformas, el que sirve como pretexto a sus rivales para enviar al ostracismo a Cimón en el 461 a.C.
El ostracismo de Cimón de Atenas
Tras la decisión de la mayoría de los atenienses, Cimón se vio obligado a marcharse del Ática. Por suerte para él, no tuvo que vender sus posesiones, por lo que su riqueza quedó intacta. No sabemos el lugar escogido por el aristócrata ateniense para pasar estos años. No obstante, es de suponer que Cimón no optó por marcharse demasiado lejos de su hogar, al menos si damos pábulo a determinados acontecimientos futuros.
Si bien en la fecha de expulsión de Cimón hay unanimidad, no ocurre lo mismo con la fecha de la vuelta del ostracismo. La mayoría de los autores estiman que cumplió sus 10 años de ostracismo, pero Plutarco y Cornelio Nepote (Cimón, III) no dudan en decir que, a propuesta de Pericles, se hizo llamar a Cimón tras la batalla de Tanagra (457 a.C.) El motivo de la llamada sería la prueba de lealtad dada antes de la batalla, y el miedo a una invasión del Ática por parte peloponesia en verano.
El final de Cimón de Atenas
Si se acepta la fecha del 457 como la de la vuelta de Cimón, podría pensarse que también habría que adelantar la fecha de la tregua de cinco años firmada entre Atenas y Esparta, pues fue Cimón el participe de la misma. Por lo tanto podemos pensar que la vuelta de Cimón tuvo que ser bastante antes de la paz con los espartanos del 451 a.C., mínimo un año antes. La fecha que propone Plutarco, 457 a.C., es excesivamente temprana, pero no así los motivos que aduce para su vuelta.
Por muchos motivos, la vuelta de Cimón debe establecerse en torno a los años 453/2 a.C. Y finalmente Cimón encontraría la muerte por medio de una enfermedad. Esta enfermedad sería mientras comandaba un potente ejército en una expedición a Citio, en la isla de Chipre, en el 450, luchando contra su odiado enemigo, el imperio persa.
Bibliografía
BENGTSON, H. (1972): Griegos y persas. El mundo mediterráneo en la edad Antigua. Colección historia universal siglo XXI.
DEVELIN, R. (1989): Athenian officials 684-321 B.C. Cambridge University Press.
FORNÍS, C. (1993): Esparta. Historia, sociedad y cultura de un mito historiográfico. Crítica, Barcelona.
OLIVA, P. (1983): Esparta y sus problemas sociales. Akal.
RODRÍGUEZ ADRADOS, F. (2007): La democracia ateniense. Alianza Editorial.
WILL, É. (1997): El mundo griego y el oriente, I. El siglo V (510-403). Colección Pueblos y Civilizaciones, 22, Akal.
Fragmento de un artículo («El ostracismo de Cimón») publicado por el historiador Rafael Velis Ferre en Academia.edu. Puedes acceder su blog «Los Escondrijos» y al artículo completo a través de este enlace.