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HISTORIAE

La muerte de Felipe II

Artículo sobre la muerte de Felipe II publicado originalmente por mí en la web de QueAprendemosHoy el día 26 de julio de 2018.

Introducción

Felipe II de España (1527-1598) no solo fue el dirigente más poderoso del siglo XVI, sino uno de los personajes más destacados de la Historia de nuestro país. Fue el rey que culminó la formación del primer imperio global jamás conocido, por herencia de sus abuelos y sus padres, gracias al cual llegó a gobernar sobre una cuarta parte de la población mundial. No obstante, la muerte llega para todos. Esta es la historia de los últimos días y muerte de Felipe II de España.

Retrato hecho por Antonio Moro muchos años antes de la muerte de Felipe II
Retrato de Felipe II hecho por Antonio Moro

Antecedentes de la muerte de Felipe II

A diferencia de su padre, Felipe II se va a mantener en el poder hasta sus últimos momentos, ya que va a morir el 13 de septiembre de 1598, solo dos semanas después de abandonar algunas de las funciones estatales que todavía seguía realizando, recibir la extrema unción y esperar la muerte. Sin embargo, su salud y su ánimo habían decaído bastante desde 1592, tanto por su larga lucha contra las enfermedades como por los acontecimientos que había tenido que vivir en los reinos ibéricos: la crisis aragonesa abierta tras la fuga de Antonio Pérez y los tumultos de Zaragoza, o la conjura del pastelero de Madrigal, planificada por el fraile agustino Miguel de los Santos y en la que se vio implicada Ana de Austria, nieta de Carlos I e hija de don Juan de Austria.

Tras volver de Aragón, el Rey había empezado a despojarse de parte de sus responsabilidades, nombrando una Junta de Gobierno encabezada por Cristóbal de Moura, figura clave que lo acompañaría y le ayudaría a despachar los asuntos estatales más relevantes hasta su retiro total a finales de agosto de 1598. Además, mandó a su sobrino, el archiduque cardenal Alberto, que dejara su puesto de virrey de Portugal para que viniera a la Corte para ayudar al príncipe Felipe en su incorporación progresiva a las tareas de Estado.

A finales de junio de 1598, el Rey, que hasta entonces gobernaba desde el alcázar madrileño, ordenó su traslado al monasterio de El Escorial, sabiendo que le quedaba poco tiempo de vida y queriendo pasarlo en su refugio predilecto.

Vista desde el aire del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, la gran obra hecha cuando llegó la muerte de Felipe II
Vista desde el aire del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

Agonía y muerte de Felipe II

A partir de ese momento, la muerte de Felipe II se acerca, y el rey atraviesa sus momentos finales. La gota se le intensificó tan agudamente que no soportaba siquiera el roce de las sábanas, y un tumor maligno le afloró en una pierna. Por si no fuera suficiente, va a sufrir de llagas por todo el cuerpo por no moverse y una incontinencia que implicó abrir una abertura en el lecho para que el monarca no tuviera que levantarse. Y en medio de ese tormento perpetuo le visitaba Cristóbal de Moura para informarle acerca de los asuntos estatales más relevantes.

En sus últimas semanas de vida, Felipe II hace que su hija Isabel Clara Eugenia permanezca siempre a su lado, que le pongan cerca del lecho algunas de sus reliquias más veneradas, y que se lean continuamente los textos sagrados. También llamó a su hijo y heredero, el príncipe Felipe, para que viera con sus propios ojos en qué acababan las glorias terrenales, y que los reyes, al fin y al cabo, eran hombres mortales.

Cuando su hora se acerca, los médicos, por orden expresa del monarca, le informan de ello para que el Rey pudiera afrontar su muerte tal y como quería. Pidió el crucifijo con el que habían muerto sus padres, y falleció entre las oraciones de los presentes, a las tres de la madrugada del 13 de septiembre de 1598.

Cuadro sobre los momentos previos a la muerte de Felipe II
Cuadro sobre los momentos previos a la muerte de Felipe II (Fuente: Historias de nuestra Historia)

El funeral y entierro tras la muerte de Felipe II

La extremada minuciosidad con la que el Rey organizó no solo todos los ritos de las últimas semanas de su vida, sino también todas las ceremonias de su propio funeral y su entierro son la última muestra que nos deja Felipe II acerca de la gran preocupación que sentía acerca de todo lo que tuviera que ver con la creación de su majestuosa imagen.

Al contrario de lo que podría pensarse en un primer momento, el entierro del monarca más poderoso de su tiempo fue sobrio y muy sencillo por orden del mismo. La noche anterior a este entierro en El Escorial su cuerpo fue velado por religiosos y la guardia de los monteros de Espinosa en unas condiciones de penumbra, pues el Rey había dispuesto que solo se iluminara la oscura estancia con cuatro cirios. Entre otras cosas, también dejó escritas instrucciones precisas de cómo debía ser su funeral, y de los ritos a seguir a la hora de enterrarlo.

Bibliografía

FLORISTÁN, A. (2005): Edad Moderna: Historia de España. Ariel, Barcelona.

BOUZA, F. (1998): Imagen y propaganda: capítulos de historia cultural del reinado de Felipe II. Akal, Madrid.

Testamento y codicilio de Felipe II (2015), de Testimonio Compañía Editorial. Recuperado de este enlace.

Artículo sobre la muerte de Felipe II publicado originalmente por mí en la web de QueAprendemosHoy el día 26 de julio de 2018.

Resumen
La muerte de Felipe II: gota, tumores, llagas e incontinencia
Nombre del artículo
La muerte de Felipe II: gota, tumores, llagas e incontinencia
Descripción
La muerte de Felipe II de España, el monarca más poderoso del siglo XVI, se produjo después de una terrible agonía llena de enfermedades.
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Comentarios (6)

Interesante artículo. La verdad, la gloria humana, con todo y corona en la testa, siempre perece. Felipe II es el claro y doloroso ejemplo de eso.

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Se ha omitido, que ese rey fue uno de los más defensores de la Inquisición. Hasta llamarle ‘Felipe II, martillo de herejes’. Algunos dicen que la Inquisición española era la más atroz.
La Inquisición fue abolida por Napoleón 1808. En 1813, los diputados liberales de las Cortes de Cádiz aprobaron también su abolición. Sin embargo, fue brevemente restaurada cuando Fernando VII recuperó el trono. Y de nuevo abolida durante el Trienio liberal.
Posteriormente, en la Década Ominosa, la Inquisición no fue formalmente restablecida, a diferencia de lo que se cree, siendo sustituida en algunas diócesis por las Juntas de Fe, toleradas por las autoridades locales. La Junta de Fe de Valencia tuvo el triste honor de condenar a muerte al último hereje ejecutado en España, el maestro de escuela Cayetano Ripoll, ahorcado en Valencia el 31 de julio de 1826 y todo ello entre un escándalo internacional en Europa por el despotismo que todavía pervivía en España.
Spanish is different.

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Excelente relato, ágil, corto pero de gran síntesis, informativa. Es muy bueno pique se lo lee rápido, para renovar los conocimientos, y los olvidos. Muy bueno. Gracias

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Realmente tuvo una agonía y una muerte espantosa, muy a pesar de su posición y poder. Para lograr un alivio de sus múltiples llagas de su espalda, muchas de las cuales mostraban infección extremadamente agudas por la presencia de larvas de moscardas; idearon una cama inclinada hacia sus pies. Su agonía tuvo que ser más allá del dolor. A todo esto su comportamiento fue siempre estoico y ejemplar.

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Um belissimo texto. Pena que os homens que conhecem as glorias do poder não se dão conta que a morte derruba tudo inexoravelmente.

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[…] finales de siglo XVI España tenía tres poderosos rivales, Francia, Inglaterra y la nueva Holanda. Antes de morir Felipe II, en 1598, solo había acordado una triste Paz de Vervins con los […]

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