Artículo sobre el cine de Marilyn Monroe publicado originalmente por mí en la web de La Trova el día 13/08/2018. Puedes acceder a la versión original del mismo a través de este enlace.
Introducción
Desgraciadamente, Norma Jeane Baker, más conocido por su nombre artístico, Marilyn Monroe, no ha pasado a ser una de las actrices más conocidas de la Historia del cine por tener un gran talento o una gran versatilidad a la hora de actuar. Aunque esa no fuera su intención al principio, en torno a ella se construyó el arquetipo de mujer más exitoso del siglo XX: rubia, de curvas pronunciadas, ingenua, picante, tonta, y sexualmente apetecible.
Marilyn Monroe, el deseo hecho mujer
Este arquetipo era el motivo por el que los espectadores corrían en masa a ver sus películas, a pesar de que casi siempre interpretara a distintas variantes de un mismo personaje. Del personaje de “diosa sexual” que le obligaron en parte a construir se esperaba que siempre sonriera, que guiñara sus ojos con picardía, y que, sobre todo, hiciera morirse de deseo a cada hombre que la viera. Incapaz de escapar del personaje que había creado para demostrar que era algo más que la rubia tonta con la que soñaban todos los estadounidenses, Marilyn Monroe se va a asumir en una depresión que la va a llevar finalmente a ver como única salida el suicidio.
Desgraciadamente, la memoria colectiva recuerda hoy a Marilyn Monroe por ser la mayor sex symbol de la cultura pop del siglo XX: por su sex appeal cantándole el cumpleaños feliz al presidente Kennedy, por la foto de la falda levantándose sobre la rejilla del metro, por su fin trágico, y por las diversas películas en las que encarnaba la mejor representación del arquetipo de la rubia tonta pero guapa.
La esposa americana en Los caballeros las prefieren rubias
Dentro de la filmografía de Marilyn Monroe hay que destacar tres películas especialmente machistas: Los caballeros las prefieren rubias (1953), Cómo casarse con un millonario (1953), y La tentación vive arriba(1955). La primera de estas películas es el ejemplo paradigmático de la creación del arquetipo de la perfecta esposa americana. Solo su argumento ya nos ofrece un gran avance tanto de su alto contenido machista como del arquetipo creado por Monroe:
“Lorelei Lee (Marilyn Monroe) y Dorothy Shaw (Jane Russell) son dos superficiales artistas que actúan como cantantes y bailarinas en varios salones, y cuya mayor aspiración es casarse con un hombre rico que las pueda mantener. Gracias a su persuasión y sus armas de mujer, Lorelei consigue enamorar y engatusar al rico heredero Gus Esmond para que haga todo lo que ella quiera, como comprarle joyas y ropa. Al final, Lorelei acaba ganando el favor del padre de Gus y se acaban casando en París”.
Uno de los momentos cumbre del personaje es cuando Lorelei se enfrenta al padre de Gus y le reconoce que está con él solo por dinero, pero que tiene que aceptar ese hecho dado que su hijo no iba a conseguir una esposa mejor por ser feo. Ante una mujer tan guapa y lista, el padre cede y deja que todo acabe en una boda feliz.
La repetición del modelo
La segunda de las películas señaladas, Cómo casarse con un millonario, es prácticamente igual salvo unas pequeñas variaciones. Tres superficiales y guapas amigas modelos (Marilyn Monroe, Lauren Bacall y Betty Grable) alquilan un lujoso ático para que, junto a sus increíbles bellezas femeninas, atraigan a los hombres más adinerados y poderosos de la ciudad con vistas a casarse con ellas. Al final, se dan cuenta de que importa más el amor que el dinero, y acaban convertidas en la perfecta novia y esposa americana. Como es obvio, ambas películas tienen una trama central: una rubia tonta pícara que busca casarse con un marido rico y poderoso para vivir a costa de su fortuna.
La mujer como chivo expiatorio
Sin embargo, si hablamos del arquetipo de rubia tonta y hablamos de Marilyn Monroe, hay que mencionar sin duda La tentación vive arriba (1955). Su argumento ya nos esclarece varias cuestiones: “Como miles de neoyorkinos, Richard Sherman (Tom Ewell) se ha quedado trabajando en agosto mientras su mujer e hijos disfrutan de unas gratas vacaciones en la playa. Siguiendo las recomendaciones de su esposa, está dispuesto a dejar de fumar, de beber, a acostarse pronto y sobre todo a no echar una cana al aire. Pero la tentación aparece cuando conoce a una despampanente vecina (Marilyn Monroe), tan sexy como ingenua.“
En esta película se observa cómo es la mujer, en este caso Marilyn Monroe, la que hace que un marido fiel y bueno se plantee ser infiel a su esposa que está de viaje, ya que ha sido seducido por los juegos eróticos de la vecina. De este modo, se justifica y se perdona al marido, que ha sido infiel a su esposa pero no por su culpa, sino por culpa del atractivo de la mujer, que va provocando.
El éxito de la película radicó tanto por la mítica escena de la rejilla del metro y otras en las que Marilyn enseñaba su cuerpo como por mostrar una ingeniosa deconstrucción de la familia como institución. La visión patriarcal de la sociedad se transmite desde el comienzo de la película, cuando una voz en off narra un poco lo que vamos a ver, justificando el adulterio y la visión sexualizada de la mujer como “algo que se hace desde el principio de los tiempos.”.
La mujer, objeto de todo deseo, ha conseguido con su perversión que el hombre, un marido respetable que no bebe, no fuma y no engaña a su mujer en su ausencia, haga todo esto. A partir de su aparición en escena, el lenguaje utilizado por el protagonista siempre va a estar centrado en torno a la tentación, el pecado, el arrepentimiento y el sucumbir a la presión sexual.
Bibliografía
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Artículo sobre el cine de Marilyn Monroe publicado originalmente por mí en la web de La Trova el día 13/08/2018. Puedes acceder a la versión original del mismo a través de este enlace.