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HISTORIAE

Imhotep, el primer arquitecto de la Historia

Fragmentos de un artículo sobre Imhotep publicado por mí en el nº17 de la revista online Egiptología 2.0. Puedes acceder a la versión original del artículo, y al resto de la revista, a través de este enlace.

¿Quién fue Imhotep?

Imhotep es uno de los personajes no vinculados a la realeza más importantes de la historia del antiguo Egipto. De origen incierto, Imhotep desarrolló una prominente carrera en la administración estatal como visir y en la arquitectura monumental durante el gobierno del faraón Djoser (2667 – 2648), perteneciente a la III Dinastía (2686 – 2613 a.C.), en el contexto del Reino Antiguo (2686 – 2125 a.C.).

Imhotep tiene el mérito de ser no solo el diseñador de la primera pirámide de Egipto, lo que le convierte de facto además en el primer arquitecto conocido de la historia, sino también el de ser la primera persona no perteneciente a la realeza cuya existencia está documentada. Esta queda demostrada en las dos únicas referencias a su persona que conservamos en hallazgos arqueológicos de su propia época: una inscripción en la base de una estatua del faraón Djoser colocada en el complejo funerario de este rey en la necrópolis real de Saqqara y un grafito en el muro del recinto de la pirámide de su sucesor, el faraón Sekhemkhet (2648 – 2640 a.C.). La primera inscripción da a conocer los títulos oficiales de Imhotep: «canciller real del Bajo Egipto, el Primero tras el Rey, administrador del Gran Palacio, noble, gran sacerdote de Ra, maestro de constructores, escultores y fabricantes de vasos de piedra». Asimismo, es una prueba irrefutable de la gran estima que el faraón Djoser le tenía, pues gracias a ese texto lo acompañaría en su viaje eterno por el Más Allá. Por otro lado, el segundo hallazgo nos permite deducir que Imhotep murió en algún momento de los años de reinado de Sekhemkhet.

Una de las muchas estatuillas de Imhotep
Una de las muchas estatuillas de Imhotep

Tras su muerte, Imhotep posiblemente fue sepultado en Saqqara, quizás en una gran mastaba al borde de la meseta desértica que muestra la misma orientación que la pirámide de Djoser. No obstante, lo cierto es que los esfuerzos de los arqueólogos por localizar con seguridad su tumba aun no han dado sus frutos.

Los orígenes de Imhotep

Acerca de sus orígenes son más las incertidumbres que las certezas. Seguramente nació en algún momento de finales de la II Dinastía (2890 – 2686 a.C.), en una familia de origen humilde o en una de carácter noble, lo que explicaría su gran ascenso en la corte del faraón. En lo que se refiere a su familia, las fuentes le hacen hijo de un desconocido Kanofer y de una mucho más conocida Khereduankh, y le hacen casado con Ronpenofret. Es muy posible que, sobre todo este último personaje, sea una invención posterior que sirvió para completar la familia sagrada de Imhotep una vez que fue elevado a la categoría de dios.

Probablemente debió acabar su formación y empezar a trabajar en la corte en tiempos del faraón Nebka (2686 – 2667 a.C.), predecesor en el trono de Djoser, de modo que ya se había hecho un cierto nombre cuando éste último llegó al poder. En un principio habría sido artesano, especialista en la fabricación de jarrones de piedra, y jefe de carpintería, encargado de dirigir equipos técnicos y gestionar expediciones de productos destinados al palacio real. Una vez que el faraón se fijó en él, Imhotep también consiguió ser gran sacerdote de Ra en Heliópolis, el principal centro de adoración del dios Sol.

Estatua del faraón Djoser, jefe de Imhotep, hallada en la capilla del patio del Serdab
Estatua del faraón Djoser hallada en la capilla del patio del Serdab

El carpintero que se convirtió en dios

Las dimensiones de su monumental y eterna obra hicieron que la figura de Imhotep no solo no cayera en el olvido, sino que se engrandeciera y se mitificara con el tiempo. Así, desde el Primer Periodo Intermedio (2160 – 2055 a.C.), Imhotep se convierte en un semidiós, un gran sabio autor de innumerables maravillas en los campos de la escritura, la medicina, la magia o la astronomía. De este modo aparece en algunos textos literarios conservados, como el primero de los cinco cuentos del Papiro Westcar o en la composición poética del Canto del arpista, grabada en la pared de la tumba de un rey de la XVII Dinastía (c. 1580 – 1550 a.C.).

Asimismo, a finales del Reino Nuevo (1550 – 1069 a.C.) comenzó a existir un culto divino a Imhotep, asociado con los dioses Thot y Ptah. Desde la Dinastía XVIII (1550 – 1295 a.C.), Imhotep fue considerado patrón de los escribas, y desde la Baja Época (664 – 332 a.C.) se convirtió en el dios de la escritura, la arquitectura, la sabiduría y la medicina. Es cuanto menos curioso pensar que, también en el Reino Nuevo, Imhotep fue recordado como un médico sanador milagroso, cuando no existe ninguna prueba de que ejerciera la medicina en algún momento de su vida. En este sentido, la tradición atribuye a Imhotep la autoría del Papiro Edwin Smith, el papiro médico más antiguo del mundo. Aun así, lo cierto es que con el paso del tiempo la región de Saqqara se convirtió en un gran centro de culto a Imhotep, y a ella acudían multitud de peregrinos con la esperanza de ser sanados por el dios.

Complejo funerario de Djoser visto desde el aire, construido por Imhotep
Complejo funerario de Djoser visto desde el aire

En los tiempos de la Dinastía XXVI (664 – 525 a.C.), se popularizaron unas pequeñas figuritas de bronce que representaban a diversas divinidades, entre ellas Imhotep. Solo de este se conocen más de 400 estatuillas, todas ellas con un aspecto formal muy similar: un hombre joven sentado en una silla, con el pecho desnudo, vestido con un faldellín y tocado con un casquete, igual al de su padre divino Ptah.

De la época de la Dinastía ptolemaica (305 – 30 a.C.) también son las representaciones tardías de Imhotep en templos egipcios. Su imagen o su nombre aparece en los templos de Ptah, Amón y Jonsu en Karnak, así como en los templos de Deir el-Medina, Deir el-Bahari, Edfu, Dendera y Filé. En plena época grecorromana de Egipto, Imhotep (Imouthes en griego) fue asociado a Asclepio y Esculapio, los dioses griego y romano de la medicina. Asimismo, la devoción a Imhotep se extendió en gran medida entre el pueblo llano, tal y como queda demostrado en sus representaciones hechas en imágenes más pobres.

Pirámide escalonada de Djoser en su complejo funerario de Saqqara, construida por Imhotep
Pirámide escalonada de Djoser en su complejo funerario de Saqqara, construida por Imhotep

Fragmentos de un artículo sobre Imhotep publicado por mí en el nº17 de la revista online Egiptología 2.0. Puedes acceder a la versión original del artículo, y al resto de la revista, a través de este enlace.

Bibliografía

JACQ, C. (2008): Los sabios del antiguo Egipto. La esfera de Libros, Madrid.

PÉREZ LARGACHA, A. (1998): Egipto en la época de las pirámides. Alianza Editorial, Madrid.

RIUDAVETS, I.: «Imhotep, el creador de la primera pirámide», en Historia National Geographic, nº 161, 2017, pp. 36-49.

SHAW, I. (2014): Historia del Antiguo Egipto. Ed. La esfera de Libros, Madrid.

WILDUNG, D. (2004): Egipto. De la prehistoria a los romanos. Ed. Taschen, Madrid.

AUTORES, VARIOS (2013): Egipto. National Geographic. Ed. RBA, Barcelona.

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