Introducción
Publio Ovidio Nasón (43 a.C. – 17 d.C.) fue uno de los poetas romanos más relevantes de la época imperial. Sus obras más importantes lo convirtieron en el escritor de temática amorosa más famoso de la Antigüedad, pero también causaron su exilio por orden del emperador Augusto. Por ello, en este artículo vamos a hacer un breve resumen de la biografía de Ovidio para descubrir quién fue en lo personal y cuáles son las características de sus poemas.
Biografía de Publio Ovidio Nasón antes de ser poeta
Publio Ovidio Nasón nació el 20 de marzo del 43 a.C. en el seno de una familia ecuestre acomodada de Sulmona (a 160 kilómetros al este de Roma). De esta familia no sabemos casi nada salvo que su hermano mayor murió a la edad de veinte años y que su padre nunca quiso que su hijo se dedicara a la poesía.
Por lo que conocemos, Ovidio se mudó a Roma desde joven para terminar sus estudios con los maestros Arelio Fusco y Porcio Latrón. Ya desde ese momento se notaba que tenía mucha mayor vocación y talento para la poesía, pero su padre insistió en que se formara en elocuencia y jurisprudencia para acceder a una carrera política.
Al llegar a la edad adulta recorrió los primeros pasos necesarios para entrar en el cursus honorum, pero hubo dos sucesos que le llevaron a abandonar esa pretensión definitivamente: la ya mencionada muerte de su hermano mayor y la buena acogida de sus primeros poemas en los círculos literarios de Roma. Además, su pasión por la escritura no hizo sino aumentar con los viajes que haría en esos años por Sicilia, Atenas o las ciudades de Asia Menor.
Los poemas de Ovidio: «Amores», «Heroidas» y otros
Curiosamente, el propio Ovidio dividió sus obras anteriores al destierro en dos grupos: escritos ligeros y composiciones de temas más serios. En el primer grupo estarían, por ejemplo, los Amores, las Heroidas y el Arte de amar, mientras que en el segundo encontraríamos la Metamorfosis y los Fastos.
Más concretamente, entre el 23 y el 8 a.C. Ovidio escribió cinco libros de Amores, pero años después los redujo a tres. Eran elegías amorosas donde se celebraba el amor fácil y ligero entre él y una mujer de la alta sociedad llamada Corinna. En un fragmento, el escritor le ruega de esta manera: «Solo necesitamos tu consentimiento para hacer el amor calladamente, es difícil imaginar una petición más inofensiva».
Por otra parte, las Heroidas eran una colección de cartas que las mujeres de héroes famosos enviaban a sus amados, incluyendo algunas respuestas por partes de estos. Así encontramos, entre otras, la carta de Penélope a Ulises, la de Briseida a Aquiles, la de Dido a Eneas o la de Helena a Paris.
Aparte, otras obras de Ovidio de temática variada son Cosméticos para el rostro femenino, en la que recomienda tratamientos faciales para las mujeres o da trucos para cuidar el cabello; Medea, una tragedia que no ha llegado a la actualidad; o los Remedios de amor, en la que Ovidio ofrece consejos y estrategias para jóvenes que lo estén pasando mal en la vida por los daños producidos por el amor.
Las obras «Metamorfosis» y «Fastos»
En el segundo conjunto de obras de Publio Ovidio Nasón encontramos los seis libros de Fastos, cada uno de los cuales está asociado a uno de los primeros seis meses del año. En ellos el poeta se propone contar los festivales o costumbres religiosas del pueblo romano, las causas u orígenes de los mismos y los datos astronómicos correspondientes. Para ello Ovidio recorre mes a mes, día a día, las diversas festividades, destacando especialmente todo lo que tenga que ver con Augusto.
La obra, indudablemente concebida para tener doce libros, uno para cada mes del año, quedó incompleta a causa del exilio de Ovidio. Lejos de su patria y en un estado melancólico, el poeta no habría tenido ganas de terminarla, por lo que fue publicada de forma póstuma en el estado en el que la dejó el autor.
En otro orden de cosas, en las Metamorfosis contó y explicó Ovidio la historia de casi 250 mitos y leyendas del mundo romano y sus distintas transformaciones a lo largo de la historia. Era una obra de madurez en la que el poeta combinaba heroísmo con comedia, novela y elegía a lo largo de los quince libros que la componían. Afortunadamente para él, Ovidio tenía abundantes materiales con los que trabajar e inspirarse, por lo que pudo elegir la versión más conocida y satisfactoria de los mitos para maximizar su creatividad.
«El arte de amar», la obra más importante de Ovidio
Arte de amar, conocida también por su nombre latino —Ars amandi o Ars amatoria—, es el nombre de la obra más importante de Ovidio, integrada por tres libros y publicada en torno al 2-1 a.C. Era un manual técnico de seducción en torno burlesco con instrucciones para encontrar y conseguir conquistar a una pareja.
En Ars amandi, Ovidio recomendaba, por ejemplo, no preguntar a una mujer su edad como si fueras un censor, o evitar a todas las mujeres que solo pensaban en trabajar la lana mientras practican el sexo. Entre sus páginas el poeta también encuentra espacio para describir algunos de los monumentos más impresionantes de la Roma augustea, pues eran unos sitios excelentes para ligar.
A pesar de que Ovidio aseguraba a sus lectores que no estaba celebrando el adulterio, los más acérrimos defensores de Augusto iniciaron una campaña de desprestigio por ir en contra de las reformas morales y sociales del emperador. El escritor se defendió argumentando que las mujeres de sus textos no eran esposas, sino amantes (muchas de ellas esclavas o prostitutas), lo que no suponía ningún peligro para el matrimonio y el fomento de la natalidad promocionado por el régimen imperial. Por unos años la situación pareció solventada, pero en el año 8 d.C. llegaría el edicto que cambiaría su vida para siempre.
El hombre tras la poesía
A nivel personal, Publio Ovidio Nasón estuvo tres veces casado a lo largo de su vida. Los dos primeros matrimonios fueron breves y acabaron en divorcio, aunque con una notable diferencia: en el segundo tuvo una hija que con el tiempo le convertiría en abuelo. Por el contrario, las noticias de su tercera esposa, Fabia, y de la hija que tuvo con esta, son mucho más abundantes. Era, posiblemente, pariente lejana de Fabio Máximo, cuya esposa Marcia era prima hermana de Augusto.
Asimismo, según él mismo se define en Amores, era enjuto y de rostro sereno y bondadoso. En cuanto a su carácter, Ovidio fue un poeta fecundo y espontáneo, de gran imaginación pero sin grandes conocimientos en historia o geografía. Por otro lado, al pertenecer a otra generación y no haber vivido en sus carnes los horrores de las guerras civiles o las proscripciones del Segundo Triunvirato, su espíritu era mucho más alegre y carecía del oscuro y serio trasfondo de poetas anteriores.
Obras de Ovidio en el exilio
A finales del 8 d.C., en el mismo año en que Julia la Menor, hija de Marco Vipsanio Agripa y Julia la Mayor, era condenada al exilio por adulterio, Ovidio recibió instrucciones para marcharse también, aunque en este caso sin pasar por un juicio. Según el poeta, fue desterrado por Augusto a Tomis, una ciudad a orillas del mar Negro.
Particularmente, a Ovidio se le culpaba de corromper la moral de la juventud gracias a la popularidad e influencia de Arte de amar, cosa que resulta un poco extraña porque el poema llevaba en circulación una década. En este sentido, quizás el verdadero motivo de su exilio fuera alguna indiscreción. Se cree que Ovidio observó o escuchó algo secreto que no debía, por lo que habría sido desterrado al extremo oriental del imperio como castigo.
Sea como sea, desde allí escribió una sucesión de obras rogando que le perdonaran para que pudiera regresar a su querida Roma. De hecho, el primer libro de su Tristes lo escribió en el viaje hacia Tomis, lamentándose de su desgracia y de la traición de aquellos a los que consideraba buenos amigos.
No obstante, en los sucesivos libros de Tristes Ovidio conservó la esperanza de que los amigos que le quedaran y su fiel esposa hicieran los máximos esfuerzos para conseguir su vuelta a Italia. Aun así, su desesperación era patente: hacía frecuentes alusiones a su pecado y lloraba por la vida que llevaba o la escasa actividad cultural del lugar.
La muerte de Ovidio en el destierro
Las últimas obras escritas por Publio Ovidio Nasón en el exilio van a ser Ibis y Pónticas. La primera viene a ser un libro en el que dio rienda suelta a su ira contra un mal amigo no identificado que lo abandonó en su peor momento. La segunda sí tiene destinatarios claros, alternando las muestras sinceras de gratitud hacia los amigos fieles con la desilusión por los que lo tienen olvidado. Incluso en varias ocasiones menciona que se le ha agotado la inspiración y el sentido del humor y que ha tenido pensamientos suicidas.
La muerte de Augusto en el 14 d.C. supuso una leve esperanza para Ovidio, pero su sucesor en el trono imperial, Tiberio, no quiso atender a sus peticiones. Finalmente, Ovidio murió en Tomis en el 17 d.C. a la edad de sesenta años. Curiosamente, el poeta acertó de pleno al afirmar en uno de sus escritos postreros que sus obras serían tan imperecederas como la propia ciudad de Roma. Así, hasta el último de sus días, Ovidio fue un enamorado del imperio que se extendía por tres continentes.
Bibliografía
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Goldsworthy, A. (2014). Augusto. De revolucionario a emperador. La esfera de los libros.
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Roldán Hervás, J.M. (2020). Historia de Roma II. El Imperio Romano. Cátedra.