Introducción
Publio Quintilio Varo y Cayo Julio Arminio son los dos protagonistas de una de las mayores derrotas militares de toda la historia antigua de Roma: la batalla de Teutoburgo. Por su importancia en la era del emperador Augusto y su trascendencia en la posteridad, ríos de tinta se han escrito sobre este desastre que tuvo lugar en la Germania del año 9 d.C., pero poco se ha dicho en el presente sobre cómo fue la vida de estos dos líderes antes de aquel suceso. De hecho, todavía sobrevive en ciertos ámbitos esa errónea visión de ambos personajes basada en las fuentes clásicas. Por ello, en este artículo vamos a ver una breve biografía de Publio Quintilio Varo y Arminio para comprender mejor quiénes fueron y por qué hicieron lo que hicieron.
Quintilio Varo, devuélveme mis legiones
El historiador Suetonio cuenta que Augusto, al enterarse del desastre ocurrido en Germania, quedó tan consternado que en los meses siguientes golpeaba de vez en cuando su cabeza contra las puertas gritando «¡Quintilio Varo, devuélveme las legiones!». Otros historiadores como Floro, Dion Casio o Veleyo Patérculo le describen como inmoral, orgulloso, cruel, ingenuo, incompetente, negligente, perezoso… Sin embargo, vamos a ver en los siguientes párrafos por qué esta visión es incorrecta y por qué Augusto pensaba (y seguramente con razón) que Varo era la persona idónea para desempeñar el cargo que tuvo en aquella parte de la Germania del 9 d.C.
Publio Quintilio Varo nació a finales de la década de los 40 a.C. en el seno de una familia patricia de relevancia media. Su padre, Sexto Quintilio Varo, había luchado por Pompeyo Magno en la guerra civil y se suicidó en el 42 a.C. tras la derrota de Marco Junio Bruto en la batalla de Filipos. No sabemos con seguridad qué fue de Varo tras la muerte de su padre, pero se cree que fue criado por su tío en la ciudad de Tívoli, no muy lejos de Roma.
Al menos por lo que sabemos hasta ahora, parece ser que las inclinaciones políticas de su padre no obstaculizaron la carrera política de Varo. En el 22 a.C. fue elegido cuestor de Augusto en su gira por Oriente, lo cual era una señal de confianza ya que servir directamente al princeps era un gran honor. Asimismo, no podemos olvidar que Varo compartió el consulado del 13 a.C. con Tiberio y que, probablemente, sea uno de los personajes representados en el Ara Pacis Augustae, encargado ese mismo año.
Otra prueba de que el emperador lo consideraba una persona leal y confiable está en sus relaciones maritales. Luego de un primer matrimonio desconocido, Publio Quintilio Varo se casó con Vipsania, una de las hijas de Marco Agripa. Por último, en torno al 3 a.C. fue más allá incluso al casarse esta vez con Claudia Pulcra, sobrina nieta de Augusto.
Quintilio Varo antes de Teutoburgo
Aproximadamente en el 8-7 a.C., Publio Quintilio Varo fue nombrado gobernador proconsular de África. Como uno de los grandes productores de grano del imperio, África tenía una influencia económica desproporcionada, así que se puede garantizar que Augusto solo colocaría allí a gente de su confianza.
A finales del 6 a.C., Publio Quintilio Varo fue elegido para otro puesto crucial: gobernador de Siria, o lo que es lo mismo, legado del emperador. Este era un territorio de vital importancia solo reservado para personas del círculo íntimo del princeps, pues se encargaba de dirigir las complejas relaciones con los partos y los reinos clientes del Oriente Próximo.
En el 4 a.C., Varo marchó a Judea al mando de cuatro legiones e hizo una demostración de fuerza que aplastó los desórdenes que siguieron a la muerte de Herodes el Grande. Lo único que podríamos decir en su contra en este sentido es que la operación implicó pocos combates y que, hasta donde sabemos, en ninguno luchó él directamente.
Finalmente, en el año 6 o 7 d.C. Varo recibió la misión de sustituir a Cayo Sencio Saturnino, que llevaba un tiempo combatiendo en Germania bajo las órdenes de Tiberio. Allí, Varo cogió el mando de cinco legiones, las tres que serían aniquiladas en Teutoburgo y dos más que sobrevivieron por no estar presentes en la batalla.
En último lugar, cabe destacar que Varo tenía por debajo de él en la jerarquía varios personajes que también van a jugar un papel relevante en los sucesos posteriores: Lucio Nonio Asprenas, Cayo Nunonio Vala, Lucio Egio, Cejonio y Lucio Cedicio.
¿Quién fue Arminio, el líder de los queruscos?
Acercarse a la vida de Arminio también es muy difícil, puesto que nos enfrentamos a dos problemas principales. Por un lado, todo lo que sabemos de él proviene de fuentes romanas, las cuales no lo dejan en buen lugar por razones obvias. Por otro lado, el nacionalismo alemán del siglo XIX convirtió Teutoburgo en un orgullo nacional, por lo que Arminio pasó a ser un gran héroe, lo que ha impedido hasta hace poco hacer estudios serios sobre su figura. Prueba de ello es el colosal monumento de más de cincuenta metros construido en 1875 en Detmold.
Aun así, vamos a dedicarle unas palabras. Para empezar, no sabemos su nombre real, el nombre que le puso su familia al nacer. Se cree que Arminio es la versión latinizada de algún nombre familiar o de algún apodo que usara. Más concretamente, quizás los romanos le llamaran Cayo Julio Arminio, ya que se cree que los auxiliares del ejército romano de este periodo recibían ese «Cayo Julio» como nombre genérico.
Arminio nació en algún momento en torno al 18-15 a.C. en el seno de la familia real de los queruscos, un pueblo germano cuyas tierras correspondían a la parte sur del actual estado de Baja Sajonia, entre el río Elba al este y el Weser al oeste.
No sabemos nada de su madre, pero sí conocemos un poco a su padre, Segimer. Es posible que luchara contra los romanos en las guerras de los últimos años antes del cambio de era, pero no tardó en someterse al invasor y ver los beneficios que podía tener aliarse con los romanos para favorecer su propio ascenso social.
En cuanto a su hermano pequeño, Flavo, conocemos que vivió una vida paralela en cierto sentido a la de Arminio. En su infancia a lo mejor ambos pasaron un tiempo como rehenes en Roma, viviendo en el complejo de Augusto en el monte Palatino y recibiendo una educación romana, aunque no tenemos pruebas directas que lo demuestren.
Cayo Julio Arminio antes de Teutoburgo
Al crecer, ambos hermanos sirvieron en el ejército romano y tenemos constancia de que el joven Arminio capitaneó un grupo de soldados auxiliares reunidos entre su propia gente para luchar por Roma, aunque ignoramos otros datos. No obstante, sabemos que sirvió junto al historiador Veleyo Patérculo, lo que nos permite teorizar que participó en campañas tanto en Germania como en el Ilírico durante la rebelión de panonios y dálmatas.
Aunque no sepamos los méritos que realizó para lograrlo, es seguro decir que en un momento dado a Arminio se le concedió la ciudadanía romana y entró en el orden ecuestre como recompensa. Rico, con una demostrada historia como aliado y adaptado a la forma de vida latina, Arminio dejó el ejército para regresar a su tierra natal, donde sería más útil para Roma como gobernante local.
En este punto de la historia Arminio se convirtió en un invitado frecuente en los banquetes de Publio Quintilio Varo, ya que este deseaba rodearse de aliados germanos que le ayudaran a administrar la región. Sea por el motivo que sea, lo más probable es que el gobernador romano no se diera cuenta en ese momento de que aquel que compartía su mesa tan servilmente poco tiempo después se convertiría en el mayor quebradero de cabeza no solo de él, sino de Augusto y de todo el imperio romano.
Bibliografía
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