
Artículo sobre Hermanos de Sangre escrito por Mario Marrero Hernández, graduado en Historia
Crítica de «Hermanos de Sangre»
En el año 2001 se produjo el estreno de Hermanos de Sangre. Esta miniserie televisiva, ambientada en la Segunda Guerra Mundial y coproducida por Steven Spielberg y Tom Hanks, constituye uno de los mejores referentes audiovisuales bélicos. La serie enfoca los acontecimientos de la guerra a través de las experiencias de una compañía de la 101º División Aerotransportada del ejército americano, perteneciente al 506º Regimiento de Infantería Paracaidista, conocida como Compañía Easy.
Ésta entró en combate por primera vez en el desembarco de Normandía, y continuó luchando en Europa. Participó en operaciones militares como Market Garden, la defensa de Bastogne (integrada dentro de la contraofensiva alemana en Las Ardenas) y la entrada en Alemania. La serie es una adaptación televisiva de la obra Band of Brothers, del historiador americano Stephen Ambrose, uno de los más reconocidos especialistas en la II Guerra Mundial.

El concepto de miniserie no había encontrado un desarrollo potente por aquellos años; al menos, no gozaba de la elevada inversión económica que empieza a hacerse habitual en el nuevo mercado audiovisual. Sin embargo, el proyecto fue estrenado por HBO, contando con un elevado presupuesto (más de 125 millones de dólares), en lo que fue sin duda un despliegue de medios compensado con un producto de máxima calidad. Ello permitió dotar a las escenas bélicas de un gran realismo, destacando la espectacularidad de los efectos visuales, con explosiones impactantes, juegos de luces y sombras de altísimo nivel, y planos aéreos que cortan la respiración (como los apreciables en el segundo capítulo, en el momento de saltar sobre Normandía). No puedo olvidarme de la imponente banda sonora de Michael Kamen, cuya emotividad arrebata el corazón de los espectadores.
La fotografía es sencillamente maravillosa, con escenas marcadas por la epicidad, claramente magnificadas por el buen hacer de Spielberg en este sentido. La mano de Spielberg y Hanks se nota a lo largo de toda la serie, así como las referencias tomadas de Salvar al Soldado Ryan, apreciables en la estética y la paleta de colores del filme.

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Ciertas escenas resultan una obra de arte a todos los efectos, como el momento en el que un soldado dispara a un alemán situado a pocos metros de distancia, o la propia carga de la compañía en un momento dado de la acción en Holanda. Son momentos definitorios, que expresan mensajes concretos sobre la guerra y la manera en que es asumida por los hombres. El enemigo, deshumanizado en otros proyectos bélicos, recibe aquí el carácter de adversario honorable, que lucha encarnizadamente por unos ideales y unas convicciones semejantes a las de los americanos.

Una característica importante de Hermanos de Sangre reside en la recopilación de testimonios directos, pues al inicio de cada capítulo se muestran fragmentos de las entrevistas realizadas a los miembros supervivientes de la Compañía Easy. Poder escuchar sus voces y ver sus rostros envejecidos nos ayuda a empatizar con los personajes de la serie, que además fueron convenientemente seleccionados, pues en muchos casos presentan parecidos físicos razonables con sus homólogos reales.
La serie comienza con el periodo de adiestramiento de los miembros de la compañía. Es un primer capítulo donde empezamos a conocer a cada uno de sus componentes y a empaparnos de sus singularidades como individuos. Luego los veremos en Normandía y en Holanda, adquiriendo su condición de veteranos en un cortísimo plazo, fruto de la rapidez con la que se desarrollaron los acontecimientos militares en el último año de guerra en Europa. El teniente Richard Winters, brillantemente interpretado por Damian Lewis, es el que adquiere una mayor relevancia a lo largo de la serie.

No obstante, el propio espíritu del proyecto impuso (con acierto) una variedad de enfoques entre los diferentes capítulos, lo que nos permite asumir la necesaria imbricación entre todos los soldados de la compañía, así como el carácter particular que cada uno manifiesta. Es por ello que encontramos sonadas interpretaciones como la de Matthew Settle (en el papel del capitán Spiers) o la de Neil McDonough como Lynn Compton. Tampoco desmerecen las actuaciones de Donnie Wahlberg (como Carwood Lipton), Michael Cudlitz (como Denver “Bull” Randleman) y Ron Livingston (en el papel de Lewis Nixon). Uno de los pocos desaciertos de la serie fue incluir a una de las estrellas de Friends, David Schwimmer, interpretando al capitán Sobel; su actuación no convence, siendo un papel que a todas luces no encaja con sus habilidades actorales.
Todos ellos irán encontrando un desarrollo a lo largo de la guerra, sufriendo una evolución como resultado de las terribles vivencias experimentadas. Abundan las reflexiones sobre la camaradería y el hermanamiento de unos hombres unidos por el combate, por las pérdidas compartidas, por la asimilación de un deber que eligieron de forma voluntaria y acaba convirtiéndose en una losa inquebrantable sobre sus espaldas. Los dos capítulos concentrados en Bastogne nos sitúan en un momento de hastío, en una situación dramática y cruenta que empieza a mermar sus convicciones y su motivación para seguir adelante. La entrada en Alemania, el descubrimiento de los campos de concentración y la sumisión final del enemigo también nos aportan emociones encontradas y debates sobre la naturaleza humana, su carácter, sus bondades y perversidades.

Nos encontramos, en definitiva, ante un producto exquisito y acabado, que nos muestra la crudeza de la guerra de la mano de un grupo de soldados que acabarán siendo mucho más que simples compañeros. Sin duda, la mejor producción bélica de nuestro siglo.
Artículo escrito por Mario Marrero Hernández, graduado en Historia
Mario Marrero Hernández es graduado en Historia por la ULL. Codirector, fundador y editor de La Trova, colaboro habitualmente en La Trova Podcast. Entre mis aficiones se encuentran la literatura y la poesía, escribiendo mis versos bajo el pseudónimo de Gasusa. También la música, participando como guitarrista en proyectos musicales varios y grupos como Demo o Momento Beat. Actualmente soy guitarrista, cantante y letrista de la banda de rock Garimba.