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HISTORIAE

Crítica de «El misterio del collar»

Joely Richardson, actriz que interpretó a la reina María Antonieta en El misterio del collar

Crítica de «El misterio del collar» escrita por Jorge Álvarez, licenciado en Historia.

Crítica de «El misterio del collar»

El mundo del cine tiene por costumbre alterar determinados hechos, situaciones y personajes con la finalidad de facilitar su comprensión al espectador o incrementar el interés de una escena -o incluso de una trama entera-. Es por ello que, no pocas veces, lo que vemos en pantalla tiene poco que ver con la realidad y, a veces, hasta hay una inversión del sentido original que puede desvirtuar la historia tal como ocurrió de verdad.

Es algo especialmente percatable en la idealización de algunos personajes y, por el contrario, la villanización de otros. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en El misterio del collar (The Affair of the Necklace, 2001), película en la que la protagonista es una aristócrata empeñada en recuperar el patrimonio familiar y el apellido del que fue despojada por una rivalidad política, mientras que el antagonista pasa a ser retratado como alguien despiadado e inmoral, merecedor al cabo de la burla que sufre a manos de la anterior. Sin embargo, en la vida real simplemente ella simplemente fue una hija natural carente del más mínimo escrúpulo a la hora de medrar en sociedad y capaz de estafar a su sombra si hacía falta, y él fue solo un bobo fácilmente manipulable por su obsesiva ambición personal.

Cartel en inglés de la película "El misterio del collar"
Cartel en inglés de la película «El misterio del collar» (Fuente: IMDb)

Si alguien ha leído María Antonieta, de Stephan Zweig, o El collar de la reina, de Alejandro Dumas, sabrá de qué episodio histórico hablamos y recordará que el personaje principal, Jeanne de Saint-Rémy Valois, no era exactamente una digna mujer de sangre azul a la que las luchas políticas en la Francia del siglo XVIII arruinaron su infancia y su futuro. Al contrario, era la hija que tuvo un descendiente ilegítimo de los Valois con una sirvienta, razón por la que ella y sus hermanos (que no aparecen en el film) acabaron en la calle, viviendo de la mendicidad y el hurto.

Había entonces una ley para proteger a los vástagos de ilustre abolengo en precaria situación -aunque fueran bastardos-, de modo que la condesa de Boulanvilliers los recogió y apadrinó. Jeanne terminó casada con el conde Antoine-Nicolas de la Motte, quien había comprado su título, mientras ella trataba de llegar hasta María Antonieta para entregarle la petición de restitución de sus bienes y honor, aunque para ello tuviera que fingir desmayos a su paso para atraer su atención; inútilmente, por cierto. Ahí es donde sitúa el comienzo de la película John Sweet, el guionista, tras un prólogo lacrimógeno e innecesario que sólo busca atraer la empatía del espectador hacia Jeanne.

Una escena de la película "El misterio del collar"
Una escena de la película «El misterio del collar» (Fuente: IMDb)

Sweet no es precisamente uno de los autores de referencia en Hollywood. Tampoco el director, Charles Shyer (que además participó en la producción), de quien los títulos más reseñables de su filmografía eran comedias menores como Los caraduras, La recluta Benjamin (por la que obtuvo la nominación al Óscar en la categorías de Mejor Guión Original y al Globo de Oro en la de Mejor Película), El padre de la novia o Me gustan los líos; luego haría un intrascendente remake de Alfie. Así que el hecho de que en 2001 se atreviera con un drama histórico resultaba, como mínimo, sorprendente.

Tanto, quizá, como la elección de Hillary Swank para el rol de Jeanne. Swank ya no era aquella debutante que se hizo medio conocida en la secuela de Karate Kid, pues en 1999 había ganado el Óscar a la Mejor Actriz con Boys don’t cry. Pero este film, pese a su buen resultado comercial (y de crítica), no dejaba de ser una obra independiente, lejos del bombazo de taquilla y popularidad que supondría su segundo Óscar, el que ganaría en 2005 por Million Dollar Baby de la mano de Clint Eastwood. Así que, entretanto, no faltaron quienes la veían discutible para el papel, aunque otros elogiaron después su trabajo.

El director de cine Charles Shyer, director de "El misterio del collar"
El director de cine Charles Shyer (Fuente: Wikimedia Commons)

Tampoco sus compañeros de reparto tenían aún la fama que alcanzarían más tarde. El australiano Simon Baker, que triunfaría entre 2008 y 2015 con la serie televisiva El mentalista, interpreta a Marc Rétaux de Villette, un gigoló de baja nobleza que se convierte en amante y cómplice de Jeanne. Asimismo, Adrien Brody, que hace de marido de ella (el citado conde de la Motte), también era un secundario aunque en su currículum figuraban colaboraciones con directores importantes como Francis Ford Coppola (en el segmento Vida sin Zoë, de Historias de Nueva York), Spike Lee (El verano de Sam) o Terrence Malick (La delgada línea roja); pero le faltaba un año para su gran éxito personal, El pianista.

En cambio, sí tenían carreras asentadas los veteranos Brian Cox (un rostro inconfundible que vimos en Braveheart, Rob Roy, Troya, The boxer, la saga Bourne…), que interpreta al chambelán de la corte, un personaje clave porque es el narrador y quien descubre la estafa; y Jonathan Pryce (muy popular por Piratas del Caribe, la bondiana El mañana nunca muere y, más recientemente, la serie Juego de tronos), el célebre antagonista que comentábamos al principio: el cardenal Louis-René Éduard, príncipe de Rohan-Guemené. Quedémonos con este religioso, pieza fundamental del film.

Hillary Swank, Adrien Brody y Simon Baker, el trío protagonista de "El misterio del collar"
Hillary Swank, Adrien Brody y Simon Baker, el trío protagonista de «El misterio del collar» (Fuente: IMDb)

Rohan suspiraba por conseguir que María Antonieta (una correcta Joely Richardson) le perdonase su licenciosa vida y un incidente político que tuvo con su madre, la emperatriz austríaca María Teresa I, ya que necesitaba su favor para llegar a ser primer ministro de Francia, como antaño hicieran otros dos cardenales, Richelieu y Mazarino. Una desesperación que Jeanne y su amante utilizaron para vivir desahogadamente a su costa, gracias a la mentira de que ella formaba parte del círculo íntimo de la reina y podría influir sobre su opinión. Y, para redondear la jugada, le plantearon una astuta propuesta: que comprase, en nombre de la soberana, un exquisito pero carísimo collar de diamantes que deseaba pero no podía pagar pagar personalmente por una cuestión de imagen.

El ingenuo sacerdote aceptó e incluso se arregló un encuentro nocturno con María Antonieta (para lo cual, los estafadores contrataron a una prostituta que debía encarnarla, aunque en la película lo dejan en actriz callejera). Por supuesto, la alhaja se la quedaron Jeanne y sus cómplices, que desgarzaron los diamantes para venderlos sueltos. El problema vino cuando el cardenal no recibió el importe y no pudo pagar a los joyeros, quienes, económicamente apurados, acudieron a quejarse a la reina. Ésta, evidentemente, no sabía nada y por eso empezaron las sospechas: el propio cardenal se extrañó de que la soberana nunca luciera la joya y fue el chambelán, al menos en el film, el que investigó y desentrañó el asunto.

Hillary Swank y Jonathan Pryce en una escena de la película "El misterio del collar"
Hillary Swank y Jonathan Pryce en una escena de la película «El misterio del collar» (Fuente: IMDb)

L’affaire du collar, como se conoció ese episodio, terminó con todo aquel montaje desmoronándose como un castillo de naipes. El conde de la Motte logró escapar porque, ante los rumores que corrían entre los joyeros franceses al intentar venderles los diamantes del collar, marchó a Londres para continuar las transacciones sin incomodas preguntas. Rétaux de Villete huyó a Suiza, si bien lo apresaron en la frontera y terminó sentenciado a destierro; el mismo fin que sufrió Cagliostro, otro implicado que, al servicio de Rohan pero sobornado por Jeanne, había colaborado convenciendo a su señor con sus presuntas dotes adivinatorias para que picase (lo interpreta Christopher Walken, por cierto).

El cardenal fue exculpado, pero una rencorosa María Antonieta, que ya había cometido el error de empeñarse en juzgarlo en lugar de tratar el caso discretamente, como quería Luis XVI, exigió que le desterraran también, ganándose con ello la animadversión popular. Jeanne fue marcada a fuego con la V de voleuse (ladrona) y condenada a cadena perpetua. No obstante, logró escapar a Inglaterra, donde escribió un libelo contra la reina que, a la larga, supondría varios cargos contra ésta en el juicio que le costó la cabeza (hay un guiño a la futura Revolución en la escena en que un guardia persigue a De la Motte, al cruzarse éste con un Desmoulins en pleno discurso callejero). De hecho, los revolucionarios le ofrecieron regresar, pero en 1791, antes de poder decidirse, murió al caer por una ventana. No se sabe si fue un accidente, un suicidio o un asesinato por parte de agentes monárquicos (o incluso de sus múltiples acreedores).

Pese a sus virtudes, El misterio del collar no es un film que haya quedado en el recuerdo precisamente. En parte porque desaprovecha sus enormes posibilidades al decantarse por un tono algo romántico y superficial, a la vez que un estilo narrativo excesivamente dependiente de ese pasado de la protagonista dulcificando lo que en realidad debería ser el relato de un enorme fraude. En ese sentido, quizá hubiera sido más efectivo un enfoque pícaro y desenfadado, pues es precisamente en las escenas de ese cariz cuando mejor funciona. El resultado es la carencia de alma, de pulso. Eso sí, la parte histórica es inusualmente fiel a los hechos, salvo en el tergiversador tratamiento que decíamos de los personajes y otras pequeñas diferencias reseñadas, como el hecho de que los Valois ya no suponían peligro alguno para los Borbones (y, por tanto, no hacía falta perseguirlos) o que las causas de la Revolución Francesa fueron bastante más profundas que el tópico abuso de los privilegiados y la impopularidad de María Antonieta.

Joely Richardson, actriz que interpretó a la reina María Antonieta en la película
Joely Richardson, actriz que interpretó a la reina María Antonieta en la película (Fuente: IMDb)

De hecho, volviendo a lo estrictamente cinematográfico, la reconstrucción de época está por encima de lo habitual, con rodajes en lugares como el mismo Versalles, entre otros, plasmados con acertada naturalidad por la directora inglesa de fotografía Ashley Rowe. Hay que destacar muy especialmente el vestuario, donde se evitan el cuero y los tonos descoloridos, errores incomprensiblemente habituales; la nominación al Óscar por el Mejor Diseño de Vestuario, mérito de Milena Canonero, fue, por tanto, merecida (perdió ante Moulin Rouge). También brilla la cuidada banda sonora de David Newman, que incluye varias piezas clásicas del Barroco… junto a una canción de Alanis Morisette.

Crítica de «El misterio del collar» escrita por Jorge Álvarez, licenciado en Historia.


       Jorge Álvarez es licenciado en Historia y diplomado en Archivística y Biblioteconomía. Fue fundador y director de la revista Apuntes (2002-2005), creador del blog “El Viajero Incidental”, y bloguero de viajes y turismo desde 2009 en “Viajeros”. Además, es editor de “La Brújula Verde”. Forma parte del equipo de editores de Tylium.

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