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Crítica de «Salvar al soldado Ryan»

Crítica de «Salvar al soldado Ryan» escrita por Jorge Álvarez, licenciado en Historia

Crítica de «Salvar al soldado Ryan»

En 1999 el Óscar a la Mejor Película fue para Shakespeare in love, que se llevó el premio en un disputadísimo y polémico mano a mano con Salvar al soldado Ryan. Alguien dijo entonces que si sólo se valorasen los primeros veintisiete minutos, el film de Steven Spielberg habría ganado por K.O. Era una más de las muchas boutades que suelen hacerse cuando hay que elegir a un vencedor entre varios candidatos, pero lo cierto es que, habiendo transcurrido más de una década, esa escena inicial del Día D en Omaha Beach ha pasado a la historia del cine y, por contra, las aventuras del bardo inglés han ido desdibujándose. Algo especialmente llamativo teniendo en cuenta que Steven Spielberg sí ganó el Óscar al Mejor Director.

Saving private Ryan en su título original nació de una idea que el guionista Robert Rodat concibió tras conocer el caso de los Niland, cuatro hermanos estadounidenses que durante la Segunda Guerra Mundial fueron enviados al frente y, durante un tiempo, se creyó que tres de ellos habían muerto; luego resultó que sólo dos, pues el tercero estaba prisionero en un campo de concentración de Birmania pero vivo. Los otros cayeron precisamente durante el desembarco de Normandía, escenario elegido por Spielberg para abrir la película propiamente dicha, tras un prólogo tan sensiblero como innecesario en el que un veterano visita una tumba que, al final, sabremos que es de su salvador.

Cartel de Salvar al soldado Ryan
Cartel de la película Salvar al soldado Ryan (Fuente: IMDb)

Ese personaje es el soldado Ryan del título, equivalente al sargento Frederick Niland, al que se consideraba superviviente de la citada familia y que, sin embargo, no aparecerá de forma reconocible hasta casi la última parte del filme. Y es que el verdadero protagonista es el capitán Miller, al que se le encomienda la misión de buscarlo y llevarlo de vuelta a su hogar para evitar que su madre pierda a sus cuatro vástagos de golpe. De hecho, la comunicación a ésta de la noticia de los tres óbitos mediante una escena plenamente visual, sin diálogo y rodada en plano general (un coche con un oficial del ejército se acerca a su casa y ella, al verlo desde el porche, imagina lo peor y está a punto de desmayarse) es una de las mejores de la película.

Con ello se plantea el problema moral en torno al que gira el argumento: recibida la orden de buscar a ese soldado que queda y llevarlo a lugar seguro (es un paracaidista lanzado en la retaguardia alemana), Miller, con siete hombres, tiene que atravesar la línea de frente e internarse por territorio hostil, poniendo en peligro un montón de vidas por salvar una.

Vidas que han conseguido sobrevivir al terrible desembarco, plasmado con un realismo y crudeza inéditos hasta entonces (con miembros cercenados, cráneos reventando, la orilla de la playa teñida de rojo, la ejecución a sangre fría de quienes se rinden…), como muestra sutilmente la escena de los soldados contando las docenas de chapas de los caídos. Esto llevará a más de uno a amagar con rebelarse durante la misión, en una tensión que únicamente es capaz de reconducir un detalle tan nimio como descubrir la profesión prebélica de su superior.

Fotograma de Salvar al soldado Ryan
Fotograma de Salvar al soldado Ryan (Fuente: IMDb)

Entremedias se suceden diversos avatares que incluyen un angustioso tiroteo con una familia francesa en medio, un intenso duelo de francotiradores, el enfrentamiento de algunos con el bienintencionado traductor empeñado en no matar a un prisionero alemán y, cuando por fin encuentran al soldado Ryan, la sorpresa de que se niega a acompañarles. Algo, esto último, que origina otra interesante situación más allá de la maestría con la que Spielberg resuelve esa escena de acción: las dolorosas bajas sufridas durante la búsqueda llevaron a decir a los soldados que más valía que el tal Ryan fuera merecedor de ese tributo de vidas que habían pagado.

Y, en efecto, resulta ser un tipo de una pieza que, habiendo perdido a sus hermanos de sangre, prefiere quedarse con los que le quedan, los de armas, para defender un puente de un inminente contrataque alemán, lo que desemboca en un epílogo que entronca con la escena inicial; “hágase usted digno de esto” le había dicho Miller antes de morir.

Salvar al soldado Ryan (1998) fue realizada por DreamWorks, el estudio fundado por Spielberg el año anterior, en colaboración con otra de sus productoras, Amblin y la major Paramount. El director, al que el productor Mark Gordon concedió el control creativo absoluto, aspiraba a romper un poco con lo acostumbrado en las películas sobre la Segunda Guerra Mundial para acercarse más al realismo crudo de los últimos filmes bélicos sobre la contienda del Vietnam.

Algunos de los personajes del reparto de Salvar al soldado Ryan
Algunos de los personajes del reparto de Salvar al soldado Ryan (Fuente: IMDb)

Por eso quiso meter al espectador, cámara al hombro y sin storyboard previo (cosa insólita en él), improvisando entre las balas silbantes y explosiones que atronaron en Omaha Beach. No fue en Normandía donde se rodó esa impactante escena sino en Wexford (Irlanda), con millar y medio de reservistas irlandeses y recreadores históricos como extras, pero sí se emplearon lanchas de desembarco originales. De los setenta millones de dólares de presupuesto total, doce se emplearon en esos veintisiete primeros minutos, lo que da una de de la importancia que se les concedió.

A petición de Spielberg, Janusz Kaminski, su director de fotografía desde 1993, redujo más de la mitad la saturación de color y el brillo para obtener imágenes similares a las de la época. Gracias a ello ganó su segundo Óscar; el primero fue también con el mismo director, por La lista de Schindler, y ambos trabajos fueron incluidos en la lista de películas mejor fotografiadas del siglo XX por la American Society of Cinematographers. También se obtuvieron los premios al Mejor Montaje, Mejor Sonido y Mejor Edición de Sonido -además del propio Spielberg, como vimos al comienzo-, quedándose a las puertas de los de Mejor Actor (Tom Hanks), Mejor Guión (el citado Robert Rodat), Mejor Banda Sonora (el acostumbrado John Williams), Mejor Maquillaje y Mejor Dirección Artística. En cambio, el triunfo fue total en los Globos de Oro (película y director).

Fotograma de Salvar al soldado Ryan
Fotograma de Salvar al soldado Ryan (Fuente: IMDb)

Tom Hanks, que se hizo con el papel de Miller superando a Harrison Ford y Mel Gibson, se sometió con el resto de actores a un duro entrenamiento militar; después co-produciría con el director la serie Hermanos de sangre. Matt Damon, a quien se eligió para encarnar a Ryan porque era aún desconocido (se lo recomendó Robin Williams a Spielberg y pocos meses antes del estreno triunfó por sorpresa con El indomable Will Hunting), también pasó un entrenamiento similar pero aparte, para que los demás, que interpretaban a sus rescatadores, no tuvieran con él una relación tan estrecha, tal como se debía mostrar en pantalla. Hanks y Damon, por cierto, improvisaron la escena en la que sus personajes charlan de sus vidas antes de la batalla final.

Otros miembros destacados del reparto fueron Tom Sizemore, que debía pasar a diario un test antidrogas para demostrar que cumplía el plan contra su adicción, y Vin Diesel, que por entonces únicamente había trabajado en Despertares, el cortometraje Multi-Facial y Strays, estas dos últimas proyectos que él mismo escribió, produjo y dirigió.

El director Steven Spielberg recogiendo su Óscar en la gala de 1999
El director Steven Spielberg recogiendo su Óscar en la gala de 1999 (Fuente: IMDb)

Spielberg, por su parte, siempre había manifestado su deseo de dirigir un filme sobre la Segunda Guerra Mundial como homenaje a su padre, que combatió en ella, ya que, si bien 1941, El imperio del sol y La lista de Schindler se ambientan en esa contienda, no son exactamente de género bélico. Él esperaba un éxito modesto porque la dureza de las imágenes -se usaron 40 barriles de sangre para regar la playa del comienzo y se contrató a decenas de mutilados- obligaría a restringir la película para mayores, con la consiguiente repercusión en una menor taquilla; pero, para su sorpresa, el resultado fue un éxito de público (recaudó casi 482 millones de dólares habiendo costado 70). También de crítica, elogiándose su fidelidad a la historia salvo en pequeños detalles intrascendentes apuntados por algún que otro veterano (y eso que los sonidos de las armas se grabaron de disparos reales).

Y es que, si bien la batalla final es dramática y visceral -memorable el momento en que el sargento y un alemán se arrojan sus respectivos cascos- la escena inicial sigue siendo la estrella. Al fin y al cabo, la Operación Overlord (es decir, la invasión del continente por los Aliados) fue una de las claves de la guerra y raro es quien no ha oído algo al respecto: en el famoso día D se produjo un ataque anfibio en cuatro playas de la región de Normandía, participando cerca de cinco mil naves y ciento sesenta mil soldados, a todo lo cual se sumaron fuerzas aerotransportadas lanzadas en la retaguardia alemana.

El director Steven Spielberg dando instrucciones durante el rodaje de Salvar al soldado Ryan (Fuente: IMDb)
El director Steven Spielberg dando instrucciones durante el rodaje de Salvar al soldado Ryan (Fuente: IMDb)

No era la primera vez que se mostraba el desembarco en Normandía porque ya lo habían hecho, entre otros, Henry Koster en 1956 con Día-D, 6 de junio (D-Day, teh Six of June), Ken Annakin en 1962 con El día más largo (The longest day) en 1962, Stuart Cooper en 1975 con Overlord y Samuel Fuller en 1980 con Uno Rojo, división de choque (The Big Red One), por citar los ejemplos más destacados. Pero ninguno de ellos alcanzó el grado de realismo, tensión y violencia de Salvar al soldado Ryan.

Crítica de «Salvar al soldado Ryan» escrita por Jorge Álvarez, licenciado en Historia


       Jorge Álvarez es licenciado en Historia y diplomado en Archivística y Biblioteconomía. Fue fundador y director de la revista Apuntes (2002-2005), creador del blog “El Viajero Incidental”, y bloguero de viajes y turismo desde 2009 en “Viajeros”. Además, es editor de “La Brújula Verde”. Forma parte del equipo de editores de Tylium.

Resumen
Crítica de "Salvar al soldado Ryan", el peliculón de Steven Spielberg
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Crítica de "Salvar al soldado Ryan", el peliculón de Steven Spielberg
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Crítica de la película "Salvar al soldado Ryan", dirigida en 1998 por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks
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Comentarios (7)

Bueno, y ¿dónde está la crítica?, sea buena o mala, lo único que he leído, es una descripción, o narración de hechos sobre aspectos de la película, actores, director,…Pero una crítica personal tuya, tanto desde el punto de vista histórico, como acaso siquiera del cinematográfico, casi nada.

Un saludo. (Y gracias de todas formas por contribuir a la divulgación histórica)

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Usted dice que unos Marines están contando las chapas de los caídos en acción , pero lo cierto es que los Marines no combatieron en Europa, saludos.
Al crítico le sale crítica.

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No hubo marines desembarcando en Normandía.
Los únicos marines que sirvieron en Europa, lo hicieron como guardianes, transportando prisioneros alemanes a EEUU.

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Una reseña estupenda, Jorge Álvarez. Siendo un film tan promocionado, he visto la peli dos veces y, además del sonido y el montaje de los primeros minutos (por entonces podía oír bien el sonido de un balazo a un casco de metal), me gustó muchísimo todo lo demás… La escena de la madre recibiendo la carta era muuuy buena. Aplauso a quienes comentan mis pelis favoritas con ese nivel de detalle, aunque sea un comentario negativo. Ayudan a entender que el cine es también arte. Abrazo.

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La película habría sido buena si no fuese un himno a la megalomanía norteamericana y un derroche de sentimentalismo barato y argumentos infantiles. La historia se resiente con una sensiblería innecesaria, evidenciada en el prólogo, en el epílogo, en la reunión de los generales, cuando McArthur decide «salvar al soldado Ryan para ahorrar a su pobre madre una muerte más», y sobre todo en las escenas de diálogo entre los soldados de Miller, todas. Es una excelente película bélica, probablemente una de las mejores que se han filmado sobre la Segunda Guerta mundial en cuanto a detalles, realismo y representación de combates…pero nada más, es solo una película de guerra muy bien hecha.

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Excelente, muy buen análisis amigo Jorge Alvarez.

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No eran marines sino Rangers. Y no es Mc Arthur el que ordena la misión sino el General George Marshall. La reseña es muy buena salvo leves errores y aporta detalles muy interesantes. Y los que critican en los comentarios también se equivocaron en los detalles históricos.

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