Artículo sobre la Sección Femenina escrito por Laura Wagner Tinoco, graduada en Historia.
Introducción
En el primer tercio del siglo XX fueron surgiendo por toda Europa una serie de movimientos conocidos como “fascistas”. En España, el partido de corte fascista que nació fue Falange Española fundado por José Antonio Primo de Rivera, y de ahí surgió la Sección Femenina de Falange presidida por Pilar Primo de Rivera.
La Sección Femenina en el nacimiento de Falange
España en 1930 se encontraba en un momento complejo (crisis económica, identidades ideológicas cada vez más opuestas, etc.) mientras se salía de la dictadura de Miguel Primo de Rivera para entrar en la II República. Fue en ese contexto cuando el 29 de octubre de 1933 José Antonio Primo de Rivera pronunció el discurso fundacional de Falange Española en el Teatro de la Comedia de Madrid. Allí estaba su hermana Pilar con otras cuatro amigas que serían el núcleo fundacional de la Sección Femenina. El movimiento falangista no permitía a las mujeres formar parte del mismo, por lo que José Antonio permitió que se crease la Sección Femenina de Falange en 1934, de la que Pilar fue su principal dirigente hasta la disolución de la misma en 1977.
El objetivo principal de la Sección Femenina era el fomento del espíritu nacional y los principios falangistas como el estado nacional-sindicalista en las españolas. Algunas de las funciones que se les otorgaron fueron encargarse de la propaganda a través de diversos medios escritos como folletos o confeccionar los bordados, los brazaletes, las banderas y símbolos diversos de Falange.
La visión falangista de la mujer era la más tradicional. Es decir, para ellos la mujer se encontraba supeditada al varón y como consecuencia de sus diferencias el ámbito propio de lo femenino quedaba reducido a lo privado, a lo doméstico, en sus funciones de madre y esposa. Así, el ideal de mujer falangista era una mujer femenina, abnegada, entregada a las tareas propias de su sexo, sumisa, austera, volcada en los demás, invisible, subordinada y complementaria al varón. Este ideal se plasmó el 28 de abril de 1935 cuando José Antonio, tras un mitin, les dirigió unas palabras que serían la base del ideario de mujer que impulsaría la formación. Crearon una guía que resumía sus valores con ideas como «2. Que tu vida sea de abnegación y sacrificio; 5. No traiciones tu magnífico destino de mujer, entregándote a funciones varoniles; 17. Cuida tu alma y tu cuerpo por Dios y la Falange.«
La Sección Femenina en el inicio del franquismo
El comienzo de la Guerra Civil Española hizo que poco a poco más mujeres se fuesen uniendo a la causa, ayudando entre otras tareas en el Auxilio Social, en los hospitales, etc. La Guerra Civil en España finalizó en 1939 con la victoria del bando sublevado, comenzando entonces la dictadura que durante 40 años impuso el general Francisco Franco.
En un primer momento el régimen franquista realizó un acercamiento con los fascismos europeos, pero el fin de la II Guerra Mundial y la victoria aliada les llevaron a alejarse de los postulados del nacional-sindicalismo y acercarse a los del nacional-catolicismo. En este sentido, la Sección Femenina dentro de Falange era la que más relación tuvo con el catolicismo, lo que se había visto reforzado cuando el falangismo se unió a los Tradicionalistas. La Sección Femenina no sólo formaba en el catolicismo a sus afiliadas, sino que también contaba con distintos asesores religiosos, capillas en las escuelas de mandos e incluso eligieron como patrona a Santa Teresa de Jesús.
La llegada al poder del régimen dictatorial hizo que se desbarataran todos los avances sociales conseguidos en la II República, como en el caso de las mujeres el divorcio, el derecho al voto, etc. En el nuevo modelo de Estado que se estaba fraguando la Sección Femenina jugó un papel determinante, ocupándose de distintos aspectos y llegando a ocupar el Castillo de la Mota (del siglo XIV) para que sirviese como “Escuela Mayor de los Mandos”.
El adoctrinamiento en la Sección Femenina
Para el franquismo la mujer se convirtió en un elemento fundamental, siendo la Sección Femenina la encargada de adoctrinar en dicho modelo. Por ello, la mujer dejó de poseer capacidad legal independiente, volviéndose a la idea de que la mujer era un “ángel del hogar” sumisa a los hombres, cuya consideración social dependía de su rol como madre y esposa.
La familia fue uno de los pilares fundamentales sobre el que se construyó el estado franquista. Por ello, a imagen de lo que ocurría en la Alemania nazi crearon un “Servicio Social de la Mujer”, obligando a que las mujeres entre los 17 y los 35 años realizaran un mínimo de 6 meses de servicio. A través de las “Escuelas de Hogar” o de una asignatura impartida en los distintos niveles educativos se educaba a las muchachas en los principios ideológicos de la doctrina cristiana y los ideales falangistas, para que fuesen útiles en el cuidado de sus hijos y esposos. A pesar de esto las circunstancias económicas forzaban la necesidad de muchas mujeres de tener que trabajar. Por esta razón, la Sección Femenina elaboró listas con puntos a seguir e incluso crearon escuelas para los hijos de aquellas mujeres que tuviesen que trabajar.
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La Sección Femenina y el nacionalismo
Por otro lado, la patria y el fomento del espíritu nacional también fueron promovidos desde la Sección Femenina. Pues a través de la dulzura de las mujeres, la entrega a sus labores, etc., serían ellas quienes contribuirían a la creación del espíritu nacional que formase a los buenos ciudadanos del futuro.
Las colaboraciones de la organización con el régimen fueron muchas, ya que realizaron diversas tareas asistenciales por todo el territorio nacional a través de las Cátedras Ambulantes. Así destaca su preocupación por la higiene y la infancia. Las labores sanitario-sociales que realizaron contribuyeron a modernizar los hábitos de muchas familias y mejorar la calidad de vida. También trabajaban distintos aspectos culturales, recogiendo las diferencias culturales de cada rincón y fomentando el folclore con los concursos de coros y danzas propios de cada sitio, etc.
Crearon delegaciones por toda España, contando además con un departamento de exteriores que impulsó delegaciones en Hispanoamérica, relacionado con la idea del Imperio que las llevó a elegir a Isabel la Católica como una de las patronas de la organización. Ayudaron a las relaciones con los países latinoamericanos a través de las giras de coros y danzas de las distintas regiones de España, etc. También fomentaron el deporte en las mujeres, aunque eso sí bajo sus ideales de feminidad y recato, pues la salud de las mujeres era importante para que sus hijos también fuesen sanos.
Los cambios que fueron sucediéndose en el país llevaron a que la organización se renovase e introdujese algunos cambios, si bien no modificaron sus ideas sobre el papel secundario de las mujeres, el adoctrinamiento o las labores sociales. Finalmente, tras la muerte de Franco y con la llegada de la democracia el nuevo gobierno decidió la disolución de la Sección Femenina en 1977.
Bibliografía
BLASCO HERRANZ, I. (2005): “Sección Femenina y Acción Católica”, la movilización de las mujeres durante el franquismo, Jerónimo de Uztariz, nº 21, pp. 55-66.
CARCELLER, A.: «Sección Femenina. La mujer dentro del franquismo», publicado en la web Los ojos de Hipatia el día 13/03/2014. Recuperado de este enlace.
CEBREIROS IGLESIAS, A. (15-31/10/2009): La Sección Femenina. Aproximación a la ideología de una organización femenina en tiempos de Franco, I Congreso Virtual sobre la Historia de las Mujeres.
Radio Televisión Española (2006): «La Sección Femenina», en Paisajes de la Historia. Recuperado de este enlace.
Artículo sobre la Sección Femenina escrito por Laura Wagner Tinoco, graduada en Historia.
Laura Wagner Tinoco es graduada en Historia por la Universidad de Málaga. Ha estudiado el Máster de Documentos y Libros. Archivos y Bibliotecas en la Universidad de Sevilla y el Máster de Igualdad y Género en la Universidad de Málaga. Es una apasionada de su trabajo, centrado en la Historia del Libro y en la Historia de la mujer.