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HISTORIAE

La sociedad romana de la República

Introducción

La lucha de intereses que significó el conflicto patricio-plebeyo en la antigua Roma desembocó en la formación de una nueva estructura social. Esta nueva organización de la sociedad romana era mucho más compleja y desigual como consecuencia de dos factores fundamentales: la expansión de Roma por toda la península italiana y la ampliación de los intereses económicos y los pueblos conquistados que quedan englobados en ella. A partir del siglo III a.C., frente a la antigua distinción simplista entre patricios y plebeyos, el nuevo esquema de la sociedad romana se basa en diversos grupos bien diferenciados por aspectos como la condición política, el grado de riqueza, el nacimiento, las relaciones familiares… Hacer un resumen de la sociedad romana de la República no es nada fácil, por lo que vamos a ver ahora, uno por uno, las características básicas de estos grupos sociales de la sociedad romana de la República.

Obra del siglo XIX en el que se recrea una sesión del Senado romano, la cúspide de la sociedad romana
Obra del siglo XIX en el que se recrea una sesión del Senado romano

La sociedad romana: la nobilitas

Una de las principales características de la sociedad romana antigua, conservada a lo largo de toda su historia, es su carácter aristocrático. El final del conflicto patricio-plebeyo no produjo la «democratización» de la vida pública, sino la creación de un nuevo orden aristocrático en el que no tenía tanta importancia el origen familiar como sí lo tenía el pertenecer a la élite que ocupaba los altos puestos políticos del Estado. El acceso de una persona, patricia o plebeya, a estos cargos públicos implicaba el ennoblecimiento de su familia, pasando a formar parte de la nobilitas. Y aunque en teoría nunca se consideró a la nobilitas como un grupo social cerrado, lo cierto es que, desde mediados del s. III a.C., la política y los puestos directivos se nutrieron de individuos de estas familias.

Los nobles romanos no solo controlaban los hilos de la política, sino que también imponían una serie de usos y costumbres que todo el mundo debería imitar, es decir, que eran el ejemplo a seguir en cuanto a estilo de vida. A través de sus tradiciones, la nobleza forjó una conciencia social de respeto a los antepasados cuyas raíces se extendían hasta la religión. Así, la nobilitas monopolizaba los cargos sacerdotales e imponía su voluntad por ser los únicos intermediarios e intérpretes válidos de la voluntad de los dioses.

Lápida de una familia romana conservada en los Museos Vaticanos

Tener un antepasado heroico en la familia que había contribuido a la grandeza y prosperidad de Roma era lo que daba prestigio a este grupo social dirigente. Por este motivo, los miembros de las familias nobles se encargaban de mantener vivo el recuerdo de este antepasado ante la opinión pública por medio de su apellido, de la exhibición de bustos y de su propio estilo de vida rico y acomodado.

La sociedad romana: los grupos mercantiles y los equites

El siguiente escalón social de la pirámide de la sociedad romana antigua estaba ocupado por los grupos mercantiles. Con este nombre nos referimos fundamentalmente a los arrendatarios de obras públicas (publicani), los comerciantes, los prestamistas y los banqueros. A medida que las conquistas de Roma hacían crecer los territorios disponibles, el número y la fuerza económica de este grupo social fue creciendo progresivamente. Por lo general eran hombres especuladores y emprendedores cuya fortuna podía llegar a equipararse o incluso superar la cifra mínima necesaria para ser senador. Por esta razón, aunque no tienen acceso directo al poder terminarán por ser lo suficientemente influyentes para hacer oír su voz e inclinar las decisiones políticas hacia sus intereses económicos.

En la segunda mitad del siglo II a.C., de entre las filas de este mismo grupo nacerá un nuevo grupo social privilegiado aunque subordinado a la nobleza: el orden ecuestre. Sus miembros servían como caballeros en el ejército romano, por lo que se les llamaba equites. En principio, estos equites o caballeros eran aquellos ciudadanos ricos que podían permitirse el lujo de tener caballos y que en las asambleas votaban junto con la nobleza.

Pintura histórica de Gustave Boulanger hecha en el siglo XIX en la que se recrea la relación de un miembro de la alta sociedad romana con sus clientes de mayor confianza
Pintura histórica de Gustave Boulanger hecha en el siglo XIX en la que se recrea la relación de un miembro de la nobilitas con sus clientes de mayor confianza

La sociedad romana: los campesinos

El grupo mayoritario dentro de la sociedad romana en la República era el campesinado. Desde mediados del siglo IV a.C., este grupo estaba compuesto sobre todo por los campesinos de pequeña y mediana propiedad, aunque también englobaba a los ricos latifundistas y a los jornaleros agrícolas. No obstante, las continuas guerras y las nuevas tendencias económicas surgidas con la expansión territorial van a beneficiar sobre todo a los propietarios más adinerados en perjuicio de los más pequeños. Como consecuencia de su incapacidad para competir con los grandes latifundios, y a medida que la República iba acercándose a su fin, muchos de estos campesinos abandonaron o perdieron sus tierras, teniendo que instalarse precariamente en Roma. Cabe destacar además que a esta masa plebeya urbana se suman los artesanos y los pequeños comerciantes de Roma, incluidos en las clientelas de la nobleza.

Todos estos grupos dentro del campesinado tenían en común su pertenencia a la ciudadanía romana y la plenitud de derechos que ello conllevaba. Además, tenían fuertes lazos de dependencia económica con la nobleza y constituían la principal fuente de reclutamiento del ejército romano.

Algunos útiles agrícolas utilizados por la sociedad romana y conservados en la actualidad
Algunos útiles agrícolas romanos conservados en la actualidad

La sociedad romana: libertos y esclavos

Asimismo, dentro de esta plebe urbana también hallamos a los libertos, es decir, a las personas que han conseguido la libertad después de haber sido esclavos. Los he querido diferenciar porque, al menos hasta la segunda generación de descendientes, son ciudadanos romanos con derechos políticos limitados. Como nuevos ciudadanos, los libertos solían seguir ligados a sus antiguos amos por lazos de clientela, por lo que formaban un fuerte soporte económico y político de éstos.

Por último, en lo más bajo de la pirámide de la sociedad romana republicana nos encontramos a los esclavos, personas que no cuentan con ninguno de los beneficios que otorga la ciudadanía romana. De hecho, jurídicamente ni siquiera eran considerados personas, sino solamente cosas, objetos materiales que pertenecían a un amo.

En sus orígenes, la mayoría de los esclavos eran prisioneros de guerradeudores insolventes, además de sus respectivas familias. No obstante, a partir de la Lex Poetelia-Papiria del 326 a.C., la esclavitud por deudas se abolió, del mismo modo que el avance de las conquistas romanas permitía desarrollar un amplio comercio de esclavos provenientes de otras partes del Mediterráneo. De esta manera, el modo de producción esclavista alcanzó su máximo apogeo desde finales del siglo III a.C., coincidiendo con el final de la Segunda Guerra Púnica.

Obra del siglo XIX en la que se recrea la esclavitud en la antigua Roma, el escalón más bajo de la sociedad romana
Obra del siglo XIX en la que se recrea la esclavitud en la antigua Roma

Bibliografía

ALFÖLDY, G. (2012): Nueva Historia social de Roma. Ediciones Universidad de Sevilla.

BEARD, M. (2015): S.P.Q.R. Una historia de la antigua Roma. Barcelona: Planeta.

NOVILLO LÓPEZ, M.A. (2012): Breve historia de Roma. Madrid: Nowtilus.

ROLDÁN HERVÁS, J.M. (2007): Historia de Roma I. La República Romana. Barcelona: Ediciones Cátedra.

ROLDÁN HERVÁS, J.M. (1990): Instituciones políticas de la República Romana. Madrid: Akal.