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Marco Antonio, el aliado más fiel de Julio César

Introducción

Marco Antonio es uno de los personajes históricos más importantes de los últimos años de la República Romana. Su relación de amistad con Julio César, su romance con la reina Cleopatra VII, el triunvirato con Lépido y Octavio y la posterior guerra civil que le enfrentó a este último justifican esta gran relevancia. Por todo ello, en este artículo vamos a ver un resumen de la biografía de Marco Antonio hasta el asesinato de Julio César para comprender quién fue este general romano.

Busto de Marco Antonio conservado en los Museos Vaticanos (Fuente: Wikimedia Commons)

Los Antonios, la familia de Marco Antonio

Marco Antonio nació en enero del 83 a.C. en el seno de una prestigiosa familia plebeya de la aristocracia romana. Su madre era Julia, una patricia que era prima lejana de Julio César, y su padre era el plebeyo Marco Antonio, descendiente de otro Marco Antonio (el abuelo de nuestro protagonista) que había sido uno de los mejores oradores de su época. A partir del 113 a.C. había sido cuestor, gobernador provincial, pretor en el 102 a.C., cónsul en el 99 a.C. y censor en el 97 a.C. Sin embargo, su carrera no le libró de ser una de las víctimas ejecutadas durante la represión de Cayo Mario en el 87 a.C.

Años después, cuando Marco Antonio solo tenía unos meses de vida, su padre fue uno de los beneficiados por el nuevo régimen del dictador Lucio Cornelio Sila y entró en el Senado. Como miembro de los Antonios no necesitaba un talento especial para labrarse una próspera carrera, por lo que fue elegido pretor en el 74 a.C.

Simultáneamente le fue concedido un mando militar extraordinario para luchar por tres años contra los piratas allí donde se encontraran. En la práctica, esto significaba que su poder se extendía por todo el mar Mediterráneo y las costas y sobre toda la flota de Roma. Tras una serie de éxitos parciales, en el 72 a.C., sufrió una humillante derrota en Creta que le obligó a firmar una paz con los piratas que nunca fue reconocida por el Senado. En el viaje de regreso a Roma, enfermó y murió.

«César rechaza la diadema de rey que le ofrece Marco Antonio», grabado de John Clark Ridpath hecho en 1894 (Fuente: Wikimedia Commons)

La infancia de Marco Antonio

Julia procuró que sus hijos tuvieran una buena educación y fueran conscientes de que eran los herederos de los Antonios y los Julios. Así, desde muy pequeños los jóvenes crecían con la expectativa de igualar o superar los logros de las generaciones anteriores de su familia. A los siete años, Marco Antonio empezó a acompañar a su padre en sus asuntos diarios, y una vez que este murió, siguió a alguno de sus tíos. Después, quizás aprendiera del nuevo marido de su madre, Publio Cornelio Léntulo Sura, cónsul en el 71 a.C.

Aparte de la formación intelectual, la educación aristocrática daba mucho peso a la preparación física. Junto al simple ejercicio de correr, nada y levantar pesas, los jóvenes aprendían a manejar la espada, utilizar el escudo, lanzar la jabalina o montar a caballo. Gracias a este entrenamiento, de mayor Marco Antonio sería un hombre corpulento, de torso ancho y musculoso y cuello grueso.

En la antigua Roma no existía una edad fijada por ley para hacerse adulto, aunque lo usual era que tuviera lugar entre los catorce y los dieciséis años. No conocemos la fecha exacta en que se produjo la mayoría de edad de Marco Antonio, pero es probable que la muerte de su padre animara a la familia a apresurar la ceremonia.

Cuadro de William Hilton hecho en el siglo XIX que recrea el funeral público de Julio César presidido por Marco Antonio (Fuente: Wikimedia Commons)

 

¿Cómo era Marco Antonio de joven?

Las fuentes nos han transmitido poca información de la juventud de Marco Antonio, sobre todo de los años de su veintena. Aun así, podemos afirmar que nunca destacó por ser una persona sensata, reflexiva y discreta. Los hijos varones de la aristocracia solían gozar de bastante libertad en su adolescencia y juventud, pero siempre dentro de unos límites socialmente aceptables.

Por el contrario, Marco Antonio sobresalió a lo largo de su vida por centrar toda su atención en la bebida, los líos de faldas, los lujos y la extravagancia. Prueba de ello es que se dejara una barba espesa, se ciñera muy arriba la túnica para mostrar sus musculosas piernas, y en la ciudad a veces llevara espada y una tosca capa de pieles para asemejarse a Hércules.

En el 63 a.C., el padrasto de Marco Antonio resultó ser uno de los principales promotores de la conjuración de Catilina, por lo que fue arrestado junto al resto de conspiradores y fue ejecutado. Aun así, no parece que Marco Antonio participara en la conspiración, entre otras cosas porque solo tenía veinte años y todavía no había iniciado su trayectoria pública.

Cicerón denuncia a Catilina, obra de Cesare Maccari hecha en el siglo XIX (Fuente: Wikimedia Commons)

Desprovisto de una figura masculina fuerte que le ayudara a promover su carrera política, Marco Antonio se casó con Fadia, hija del liberto Quinto Fadio Galo. Pactar un matrimonio con un antiguo esclavo no conllevaba ninguna ventaja social o política, pero al menos sí le daba acceso a la fortuna de su suegro. En los años posteriores, se divorciaría tanto de Fadia como de su segunda esposa, Antonia, para acabar con su mujer más famosa (aunque no la última), Fulvia.

Los inicios de Marco Antonio, el general romano

Desde principios de la década de los 50 a.C. Marco Antonio se había trasladado a vivir a Grecia para estudiar retórica. Allí lo reclutó en el 57 a.C. Aulo Gabinio, gobernador provincial de Siria, para su campaña en Judea; dos años después lo llevó en su campaña en Egipto para restaurar en el trono al faraón Ptolomeo XII.

Posteriormente, Marco Antonio tomó la mejor decisión al dejar la región para unirse al ejército de Julio César en las Galias, en vez de ponerse bajo el mando de Marco Licinio Craso en su campaña contra los partos. Desconocemos cuándo llegó nuestro protagonista al territorio galo, pero es improbable que fuera antes del otoño del 54 a.C. Tampoco sabemos qué puesto ocupó en la jerarquía militar, pero llama la atención que Julio César no lo mencionara en sus crónicas hasta el verano del 52 a.C., en el contexto de la batalla de Alesia contra Vercingétorix. Cabe destacar que previamente, en ese mismo año, había pasado por Roma para ser elegido cuestor, su primera magistratura.

Ilustración que recrea el asedio de Alesia en el 52 a.C. (Fuente: Arrecaballo)

Marco Antonio, el mayor aliado de Julio César

En el 50 a.C., la influencia de Julio César logró que Marco Antonio ingresara en el colegio de los augures, el grupo de sacerdotes más prestigioso de Roma junto a los pontífices. De nuevo gracias al respaldo de César, Marco Antonio también salió elegido tribuno de la plebe para el año 49 a.C., cuando jugó un importante papel en el estallido de la Segunda Guerra Civil Romana contra Pompeyo Magno. Más tarde aquel año, transcurrida ya la invasión de Italia, Julio César encomendó a Marco Antonio el mando de todas las tropas presentes en Italia a excepción de las de la propia ciudad de Roma.

La confianza entre Marco Antonio y Julio César se incrementó gracias a su estrecha colaboración en las batallas de Dirraquio y Farsalia (ambas en el 48 a.C.). Luego, en ausencia del recién nombrado dictador, Marco Antonio gobernó Roma en calidad de magister equitum, es decir, mano derecha de César, lo que le convirtió en la práctica en el segundo hombre más poderoso de toda la República Romana. Durante ese tiempo, el futuro triunviro realizó una pésima gestión que provocó violentos disturbios sociales, por lo que César necesitó pasarse por Roma a finales del 47 a.C. para arreglar el desastre.

Tras esa situación, la relación entre ambos se enfrió; quizás César quería castigar a Marco Antonio por los errores cometidos en su ausencia. Así, no sabemos casi nada de sus actividades en el 46 y 45 a.C. porque no ostentó ningún cargo oficial ni participó en las batallas de Tapso y Munda. Sea como sea, su estrecha amistad volvió a ser la de siempre tras el final de la guerra, pues César le dispensó grandes honores a su vuelta a Roma. De esta manera, Marco Antonio compartió el consulado con Julio César en el 44 a.C.

Cuadro de George Edward Robertson hecho en el siglo XIX que recrea a Marco Antonio en el funeral de Julio César (Fuente: Wikimedia Commons)

Casi con total seguridad, Marco Antonio estaba enterado someramente de la conspiración que acabó en el asesinato de Julio César en los idus de marzo del 44 a.C. Unos meses antes, uno de los conspiradores le había sondeado sobre la posibilidad de sumarse. Él rechazó comprometerse pero, sorprendentemente, no le dijo nada a César. Entonces, el grupo de asesinos encabezados por Marco Junio Bruto decidió que en vez de matarle a él también lo distraerían en el exterior de la reunión del Senado para que no pudiera ayudar a salvar la vida de su jefe. A lo mejor Bruto no se dio cuenta, pero aquella fue una decisión nefasta, pues el Segundo Triunvirato iba a ser su perdición.

Bibliografía

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OSGOOD, J. (2019): Roma. La creación del Estado mundo. Madrid: Desperta Ferro.

ROLDÁN HERVÁS, J.M. (2020): Historia de Roma II. El Imperio Romano. Barcelona: Cátedra.

Resumen
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Marco Antonio, el general romano más fiel a Julio César
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¿Quién fue y cómo era el general romano Marco Antonio? ¿Cómo fue su biografía hasta el asesinato de César? ¿Cómo llegó a gobernar con Lépido y Octavio?
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