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HISTORIAE

La revuelta de Espartaco

Introducción

Espartaco es, sin duda alguna, uno de los personajes históricos romanos más famosos. La historia del gladiador y esclavo que se fugó junto a unos amigos y acabó reuniendo un ejército con el que se enfrentó a Roma durante varios años (73 – 71 a.C.) es extraordinaria. Por ello ha protagonizado novelas históricas, grandes películas de la historia del cine, series de televisión y hasta obras de ballet. En esta entrada vamos a ver un resumen de la historia real de la rebelión de Espartaco para determinar qué fue exactamente, cómo evolucionó y terminó y cuáles fueron sus consecuencias para la historia de Roma.

Estatua de Espartaco hecha en el siglo XIX y expuesta actualmente en el Museo del Louvre de París
Estatua de Espartaco hecha en el siglo XIX y expuesta actualmente en el Museo del Louvre de París (Fuente: Wikimedia Commons)

Espartaco antes de la rebelión

Sabemos muy poco de la vida de Espartaco antes del inicio de la rebelión que protagonizó. No ayuda, por supuesto, la gran cantidad de suposiciones, leyendas y rumores que lo han acompañado a lo largo de los siglos. De hecho, ni siquiera sabemos si ese era su nombre real de nacimiento, un nombre que le dio su amo en la escuela de gladiadores o un nombre que él mismo adoptó en un momento dado. Asimismo, se desconoce su fecha o lugar de nacimiento, aunque podemos afirmar casi sin dudar que provenía de una tribu tracia del suroeste de la actual Bulgaria. Por tanto, Espartaco no nació siendo esclavo, tal y como se dice en la película de Stanley Kubrick.

Al parecer, Espartaco sirvió como soldado auxiliar de Lucio Cornelio Sila en la Primera Guerra Mitridática (89 – 85 a.C.). En algún momento, por causas desconocidas, desertó del ejército romano y se convirtió en un proscrito. Una vez capturado, Espartaco fue llevado a Roma para ser vendido como esclavo. Finalmente, acabó formando parte de un centro de entrenamiento de gladiadores en la ciudad de Capua (a unos 200 km al sur de Roma) a las órdenes del maestro Léntulo Batiato. Allí vivió un tiempo incierto junto a más de doscientos compañeros antes de comenzar la rebelión por la que pasaría a la historia.

Escudo de un gladiador procedente de Pompeya, datado del siglo I d.C., posterior a la rebelión de Espartaco
Escudo de un gladiador procedente de Pompeya, datado del siglo I d.C. (Fuente: National Geographic)

El inicio de la rebelión de Espartaco

Por algún motivo, los gladiadores de Léntulo Batiato tramaron un plan para fugarse a mediados del 73 a.C. Sin embargo, los guardias del centro se acabaron enterando y consiguieron reprimir la evasión de forma que solo setenta y cuatro de ellos lograron escapar. De alguna manera también incierta, se apoderaron de armas, escudos y cascos y huyeron a las laderas del monte Vesubio para atrincherarse en un lugar favorable. Una vez a salvo, el grupo de gladiadores eligió a los que serían sus jefes a partir de ese momento: Espartaco, Crixo y Enomao.

Las noticias sobre su acción se extendieron rápidamente y llegaron a Roma, donde algunos senadores con propiedades en esa región decidieron intervenir de inmediato para no arriesgar sus bienes. No obstante, había un problema. Buena parte de los recursos militares se estaban empleando en Hispania para las Guerras Sertorianas y en Asia para la Tercera Guerra Mitridática. Ante esta situación, el Senado solo pudo enviar al pretor Claudio Glabro con un pequeño contingente de soldados. Gracias a un astuto plan de los gladiadores, las tropas romanas fueron derrotadas y sus armas pasaron a manos de los rebeldes.

Estatua monumental de Espartaco expuesta en un estadio de Moscú
Estatua monumental de Espartaco expuesta en un estadio de Moscú (Fuente: Wikimedia Commons)

Esta hazaña hizo que primero cientos, y después miles de esclavos, pastores y hombres pobres de todo tipo se les unieran. Al mismo tiempo, se dotaron por primera vez de una disciplina y de una organización militar. Con estos nuevos refuerzos, el ejército de Espartaco logró aniquilar las tropas enviadas por Roma al frente de otro pretor, Publio Varinio, lo que incrementó aun más su fama.

Extensión de la rebelión de Espartaco

En el mundo rural del sur de Italia las condiciones de vida eran muy malas. Miles de esclavos y hombres libres pobres habían sufrido duramente las consecuencias de los años de guerra civil, por lo que estaban muy tentados de enrolarse en las filas de la rebelión de Espartaco. Es muy complicado establecer una cifra exacta de integrantes de este ejército rebelde debido a la disparidad de las fuentes; desde luego, serían varias decenas de miles, y puede que hasta superaran los 100.000 en algún momento.

En la primavera del 72 a.C., el Senado ya había comprendido el enorme peligro que Espartaco suponía, por lo que se ordenó a los dos cónsules de ese año, provistos de dos legiones cada uno, que aplastaran la rebelión. Mientras tanto, los primeros problemas aparecían entre éstos. Mantener alimentados, contentos y motivados a un grupo tan grande de personas que además no tenían la disciplina de los legionarios era una tarea bastante difícil, de modo que decidieron dividirse.

Fotograma de la película Espartaco (1960), dirigida por Stanley Kubrick y protagonizada por Kirk Douglas
Fotograma de la película Espartaco (1960), dirigida por Stanley Kubrick y protagonizada por Kirk Douglas (Fuente: IMDb)

En un primer momento, la situación pareció mejorar para los romanos cuando el cónsul Lucio Gelio Publícola obtuvo una gran victoria en el sur de Italia sobre los grupos separados de miles de rebeldes que se encontraban al mando de Crixo y Enomao. Sin embargo, el núcleo mayoritario de rebeldes, a las órdenes de Espartaco, se había dirigido al norte, quizás para abandonar Italia y obtener su ansiada libertad. En su recorrido por toda la península italiana, los esclavos vencieron en sendas batallas a los dos cónsules y al gobernador romano de la Galia Cisalpina, Casio Longino.

Espartaco vs. Marco Licinio Craso

Con sus recientes victorias, los rebeldes de Espartaco tenían vía libre para abandonar ahora Italia, pero inexplicablemente no lo hicieron. Sea por la razón que sea, lo cierto es que volvieron sobre sus pasos y regresaron al sur de Italia sin que nadie consiguiera frenarlos. En Roma, la preocupación por la situación era cada vez mayor, por lo que había que tomar medidas extraordinarias. A finales del 72 a.C., el Senado concedió a Marco Licinio Craso —el político millonario que había ayudado a instalar la dictadura de Sila— el mando supremo sobre diez legiones: las cuatro que habían servido anteriormente a los cónsules y seis de nueva creación.

Estatua de Espartaco expuesta en el Jardín de las Tullerías, en París
Estatua de Espartaco expuesta en el Jardín de las Tullerías, en París (Fuente: Wikimedia Commons)

Por aquel entonces, Espartaco quería abandonar la península al cruzar hacia Sicilia con la ayuda de unos piratas, pero las negociaciones fracasaron. A pesar de cosechar algunas victorias iniciales, Espartaco y sus hombres fueron siendo derrotados en cada uno de los encuentros que tuvieron con las tropas romanas. Finalmente, Espartaco murió en una batalla contra Craso que se desarrolló en la península de Regio, en la punta de la bota itálica. Según algunas fuentes, mientras los romanos solo perdieron mil hombres, en el otro bando murieron más de 50.000 rebeldes. Los que huyeron fueron apresados y 6000 de ellos fueron crucificados a lo largo de la vía romana que unía Capua con Roma.

Cuando Pompeyo Magno regresó a Italia tras su victoria en las Guerras Sertorianas, todavía un grupo minoritario de rebeldes sobrevivía en el norte de Italia, por lo que fue necesaria su intervención. Precisamente, este sería el origen de la enemistad entre ambos triunviros, pues Pompeyo robó a Craso la exclusividad del mérito de la victoria sobre la rebelión. En cualquier caso, en la primavera del 71 a.C. Roma podía respirar tranquila, la mayor rebelión de esclavos de su historia había acabado.

La rebelión de Espartaco: ¿una revolución social?

A lo largo de la historia, en múltiples ocasiones la rebelión de Espartaco se ha tergiversado con fines políticos para presentarla como una revolución popular de los oprimidos contra los opresores. No obstante, esto no se corresponde con la realidad. El único objetivo de Espartaco era conseguir su libertad individual y la de los suyos. No tenía un programa revolucionario para cambiar a corto o medio plazo la estructura social de Roma. Tampoco pretendía acabar con la esclavitud como sistema de producción económica. De hecho, la rebelión de Espartaco fue mayoritariamente rural, ya que la mayoría de esclavos urbanos no se unieron a ella.

Ilustración del siglo XIX que recrea la muerte de la rebelión de Espartaco
Ilustración del siglo XIX que recrea la muerte de Espartaco (Fuente: Wikimedia Commons)

En el campo, la pobreza y el éxodo urbano aumentó. Las granjas estaban destruidas, el utillaje agrícola había sido saqueado, los campos resultaron arrasados y muchos rebaños de animales se perdieron. Asimismo, la rebelión fue una gran oportunidad para los piratas, que aprovecharon la inestabilidad para atacar con mayor intensidad las costas a partir de ese momento. Al final, la rebelión de Espartaco parecía que solo había servido para colocar una losa más en la tumba de la República Romana.

Bibliografía

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PINA POLO, F. (1999): La crisis de la República (133 – 44 a.C.). Madrid: Síntesis.

POSADAS, J.L. (2012): La rebelión de Espartaco. Madrid: Sílex.

ROLDÁN HERVÁS, J.M. (2007): Historia de Roma I. La República Romana. Barcelona: Ediciones Cátedra.

SÁNCHEZ LEÓN, M.L. (1991): Revueltas de esclavos en la crisis de la República. Madrid: Akal.

Resumen
Espartaco, el gladiador que lideró la mayor rebelión de esclavos de Roma
Nombre del artículo
Espartaco, el gladiador que lideró la mayor rebelión de esclavos de Roma
Descripción
¿Quién fue Espartaco? ¿Cómo un simple gladiador se convirtió en el líder de la mayor rebelión de esclavos de la historia antigua de Roma?
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