El origen de Tutankhamon
Lo primero que hay que aclarar sobre este rey, uno de los más conocidos de la Historia Antigua de Egipto (por su supuesta maldición y descubrimiento de Howard Carter, no por su reinado en sí), es su origen familiar. Recordemos un poco donde lo dejamos, con el triángulo amoroso entre Akhenaton, Nefertiti y Kiya. No sabemos con certeza si Kiya fue la madre de Tutankhamon, pero lo que sí sabemos bien es que fue hijo de Akhenaton pero no hijo de Nefertiti, así que su madre tuvo que ser otra. En cuanto a su nombre original, sabemos que fue Nebkheperura, adoptando Tutankhaton como nombre de coronación. Como se puede ver, tanto el nombre de este rey, como los de toda la demás descendencia de Akhenaton acaban por -aton, en referencia al dios solar de Amarna.
La llegada al poder de Tutankhamon
El joven Tutankhaton había ascendido al trono en Amarna siendo todavía un niño. Sin embargo, al poco tiempo de su coronación, quizá incluso desde su primer año de reinado, o no mucho después, abandonó la ciudad fundada por su padre. Hay que decir que el hecho de que la Corte abandone Amarna no significa que toda la gente que se instaló a vivir aquí también se mudara. Durante algún tiempo la gente continuó viviendo en Akhetaton (Amarna), independientemente de que la Corte se trasladara de nuevo a la ciudad de Menfis, la sede tradicional del gobierno desde el Reino Antiguo.
Asimismo, en pocos meses se desintegraron todas las reformas religiosas que se habían introducido en época de Akhenaton: se restauraron los viejos cultos religiosos al mismo tiempo que Tebas se convirtió de nuevo en el gran centro religioso del país por excelencia. El mismo nombre del rey se cambió, pasó de llamarse Tutankhaton (en referencia al dios Atón) a llamarse como se le conoce Tutankhamon (en referencia al dios Amón tradicional). Del mismo modo, ya que su Gran Esposa Real era su hermanastra (una de las hijas de Nefertiti y Akhenaton) Ankhesenpaaton, se le cambió el nombre al de Ankhesenpaamon.
Singularidades de Tutankhamon
Muchos aficionados suelen destacar al rey Tutankhamon con calificativos como «el niño rey». Sin embargo, la verdad es que no fue en absoluto el primer rey de la Historia de la Dinastía XVIII en ascender al trono siendo un niño. Tanto Tutmosis III (1479-1425 a.C.) como Amenhotep III (1390-1352 a.C.) eran muy jóvenes cuando se convirtieron en soberanos de Egipto. Debido a esta juventud, en ambos casos hubo un importante miembro femenino de la familia real (Hatshepsut y Mutenwiya, respectivamente) que aceptó actuar como regente hasta que los niños pudieran gobernar en solitario.
Sin embargo, en el caso de Tutankhamon no existía esta posibilidad, ya que tanto Nefertiti como Akhenaton habían muerto. Por lo tanto, el papel de regente lo llevó a cabo una persona sin lazos sanguíneos con la familia real, pero que era un importante oficial del ejército, nada más y nada menos que el comandante en jefe del ejército, llamado Horemheb. Parece ser que esta regencia le aseguró un gran futuro, ya que por ejercer este cargo se ganó el derecho a suceder como rey a Tutankhamon si éste moría cuando aun no hubiera tenido descendencia. Finalmente, Horemheb llegaría a convertirse en rey, pero eso ya es otro tema.
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La Estela de la Restauración
La fuente de conocimiento más imprescindible que tenemos de todo el reinado de Tutankhamon es la llamada «Estela de la Restauración», la cual ofrece una descripción extremadamente negativa de las consecuencias que las reformas de Akhenaton habían dejado al país, algo equiparable a un periódico sensacionalista actual. En esta estela se cuenta como los templos de los dioses se habían convertido en ruinas y como sus cultos habían sido abolidos; cómo los dioses habían abandonado Egipto, en el sentido de que si se les rezaba, no respondían…
Las guerras del reinado de Tutankhamon
Quizás una de las frases más importantes de esta estela es cuando menciona que por culpa del abandono de los egipcios, el ejército que fue enviado a Siria para ampliar los límites de Egipto no tuvo éxito. La importancia de esta última frase quizá explique por qué el ejército dejó de apoyar la política amarniense impulsada por Akhenaton. Con el ascenso al trono de Tutankhamon, y el desmantelamiento de las reformas religiosas, el ejército volvió a apoyar a la Corona, sobre todo a partir de que el regente Horemheb llevara a cabo confrontaciones militares con los hititas, los cuales amenazaban las fronteras norte egipcias en Siria.
Sin embargo, la verdad es que estas escaramuzas militares no consiguieron establecer un nuevo equilibrio de poder, llegando los conflictos egipcio-hititas hasta la época de Ramsés II, cincuenta años después. En la otra cara de la moneda encontramos los simultáneos intentos de reafirmar la presencia egipcia en Nubia, los cuales probablemente tuvieron más éxito.
Maya, el tesorero de Tutankhamon
En el propio Egipto se puso en marcha una campaña para restaurar los templos tradicionales y reorganizar la administración del país. La empresa estuvo encabezada por el tesorero jefe de Tutankhamon, Maya, enviado a una importante misión: recorrer los templos desde el delta hasta Elefantina para cobrar impuestos sobre sus ingresos, que se habían desviado hacia los templos de Atón.
Maya también fue responsable de la gradual demolición de los templos y palacios de Akhenaton, primero en Tebas y después también en Amarna. La mayor parte de los talatat que se habían utilizado para la arquitectura amarniense terminaron sus días en los cimientos y pilonos de los nuevos trabajos constructivos de Luxor y Karnak. Además, como supervisor de los trabajos en el gran cementerio del Valle de los Reyes, Maya se encargaría de organizar el traslado de los restos mortales de Akhenaton y de Tutankhamon a sus respectivas tumbas.
La enigmática muerte de Tutankhamon
Todos los acontecimientos que rodean la muerte de Tutankhamon son objeto de controversia y debate, ya que todavía no están muy claros, y a lo largo de las últimas décadas han surgido muchas teorías, sin que se haya probado al 100% ninguna de éstas. Tutankhamon murió de forma inesperada y misteriosa en su décimo año de reinado, en un contexto histórico en que Egipto estaba envuelto en un enfrentamiento importante con los hititas, y que terminó con una derrota egipcia en la ciudad de Amqa.
Además, es muy raro que justamente las noticias de la derrota egipcia llegaran a Egipto aproximadamente al mismo tiempo que se produjo la muerte de Tutankhamon. No sabemos si el propio Horemheb encabezó las tropas egipcias en la batalla, pero el hecho de que no parezca haber tomado parte en los funerales de Tutankhamon, a pesar de su papel de regente y presunto heredero, da que pensar. Ahora que cada uno se adscriba a la teoría que más verídica le parezca.
Bibliografía
SHAW, I. (2014): Historia del Antiguo Egipto. Editorial La esfera de Libros, Madrid.
AUTORES, VARIOS (2013): Egipto. National Geographic. Editorial RBA, Barcelona.